76⛥Sister

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El caos que hubo tras la llegada de los inesperados invitados logró producrime un intenso dolor de cabeza.

Dolor el cual no supe descifrar si era por las preguntas interminables de Jacob o las voces de los demás intentando que se callara de una buena vez. Sentada en el sofá observaba todo en silencio, con una mano de Tracy entre las mías. 

Tracy solamente observaba a Deimos. Pocas veces apartó la mirada de él y por las expresiones faciales de éste último, era consciente de su mirada. 

-Eddy.

Richard chasqueó los dedos en frente de su rostro, captando su total atención.

-¿Dónde has estado metido? Estuvimos un buen tiempo barriendo Salem de arriba a abajo y ni rastro de ti. 

Deimos se cruzó de brazos para después encogerse de hombros.

-Necesitaba un tiempo a solas por lo que me aseguré de alojarme en un sitio poco conocido. 

Una mueca viajó a mi rostro al recordar la dichosa cabaña con las infernales criaturas. Criaturas responsables de que no pueda siquiera arquea la espalda. 

Era como una maldición, sanaba de una herida y obligatoriamente tenía que hacerme otra. Mi cuerpo parecía ser masoquista. 

-¿Y los demás no hemos sido preocupación alguna para ti? ¿No te detuviste a pensar en cómo nos estaríamos sintiendo con dos miembros perdidos?

El tono de voz de Tracy sólo ocasionó más tensión al ambiente. 

Los ojos de Deimos viajaron lentamente hacia ella y simplemente ladeó la cabeza, en silencio. Apreté la mano de Tracy entre las mías en un intento por tranquilizarla. 

-Creo que deberíamos de-

-¿Crees?- preguntó ésta vez, subiendo el tono de su voz e interrumpiendo a Alexander- Todos sabéis que no le falta razón alguna a lo que estoy diciendo. De un día a otro a mi hermano se le ocurre abandonar su cargo como amo y dejar su orden a la deriva. Más tarde desaparece sin dar explicación alguna y durante semanas tuvimos que cargar con el dolor, la preocupación y la confusión de la situación. Kimberly deaparecida y ahora el amo. El amo, el cual es el primero que debe de poner orden y sugerir soluciones, fue el primero en tirar la toalla. 

Silencio.

Un silencio bastante ruidoso. 

Alcé la mirada para observar la reacción de Deimos. No estaba enfadado porque sabía que Tracy llevaba razón en cada palabra. 

La mano de Tracy abandonó mi regazo y cerré los ojos unos segundos, sabiendo perfectamente lo que se avecinaba. 

-¿Piensas darnos alguna respuesta a parte de la de necesitar tiempo? ¿Una respuesta que sea verdadera, tal vez? 

AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora