75⛥The Feel

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Capítulo dedicado a Adriana_helow

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Capítulo dedicado a Adriana_helow


Incesantes.

Ese era el adjetivo que definía mis sentimientos por Deimos.

Podría perder el tiempo intentando encontrar explicaciones tontas a dichos sentimientos. Como la posibilidad de que el haber sido un arcángel le haga tener una feromonas que... Exactamente, explicaciones tontas.

Terminé de poner el cambio de cenizas limpias en su espalda y tras arrojar a la papelera las cenizas antiguas observé su espalda. Cualquiera hubiese definido lo que mis ojos vislumbraban como algo milagroso ya que lucían incluso casi cicatrizadas. Un proceso el cual hubiese durado semanas lo había obtenido en apenas una noche. No me cabía duda alguna de que era por las cenizas pero de igulal forma era algo bastante curioso y sorprendente de apreciar. No pude evitar dirigir un dedo índice hacia las cenizas y las acaricié con suavidad. Le sentí encogerse.

-¿Te duele?

Negó.

-Es tu roce.

No supe cómo interpretar dichas palabras.

No sabía si estaba produciéndole algo negativo por lo que retiré mi dedo para después levantarme del suelo. Deimos volvió a bajarse la camiseta negra y me acuclillé junto a la chimenea acercando mis manos al fuego. Observé de reojo mis guantes. Me sentía cómoda bajo la mirada su mirada ya que sabía que sus ojos no me juzgaban. Tal cosa me hacía apenas darle importancia a lo aterradoras que lucían mis manos.

¿Que cómo me sentía?

Frustrada. Dolida un poco, quizás.

Dolida por haber confiado en mi otro yo y que éste me haya encerrado tan cruelmente, sin importarle mis sentimientos. Sentimientos que sólo eran debilidad para ese cruel lado. Las náuseas fueron las únicas que me hicieron separar mis labios de los de Deimos cuando volví a tener el control completo de mi cuerpo. Tuve que dejar salir un molesto ácido de mi estómago para poder sentir alivio en mi organismo. Me imaginé vomitando todo lo que había sido éstas semanas para después tirar de la cisterna, asegurándome de que nada de aquello retornara.

Pasamos un buen rato sentados en el cuarto de baño, en silencio. Y cuando pude asegurarme de que las náuseas no volverían decidí abandonar el frío suelo de baldosas blancas.

-Tu turno.

Negué automáticamente.

Intenté levantarme pero Deimos tiró suvamente de mí, tumbándome en la alfombra.

-C-creo que no es una buena idea. Aún me duelen las heridas y quizás deba esperar hasta...

Mis palabras tuvieron poca importancia para él ya que se arrodilló junto a mi cuerpo con las gasas, vendas y el alcohol que Alexander había traído.

AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora