58⛥ Blood

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⛥⛥BREVE ANUNCIO: Dos cosas queridos lectores.

1)Para aquellos que tienen dudas sobre cada cuánto actualizo, es cada uno o dos días máximo.

2)A partir de hoy empezaré a dedicar los capítulos así que no dudéis en dejar vuestros comentarios :) Sin más, disfruten de la lectura.

Capítulo dedicado a josv25

Dos semanas.

Dos semanas infernales en las que la única tortura era el silencio.

Me encontraba encerrada en una habitación sin ventanas ni objetos con los cuales poder defenderme. Una habitación con diseño antiguo, cama de matrimonio y tocador eran mi estancia. No podía quejarme de ésta ya que sabía que podría estar en un frío sótano, con humedad y sin baño alguno. En cuanto a la compañía, disponía sólo de una. Y esa compañía era una mujer mayor, la cual aparecía cada ciertas horas para darme de comer y asegurarse de mi paradero. Las veces en las que no estaba en la cama estaba bajo el agua caliente de la ducha.

En cuanto a mi vestimenta, consistía únicamente de un largo camisón blanco. Podría decirse que grité, lloré e intenté escapar de mil formas. ¿Pero porqué mentir?

No hice amago alguno de escapar. No porque no quisiera, sino por el hecho de que sabía que sería en vano. Tampoco grité ni lloré. Esa era la razón por la que enviaban tantas veces a la señora mayor. ¿Qué esperaban? ¿Que suplicara por mi liberación? ¿Que les contara toda la verdad? Sabía bien que aguardaban aquello. Aguardaban que hablara por mí misma, confesando todo lo que ellos sospechaban que yo sabía.

Observé con una mueca el plato de lentejas al lado de la puerta. Apenas tocaba la comida. Comía algunas migas de pan y las acompañaba con agua. No negaría lo débil que me encontraba. Mis labios estaban secos y tras una semana, podía sentir cómo mi estómago me suplicaba por devorar el plato que suplicaba mi atención. El apetito era algo que fue desapareciendo a partir del tercer día y a partir del séptimo, mis ganas de intentar llamar a Aradia.

Sabía que sabían de la situación actual. Debían de saberlo. Lo que desconocía era la razón de no intentar salvarme.

La segunda de los amos me visitó en el décimo día. Me hizo saber el cómo alimenté por mí misma la sospecha que ésta tenía sobre el origen de mi sangre. Al parecer la noche de la reunión, cuando todas las velas se apagaron y Eddy reemplazó con rapidez nuestros puestos, la segunda de los amos estuvo al tanto de aquello. ¿Cómo? Por unas inocentes cámaras de seguridad, las cuales poseían visión nocturna. Desde esa noche la curiosidad por saber el porqué del gesto de Eddy la acabó por hacer tomar la decisión de organizar una obra de teatro, invitando así a la sospechosa.

Una obra de teatro con un final sangriento.

No emití palabra alguna. Era consciente de lo dañada que se encontraba mi garganta. Lo verificaba cuando el reloj de la pared marcaba la medianoche. Cuando a oscuras suplicaba una respuesta de Aradia.

AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora