-Cada vez que os quedáis a solas tengo que recogerte del hospital.
Una sonrisa débil se formó en mi rostro tras el comentario de Alexander, quien sujetaba una bolsa de hielo en mi nuca. A lo lejos, Eddy les explicaba lo ocurrido a dos agentes de policía, con una bolsa de hielo sobre su labio partido.
Me perdí en mis pensamientos, mirando a la nada.
No encontraba lógica a lo sucedido. No podía explicar nada a nadie porque no encontraba respuestas ni para mí misma. De lo que sí estaba segura era del hombre que apareció en mitad de la carretera para después desaparecer. Fue el causante del desastroso accidente que a dejado el coche de Alexander hecho pedazos.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo al recordar la escena al levantarme del suelo. Un desesperado Eddy había estado varios minutos intentando despertarme. Recuerdo perfectamente mi sangre recorrer la luna rota del coche de Alexander y a Eddy intentar hacer todo lo que estaba en sus manos para que yo no volviera a caer inconsciente.
Y luego estaba el hecho del extraño impacto el cual, según Alexander, se sintió incluso donde se encontraba él.
-Fue como un leve terremoto de un minuto.- explicó- Las personas se asustaron y salieron de sus casas. Y yo sólo pude esconderme bajo tu cama, ya que tu abuela recorría la casa como loca buscándote.
Fruncí el ceño, observando las múltiples tiritas que tenía en los brazos.
-Todo solucionado con la policía- suspiró Eddy una vez a nuestro lado- E pedido que lleven tu coche al taller. En nada lo tendrás como nuevo.
Alexander rodó los ojos.
-No me lo recuerdes. Estoy intentando de no perder el control- dijo entre dientes.
Los ojos de Eddy se posaron sobre mi y al instante su mirada se suavizó.
La sorpresa en el rostro de de Alexander fue similar a la mía cuando estiró su mano para rozar suavemente mi mejilla. Acarició con delicadeza un moratón en mi mandíbula. En ningún momento aparté mi mirada de sus oscuros ojos.
-¿Te duele algo?- murmuró, sin apartar su mano.
Asentí.
Podía notar la mirada automática de Alexander viajando de mi a Eddy.
-¿Y tú? No se ve muy bien la comisura de tu labio- opiné observando la herida.
Medio sonrió, retirando lentamente su blanca mano de mi rostro.
-No es nada que no haya tenido antes.
Su respuesta en vez de dejarme tranquila solamente me intrigó más. Decidí no profundizar en su frase y me levanté, haciendo una mueca ante el dolor de espalda.
Mi orgullo no quería admitir nada, pero el impacto que sufrí contra el coche de Alexander no fue nada grato para mi espalda.
-Vamos, os llevaré a casa.
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AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|
Romance[PRIMER LIBRO TRILOGÍA AMOS] Érase una vez un ángel y un demonio. El ángel conquistó al demonio con su perversa mirada y el Demonio conquistó al ángel con su inocencia. Desafiando las reglas de sus creadores se atrevieron a enamorarse. Así como es...