Capítulo dedicado a GuillerminaRolando4
Los ojos de Deimos no dejaron de fulminarme desde la distancia.
Por la mañana ni siquiera desayunó, prefiriendo ignorarme hasta la hora de comer, donde optó por mirarme en silencio.
No se había movido del sillón del salón desde que le dije que preferí no escuchar la advertencia de Aradia. Observándole de vez en cuando continué con la retirada de la venda de mi abdomen. Había mejorado lo suficiente como para dejar de sentir dolor al tumbarme y al levantarme por lo que decidí prescindir de la presión que ejercía la venda alrededor de las heridas. Rocé con las yemas de mis dedos el hilo de los puntos. Volví a poner mi camiseta de tirantes en su lugar y caminé hacia la chimenea, donde arrojé la venda.
-¿Piensas volver a dirigirme la palabra? Lo digo porque se acerca la navidad y si piensas seguir así me ahorraría el comprarte un regalo.
Rodó los ojos para después seguirme hacia mi habitación.
Mirándole de reojo me recogí el pelo en una cola de caballo alta para después enfundarme en un jersey de punto blanco.
-Tus decisiones siempre acaban por llevarte a terrenos desagradables. ¿No puedes olvidar tu orgullo por una vez?
Fue mi turno de fulminarlo con la mirada.
-¿Orgullo? -elevé una ceja- ¿Orgullo es negar más el contacto con alguien que pudo haberme salvado y sin embargo, prefirió seguir órdenes y observar? ¿Orgullo es no querer ver más a quien jugó con mi confianza? ¿Orgullo?
Se apoyó contra el marco de la puerta, metiendo sus manos en sus pantalones negros.
-¿Y si aquello de lo que te quería advertir era algo nuevo? ¿Y si hay un nuevo enemigo al acecho?
Rodé los ojos.
-Tranquilo, tu clan ya es suficiente incordio. Su orgullo es tan grande que estoy segura que matarían a los demás enemigos para asegurarse de ser ellos mismos los que acaben conmigo. -sonreí, tumbándome de un salto en la cama.
Un quejido salió de mi boca y mis manos fueron a mi abdomen.
Una media sonrisa adornó su rostro serio. Palpé el lado derecho de la cama para indicarle que me acompañara. Alzó las cejas para desviar la mirada. Cobarde.
-Lo que quiero decir es que a veces deberías de cerrar un poco los labios y abrir más las orejas.
Tan pronto como esas palabras salieron de su boca mi mandíbula cayó en picado. Parpadeé lentamente, planeando para él más de un escenario trágico en mi mente.
Poco a poco volví a sentarme en la cama, sin desviar mi mirada de él. Me había ofendido su comentario más de lo que quería admitir. Inspiré hondo, cediéndole a mi lado sádico el control de mi lengua.
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AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|
Romance[PRIMER LIBRO TRILOGÍA AMOS] Érase una vez un ángel y un demonio. El ángel conquistó al demonio con su perversa mirada y el Demonio conquistó al ángel con su inocencia. Desafiando las reglas de sus creadores se atrevieron a enamorarse. Así como es...