14⛥Soul

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Aguanté tres gritos, cinco miradas asesinas y un llanto por parte de mi abuela cuando le intenté resumir todo lo que había estado pasando con Melanka, hasta que logré hacerla callar.

Elevé la mirada a las pocas estrellas que había en el cielo, el cual estaba empezando a aclararse debido al sol. Qué envidia me daban a veces. Al menos ellas no tenían que aguantar lo que yo aguantaba aquí. A lo lejos, Eddy estaba apoyado contra su coche, observándonos de vez en cuando. 

-Has desatado un mal que no parará hasta acabar contigo- siseó mi abuela, con voz temblorosa.

Su pelo estaba despeinado y sus ojos empañados. Las personas que habían salido a observar lo que pasaba, volvieron a sus casas cuando se fueron los policías con las ambulancias. Y desafortunadamente, el jaleo despertó a mi abuela.

-Yo no e hecho na-

-¿Que no has hecho nada?- susurró con burla dando un paso hacia mí.- Desobedeciste todo lo que te dije, pensando que quería oprimirte cuando lo único que quería era protegerte- apreté la mandíbula cuando las lágrimas empezaron a caer de nuevo por sus mejillas.- Y por tu culpa, Melanka está como está ahora.

Ese fue el golpe que estaba esperando en silencio.

Creí haberme preparado para absorber ese dolor y lidiar con él, pero cuando sonaba en voz alta la cruda verdad, era completamente diferente el dolor.

Ésta vez, fueron mis ojos los que se empañaron.

-¿Crees que no lo sé?- susurré, mirándola fijamente.

Asintió lentamente.

-Lo sabes... Claro que lo sabes, pero a pesar de eso, sigues eligiendo eso- señaló sin girarse donde Eddy estaba. Observé cómo este frunció el ceño a lo lejos- No quiero ni saber ni imaginar lo que estarás haciendo con esa familia, que solo a traído dolor y tragedia a nuestra familia, pero al parecer, lo han vuelto a hacer- dijo formando una sonrisa triste- Acabaron con tu madre, y ahora van a acabar contigo también.

Evité volver a mirar a lo lejos y me limpié rápidamente una lágrima traidora. Apreté los labios, y simplemente me limité a asentir y a absorber todo lo que me estaba diciendo.

-Tus padres estaban tranquilos en su lecho, y que Dios les tape los ojos para que no presencien lo que ocurrirá a partir de ahora- murmuró como último, antes de darme la espalda y echar a andar de vuelta a casa. Observé que Eddy y ella cruzaron miradas un rato, para que después mi abuela volviera a mirarme.- No cuentes conmigo para esto, Kimberly. No cuentes conmigo.

Pocas veces mi abuela me llamaba por mi nombre, pero cuando eso ocurría, se sabía que la había dañado profundamente.

No me moví de mi lugar en varios segundos, observando la nada. Habían pasado demasiadas cosas en tan pocas horas. Decidí pensar en todo una vez estuviera a solas, pero antes me quedaban dos cosas. Ir a comisaría y después al hospital. Así que tras estar segura de que cualquier rastro de lágrimas había desaparecido de mis ojos, me dirigí hacia el coche de Eddy. 

AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora