Capítulo dedicado a Leisha2050Ninguno pareció comprender a dónde quería llevar la conversación.
-¿Algo tuyo? Pero tus venas son tuyas... ¿qué podrían entonces tener nuestras dagas? -preguntó Tracy, sin comprender nada.
Dirigí mi dedo índice a la punta afilada de la hoja de plata y apreté la mandíbula cuando sentí esta cortar y quemar a la vez la yema de mi dedo. Cuando una gota manó de la pequeña herida alcé mi dedo lentamente con una sonrisa.
Alexander y Richard ahogaron un jadeo al caer en lo que mi mente había ideado.
El amo suspiró, sin poder evitar sonreír.
-Mi sangre. -dije limpiando mi dedo en la manga de mi toga.- He comprobado que mi sangre desintegra a las criaturas de mi mundo. Untando las hojas de vuestras dagas en mi sangre bastará con rozar un poco al enemigo para mandarlo a casa.
Los brazos de Tracy me envolvieron y apoyé mi barbilla en su hombro, extendiendo mi sonrisa de oreja a oreja al notar que por una vez el amo estaba de acuerdo conmigo.
-¡Esa idea es cojonuda! -gritó Jacob, queriendo entregarme rápidamente su daga.
El amo frenó su caminar y le indicó con la cabeza que volviera a su lugar.
-Es una inteligente idea. -admitió éste, mirando su daga.
-¿Y qué ocurre con los ángeles? -preguntó Tracy, decidiendo soltarme.
Pasé la lengua por el interior de mis mejillas, deseando el que mi sangre hubiese tenido el mismo efecto de desintegración en ellos.
-Mi sangre repele a los ángeles. Como si se trataran de imanes. -expliqué a la vez que Tracy asentía.- Por lo que tendríamos unos minutos de ventaja.
-Nuestro nuevo enemigo no es un ángel. -dijo acto seguido el amo, seguro de sí mismo.- Y efectivamente con tu sangre en las dagas nadie correría peligro alguno.
-Siempre y cuando llevemos encima la daga en todo momento. -añadí, obteniendo un asentimiento por su parte.
-Bien. Procedamos entonces a com...
Dos agudos chillidos interrumpieron al amo y todos nos pusimos en alerta cuando dos aves cruzaron con urgencia una de las ventanas rotas.
Mis cejas se alzaron a la vez que las bocas de los demás se abrían, sorprendidos. Hades y Silas volaban alrededor nuestro, formando un gran círculo.
-Al parecer Silas a hecho un nuevo amigo. -opinó Richard, fijando la mirada en el amo.
La faceta de éste último era sombría.
Cuando negó lentamente mi ceño se frunció. Observé detenidamente cómo empuñó con fuerza el mango de su daga.
-Algo les a alterado. -murmuró para nuestra sorpresa.- Hades.
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AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|
Romance[PRIMER LIBRO TRILOGÍA AMOS] Érase una vez un ángel y un demonio. El ángel conquistó al demonio con su perversa mirada y el Demonio conquistó al ángel con su inocencia. Desafiando las reglas de sus creadores se atrevieron a enamorarse. Así como es...