Capítulo dedicado a PrincesaStacy
Estupefacción.
Ésa fue la emoción en el rostro de la señora al entrar a la habitación y encontrarme sentada pacíficamente en la cama.
-¿Te encuentras bien?- murmuró, dejando un plato de trozos de manzana y fresa a mi lado.
Observé éste durante unos segundos para después devolver mi mirada al frente.
Inspiré, pensando bien en su pregunta. ¿Si me encontraba bien? Me sentía viva. Demasiado viva. Podía escuchar incluso los latidos de mi corazón, un corazón seguro por primera vez en semanas. La chica la cual envidié por su seguridad y mirada poderosa estaba apoderándose de cada milímetro de mi piel. Y sonreía de oreja a oreja al no encontrar resisitencia alguna por mi parte.
-Nunca me había sentido así.- acabé por responder, medio sonriendo- Y me gusta.
La confusión en el rostro de la señora acabó por disiparse poco a poco, para después extender su mano y rozar mi mejilla derecha.
-Cada vez se acerca más la noche. Hay un revuelo increíble ya que al parecer esperan visita.
Podría haberme puesto nerviosa como antes. Empezar a mover con nerviosismo mis manos en un intento por aliviar mi estrés. Pero ésta vez fue diferente. Ni siquiera reaccioné ante sus palabras. Únicamente la observaba en silencio, dándome cuenta de que las voces de mi mente estaban calladas. Y eso no era algo normal. Ésta vez a mi mente venían ideas. Venían direcciones que tomar. Como si alguien estuviera dictándome los pasos a seguir.
Hay placer en el pensar, en el idear. Pero la moderación tiene que estar siempre presente. Esa era una regla importante a la hora de mantener la cordura, pero dicha regla mi mente empezaba a hacerla a un lado. Despreciándola.
Cerré los ojos por unos segundos, analizando bien la idea que sobresalía en ese momento por encima de las demás.
-¿Sabes dónde tiene la segunda de los amos el grimorio de Armadel?
Se sentó a mi lado, con las cejas alzadas.
-¿Ese es tu plan? ¿Robar el libro? ¿No crees que deberías enfocarte directamente en salir de aquí?
Asentí.
La misión de salir de aquí no había sido descartada, pero había llegado a la conclusión de que el grimorio me sería de gran ayuda. Había domado a mi oscuridad, había podido domarla y atraerla hacia mí, provocando así que ésta deseara hacer las paces conmigo. Fundirse conmigo. Y estaba segura de que el grimorio junto a mí estaría en mejores manos.
La mujer se pasó las manos por su cabello engominado, intentando no lucir nerviosa. Pero mis ojos ya habían vislumbrado hace rato el temblor de sus dedos.
ESTÁS LEYENDO
AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|
Romance[PRIMER LIBRO TRILOGÍA AMOS] Érase una vez un ángel y un demonio. El ángel conquistó al demonio con su perversa mirada y el Demonio conquistó al ángel con su inocencia. Desafiando las reglas de sus creadores se atrevieron a enamorarse. Así como es...