Maratón 3/3El tiempo que pasamos intentando convencer a los demás de que no había ocurrido nada sexual en el cuarto de baño no fue ni medio normal.
O mejor dicho, el tiempo que intenté convencer, porque Deimos únicamente disfrutaba de la situación. Como era de esperarse Jacob exageró todo.
-¿Sonidos de felación? -pregunté con la boca abierta, suplicándole a Deimos que hiciera algo.
Éste se limitó a apoyar sus codos en sus rodillas y juntar sus manos. Apoyó la frente sobre éstas a la vez que sus hombros se movían por una risa silenciosa.
-¡Y gemidos! -recalcó Jacob, levantándose del sofá al mismo tiempo que yo.
-¡¿Gemidos?! -grité, escandalizada.- ¡Lo que pasa es que te has emocionado y has tenido una visión sexual al completo!
Las carcajadas de los demás se realzaron y juraría que bajo la faceta indignada de Jacob había una sonrisa de oreja a oreja.
-¿Sentados inocentemente y hablando? ¿Con tus manos en las caderas del amo? ¿Con él entre tus piernas? ¿En serio? -preguntó Alexander, para nada apoyándome.
-No pienso seguir con esto. -dije dejándome caer en el sofá, rindiéndome.
-¿Y tú, hermano? ¿Dirás algo al respecto?
La voz de Tracy estaba temblorosa por estar aguantando la risa.
Todos entonces se callaron y observaron en silencio a Deimos, interesados en su respuesta. Éste me miró en silencio por varios segundos, sin emitir palabra alguna.
-¿Vieron esa mirada? ¡Ocultan la verdad para dejarme en ridículo!
-¡Jacob, suficiente! -grité cuando volvió a levantarse.
-Ya es hora de irnos a descansar, ¿no os parece? -sugirió Richard, obteniendo una mirada de alivio y agradecimiento por mi parte.
Y cómo no, todos estuvieron de acuerdo menos Jacob.
-¿Y darles la satisfacción de seguir con lo que estaban haciendo? ¡Ni siquiera sabíamos ninguno que eran pareja!
-No somos pareja, Jacob. -me adelanté sin prestarle atención a la mirada que empezaba a quemar mi piel.
-No somos pareja, Jacob... Pero yo sí puedo poner las manos en las caderas del amo y... -imitó mi voz con exageración y la mano de Richard sobre su boca le impidió el seguir hablando.
-Tracy, ¿conduces tú?
Ésta asintió y todos se levantaron a la vez.
-Lo he pasado muy bien. Creo que deberías de romper cosas más a menudo para tener más veladas como ésta. -dijo Alexander, pasando un brazo por mis hombros cuando decidí acompañarles a la salida.
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AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|
Romansa[PRIMER LIBRO TRILOGÍA AMOS] Érase una vez un ángel y un demonio. El ángel conquistó al demonio con su perversa mirada y el Demonio conquistó al ángel con su inocencia. Desafiando las reglas de sus creadores se atrevieron a enamorarse. Así como es...