60⛥The Union

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Capítulo dedicado a LobanyHernandez

A la mañana siguiente mi cuerpo empezaba a sentirse útil de nuevo.

Observé de reojo la bandeja vacía bajo la cama, repleta de huesos de pollo asado y huesos de aceitunas. No había cesado de comer hasta sentir ganas de vomitarlo todo. Pero en la madrugada mi estómago volvió a demandar más por lo que acabé por zampar el resto de la comida sobrante.

Solté un gemido de alivio cuando el agua fría del lavabo chocó contra mi rostro. Hoy debía de ser el día. Hoy debía de intentar salir de aquí. Si fallaba estaba segura de que no volvería a tener otra oportunidad. Había algo en mi interior que me susurraba el que probablemente no logre sobrevivir otra semana y sus susurros llegaban a aterrarme a veces.

Tras secar mi rostro con una toalla procedí a volver a la habitación. Mis ojos se enfocaron de nuevo en el reloj de la pared. Gracias a ese reloj podía saber si era de noche o de día, ya que la ausencia de las ventanas llegaba por producir incluso cierta claustrofobia. 

Faltaba un rato más para que la señora mayor, cuyo nombre desconocía, volviera a realizar su visita para verificar mi estado.

Agradecía profundamente el que me haya encendido dos velas para alumbrar la habitación ya que la luz de las bombillas era tan intensa que lograba darme dolor de cabeza. Sentándome en la cama, uní mis manos con delicadeza para después mirar a la nada por varios segundos. No tenía ni idea de la maniobra que pensaba emplear para salir de aquí. Sentía que la fuerza iba volviendo poco a poco a mi organismo pero estaba segura de que aún así no podría siquiera tumbar a uno de los guardias. Guardias que me sacaban tres cabezas.

Pero debía de darme prisa en pensar. Ésta noche iba a tener lugar algún acontecimiento ya que podía escuchar a los guardias que vigilaban el pasillo comentar sobre el banquete de ésta noche y cómo los cocineros no cesaban de quejarse. Y estaba segura de que yo formaría parte de ese banquete.

Mis ojos empezaron a empañarse ante las posibilidades que podría tener de salir de ésta. Ni siquiera me había despedido de mi abuela. Ni siquiera me había despedido de Alexander... Ni siquiera le había hablado de mis profundos sentimientos a Eddy. Llevé mis manos a mi rostro y las mantuve ahí por varios segundos, intentando calmar las cientas de voces en mi mente que sólo deseaban desmoronarme. Eran voces agonizando de miedo e inseguridad. Voces oscuras que no estaban de acuerdo con el riesgo que iba a tomar.

Un jadeo inesperado salió de mis labios cuando una fría brisa azotó mis piernas, elevando mi camisón levemente. Frunciendo el ceño observé detenidamente cómo las altas llamas de las velas fueron disminuyendo hasta convertirse en unas pequeñas esferas. La iluminación de la habitación bajó tanto que sólo podía ver mi mano en frente de mí si me concentraba lo suficiente. Lentamente me levanté, entrecerrando los ojos para intentar distinguir algo entre la oscuridad de la habitación.

AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora