Irónico.
El día del funeral, el cielo estaba nublado y con truenos cada pocos minutos.
Sí. La familia Douglas decidió hacerle un funeral a su hijo dos días después del suceso, que prácticamente estaba muerto, sin tener cuerpo alguno.
Mi vista se clavó en la parte trasera de la gran mansión, enfocando a Tracy, apoyada contra una de las paredes de su casa. Me dirigí hacia ella a paso lento. A la distancia que estaba pude distinguir en su rostro la tristeza. Levantó la vista de su móvil para observarme, y distinguí sorpresa en sus ojos.
-Kimberly- susurró, guardando el teléfono en su bolso.
-Hola- murmuré, cruzándome de brazos y deteniéndome a unos cuantos centímetros de ellos.
Apretó los labios y yo aparté la miradas al ver sus ojos cristalizarse. Tenía unas enormes ojeras. Comprendía su dolor. Al fin y al cabo era su hermano. Su único hermano de sangre.
Para mí fue un monstruo y me resultaba imposible generar un sentimiento de tristeza por él, pero para ella era diferente.
-¿Cómo están tus heridas? ¿Tú estas bien?- preguntó con un hilo de voz.
Apreté la mandíbula, aún sin poder mirarla.
Sabía que estaba rota, pero me escocía el hecho de que ella sabía en esa noche cuál era el plan de su hermano. Pero no dijo nada. Simplemente me miraba y se disculpaba con la mirada.
-Mis heridas están bien. Mis emociones un poco... aplastadas, se podría decir- inspiré hondo- Es un milagro que haya decidido venir, pero Alexander me obligó.
La miré.
El dolor en su mirada literalmente me ardía. Podía sentirlo. Sus labios temblaron.
-Oye, sé que os e decepcionado a todos pero yo... no supe de sus planes hasta última hora, ¿sabes?- susurró, echando a caminar hacia el gran jardín, así que decidí seguir sus pasos- Le intenté detener, pero me amenazó con hacer una locura si se me ocurría abrir la boca en el encuentro- explicó.
-Lo sé- admití- Vi tu cara y a los demonios de sus amigos a tu lado- suspiré- Es un hecho que va a costar olvidar, sobre todo a mí- miré mis manos, intentando que las lágrimas no volvieran a mis ojos- Llevo sangre en las manos.
Detuvo sus pasos. Las lágrimas no aguantaron más y resbalaron por sus mejillas.
-Él no era así, Kimberly- sollozó- No intento justificar sus locuras, pero me duele que todo haya acabado así... Tengo fotos de él de bebé si qui-quieres ver...
Intentó sacar el teléfono pero resbaló de sus manos temblorosas.
Me agaché para recogerlo.
-Tracy...- susurré.
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AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|
Romance[PRIMER LIBRO TRILOGÍA AMOS] Érase una vez un ángel y un demonio. El ángel conquistó al demonio con su perversa mirada y el Demonio conquistó al ángel con su inocencia. Desafiando las reglas de sus creadores se atrevieron a enamorarse. Así como es...