1⛥The Beggining

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SALEM
Universidad Central
1.35 PM

—Atentos, por favor.

Las voces disminuyeron para posar su atención -por poco tiempo- sobre la mirada cansada de la profesora de historia, en aquella lluviosa tarde de octubre.

La profesora Mary volvió a darse la vuelta, sacudiendo disimuladamente su falda llena de polvo de tiza.

—Como iba diciendo, nuestra población, Salem, es muy privilegiada en cuanto a las historias de los actos horrorosos que el pueblo cometió, acusando injustamente y condenando a inocentes, tachándolas como brujas. - mi mirada de posó sobre la figura masculina sentada a mi lado derecho, quien escuchaba todo atentamente, con ojos entrecerrados- Se afirmó que el 98% de las mujeres que asesinaron, fueron inocentes.

—¿Eso quiere decir que existió un 2%... real?- murmuró una voz desde el fondo, sin pedirle permiso de palabra a la profesora.

—A ver si recordamos levantar la mano, Ana- murmuró la profesora, rodando los ojos.- Y sí, si te refieres a que eran brujas. Nuestra población estuvo inundada de familiares de brujas. Sin embargo, actualmente, quedan pocas familias- me relamí mis secos labios para empezar a dar golpes impaciente con el lápiz sobre la mesa.-¿Alguien de aquí proviene de una familia de brujas?

Dos manos se alzaron.

Eran las dos manos de siempre. Ferguson y Morrison. Dudaba realmente de que sus madres o abuelas o bisabuelas hubiesen sido brujas. Pero en Salem siempre se intenta hacer uno el importante fingiendo que proviene de una generación de brujas.

Recibí un codazo proveniente de la figura a mi lado derecho. Le miré de reojo, y suspiré, levantando la mano cuando me hizo una señal para que me animara.

La profesora sonrió al ver una mano nueva alzarse. Y aunque crucé los dedos para que no me dirigiera la palabra, no sirvió de nada.

—Señorita Kimberly, ¿le gustaría detallarnos un poco?- sonrió de manera que me resultara imposible decirle un no.

—Mi... Mi abuela es una bruja blanca- murmuré sentándome bien en la silla- Mi madre también lo fue. Y ya no sé nada más.

La profesora asintió, agradeciendome con la mirada mi participación.

—¿Y tú, Kimberly? ¿Has heredado algun don?

Me mordí la lengua.

Ese era un hecho que siempre me enfurecia. Sentí mis mejillas ponerse rojas a medida que empezaba a escuchar murmullos y risas bajas.

AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora