Parte 110: Valle Kiilash

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Quedan 50 días para salvar la Navidad...

Nunu y su tropa de individuos extraños habían llegado al Valle Kiilash, un lugar medianamente apacible que precedía a las selvas de Ixtal.

Pocos habían encontrado la ciudad de Ixtal, que realmente no era el destino que ellos tenían. Solo estaban en la selva de paso.

"Señor Loto, ¿puedo hacerle una pregunta?"

"Dime..."

"¿Realmente puede estar fuera del agua por tanto tiempo?"

"Los Marai filtramos agua a través de nuestra piel, de forma que si estamos en la superficie ese agua almacenada en nuestro interior..."

"........"

"Sirve de combustible..."

"Entonces... ¿por qué no puede volar?"

"Ya te lo he dicho, esto son membranas, no alas"

"Pero Nami puede volar"

"Ella flota con magia"

"Entonces... ¿no puede salvarlas?"

Annie y Nami se encontraban en lo alto de un árbol, ambas apresadas por una red.

No se veían particularmente incómodas, mientras que Nautilus, más alto que el árbol, apenas podía verlas desde arriba.

"¡¿Lotad puede liberarlas?!"

"Es Loto... Loto..."

"¡Perdón Lotad!"

"Wruuuaaaah"

"Es una cuerda" - aclaró Loto - "Nami puede cortarla con los lados puntiagudos de su cetro, o Annie podría quemarla"

"Ese es un buen punto"

"¡Oh! ¡Puedo quemar cosas!"

"Era solo un ejemplo" - aclaró el marai - "No podemos arriesgarnos a que queme toda la selva"

"Eres un aburrido, meduso"

"Annie, que tiene algo de razón"

"Wrruaaah"

"Tranquila, Annie" - le dijo la sirena - "Nami usará Cuchillada para salir de esta"

Nami se concentró, usando la parte más puntiaguda de su cetro para cortar la red de un solo tajo. Algo bastante impresionante.

No cayeron al suelo gracias a que usó su magia para generar un par de burbujas.

"¡Quiero hacerlo otra vez!"

"¡Yo también!"

"No, no lo haréis" - les riñó Nunu - "Bastante mala suerte habéis tenido con caer en esa trampa"

"¿Solo en esa?"

Loto señaló un sendero de cepos muy bien ocultos que habían logrado esquivar.

Realmente fue un paso de Nautilus el que hizo temblar un poco el terreno, provocando que se activasen solas.

"¡Eh! ¡Ya estoy aquí!"

"Yuumi, al fin"

"Me alegra ver que finalmente habéis escapado de esa red"

"¡Y lo han hecho aparentemente sin usar fuego!"

"Por desgracia..."

"Yuumi, ¿has encontrado más de esas trampas extrañas?"

"El libro pudo detectar una... parecen trampas hechas para ciertos individuos..."

"¿Wrruuaaah?"

"No están hechas para nosotros o para personas, sino para la fauna"

"Probablemente sea de algún cazador"

"¿Cazador?"

"En la mayoría de ecosistemas hay un cazador" - comentó Loto - "Estando en una selva no me parecería raro que hubiese alguno"

"Qué miedo..."

"Wrrruaaaah"

"Willump y yo hemos visto cazadores en el Freljord, pero nosotros no fuimos tan fáciles de ser secuestrados"

"¡Werrrruahh!"

"Entonces ha sido un cazador random, eh..."

"¡No ha sido un cazador random!"

"¡¿Quién ha dicho eso?!" - preguntó Nautilus

Desde lo alto notó cómo algunos arboles temblaban, siendo que una figura saltaba de árbol en árbol hasta colocarse en uno cercano a los campeones.

Estos reconocieron al hombre león de un solo ojo y dientes afilados.

"¡Rengar!"

"Annie... Nami..."

"¡¿Qué haces aquí?!"

"Este es mi coto de caza más recurrente... y también el lugar donde nací..."

"¡Eh! ¡¿Quién está ahí abajo?!"

"¡Es Rengar! ¡Está hablando acerca de su etapa bebé!"

"¿No estáis muy alejados de Bilgewater? ¿O del Instituto de Guerra?"

"Es una larga historia..."

El cazador miró de mala manera al gato volador y al hombre medusa, siendo que no les conocía en absoluto.

Y algo que le había enseñado la vida era a no fiarse de lo desconocido, pues podía dejarte en muy mal estado.

Los Viajes de NautilusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora