El ambiente de la noche del 31 de octubre, era bastante raro.
Se podía respirar incluso cierto peligro.
Como si una gacela estuviera sintiendo los ojos de algún felino sobre ella. Así al menos me sentía yo. Alexander y yo llevábamos un buen tiempo sentados en su coche, en silencio.
Alrededor estaban las dos bicicletas de Candice y Hazel, las motos de Jacob y Richard y el coche de Tracy, por el cual supuse que el demonio de su hermano estaba aquí también. Debían de estar todos en la capilla... menos Eddy. El coche de Eddy no estaba.
-¿Piensas quedarte aquí toda la noche?- escuché a Alexander preguntar, soltando un suspiro.
-¿Es una opción?- pregunté, observándole con esperanza en los ojos.
Forzó una sonrisa, ya que ésta no le llegó a los ojos. Inspiré hondo y enterré mis manos heladas entre mis muslos.
Tenía nervios, bastantes. No iba a negarlo.
-Ésta es la única vez que acudo nervioso a la capilla- giré mi rostro para observarle- Es la primera vez que vengo sin saber... lo que me espera.
Sus palabras no ayudaron en nada a tranquilizarme.
-¿Crees que tiene alguna locura planeada?- murmuré, observando la oscuridad más allá de los árboles que nos rodeaban.
-Sólo hay una manera de averiguarlo.
Sabía cuál era esa manera, y tras llenar mis pulmones de aire, ya que por alguna razón intuía que más adelante me iba a faltar, salimos del coche. Alexander sacó su capa y la mía del maletero de su coche. Le di las gracias de nuevo por encargarse él de esconder la mía y tras ponérnoslas, echamos a caminar hacia la capilla.
Sentí la mano de Alexander coger la mía y apretar fuertemente, cuando tuvimos la capilla en frente. Todos estaban fuera. La luz de la luna llena, la cual triplicaba su tamaño esa noche, les daba el perfecto tono siniestro a las capas que cubrían los cuerpos de todos. A medida que avanzábamos, las miradas se iban posando sobre nosotros.
Repasé de nuevo a cada uno, aún con la esperanza de poder ver a Eddy, pero un suspiro se adueñó de mi cuerpo al obtener la misma respuesta que antes. Nada. Además de los miembros de siempre, pude vislumbrar a dos nuevos integrantes vestidos con capa roja. Eran dos muchachos que podría jurar que tenían la edad de Oliver.
-¿Os parece educado llegar tarde a la ceremonia del nuevo Amo?
Su voz era irritante para mis oídos. Solté la mano de Alexander para cruzarme de brazos. Evité cruzar miradas con el pequeño monstruo de la familia Douglas. Observé a todos detenidamente, mientras Alexander discutía con Oliver. Richard y Jacob levantaron brevemente la mano, dedicándome un saludo rápido.
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AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|
Romance[PRIMER LIBRO TRILOGÍA AMOS] Érase una vez un ángel y un demonio. El ángel conquistó al demonio con su perversa mirada y el Demonio conquistó al ángel con su inocencia. Desafiando las reglas de sus creadores se atrevieron a enamorarse. Así como es...