Parte 15: ¿Qué estás haciendo?

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Noxus. Un imperio creado desde la oscuridad, la sangre y el odio del ser humano. Un país gobernado por Jericho Swain, sucesor del fallecido Darkwill.

Ahora mismo se haya en sus aposentos, mirando a los cuervos volar a través de su ventana con cierto enfado en su rostro.

"Leblanc..."

General Swain, puedo explicar...

"Di ordenes de que os no interfirierais con Nautilus..."

Técnicamente quisimos interferir con el joven Nunu y...

"¡Silencio!" - gritó enfadado - "¡Y déjate de tus malditos trucos!"

Yo vivo de los trucos, general...

"Muéstrate..."

Desde el interior de un espejo apareció Leblanc, con una leve sonrisa en su rostro.

"Cuando te dije que mandases a uno de tus clones..."

"No me gusta llamarle clones... al fin de al cabo son yo..."

"Cuando te dije que fueras..."

"Me ordenó que vigilara a la legión Trifariana"

"Y eso incluía... ¡no matar a ninguno!" - gritó con sus ojos enrojecidos

Tras obtener sus nuevos poderes Swain se había convertido en un adversario mucho más formidable que aquel viejo con bastón al que confrontaba Leblanc.

Pero ella no se quedaba atrás y rápidamente adoptó una forma más personal.

"Me ordenaste que no entrasen a Bandle..."

"¿Y eso suponía la vida de uno de mis mejores soldados?"

"Descubrió junto conmigo el portal y dejaste claro que nadie debía saberlo"

"Podrías haber usado tus dotes de bruja o hipnotizarlo"

"Swain... podría haberlo hecho... pero..."

"¡Pero preferiste el placer de matarlo!"

"Claro que no... pero era más difícil de explicar a Darius, no es idiota..."

"Tus mentiras e incompetencia me cuestan mucho a diario..."

"¿Incompetencia? Eres tu quien se juega el prestigio de esta nación jugando a los villanos de opereta con un yordle"

"¡¿Quién te crees que eres para hablarme así?!"

"¡Yo soy la líder de la Rosa Negra! ¡Esté encerrada o no!"

"¡Y yo soy el líder de Noxus!"

"¡Eres un viejo rejuvenecido por un maldito rito!"

"¡Mira quién fue a hablar! ¡Tienes más de doscientos años!"

"¡Y tu le hablas a los pájaros!"

"¡Te exhibes por ahí como una fulana!"

"¡Vistes como si fueses más viejo que yo!"

"¡Y tu eres..."

La mujer colocó una daga frente al vientre del general y este la agarró del cuello con su demoníaca mano... ambos se miraron con enojo...

Antes de empezar a besarse de forma frenética, dejándose llevar por el enojo y la frustración. Todo esto mientras...

"Disculpe, señor..."

"Veigar..."

"Señor Veigar... ¿puedo ofrecerle unas pastas?"

"¿De qué son?"

"De canela..."

"Apártalas antes de que te destruya... pecadora..."

"Yo.. yo..." - intentó responder muy nerviosa - "Lo siento mucho..."

"Espera..."

"¿Sí? ¿Qué... ocurre?"

"¿Va a tardar mucho Jericho?"

"El general tiene muchos asuntos entre manos, seguramente esté... esté tratando algún tema de suma importancia..."

"Ya... claro..."

"Pue... ¿puedo saber a qué viene su visita constante?"

"No, no puedes"

"Oh... lo siento... si puedo traerle cualquier cosa..."

"¿Tenéis algo de zumo?"

"¿Zumo dice?"

Tras algo de tiempo el general apareció por la sala de reuniones. Con su porte y perfeccionismo ningún acto previamente realizado se notaba.

"Has tardado mucho"

"Échale las culpas a la embaucadora..."

"¿Ha ocurrido algo con Nautilus?"

"Sí... ya me disculparé formalmente con él..."

"Entre esa mujer y Vladimir estás rodeado de incompetentes"

"Son la élite... pero sí, sus fracasos me resultan un tanto incómodos"

"Bien... ¿has averiguado qué hacía Nautilus en Bandle?"

El hecho de que el Maestro del Mal estuviese allí hoy era para saber el estado del submarino viviente, que para variar daba problemas.

"No me han informado de nada nuevo, salvo..."

"¿Mmmm?"

"Dijeron algo de un niño y un... yeti..."

"¿Has dicho un yeti?"

Los Viajes de NautilusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora