Parte 9: Un gigante en Bandle

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Nautilus y compañía habían decidido ir a la ciudad de Bandle a modo de paso para que Nunu y Willump pudieran descansar en condiciones.

Lo que no sabían era que un par de soldados les estaban observando en todo momento.

"Mira... en mitad del lago..."

"Está surgiendo una especie de brillo"

Lulu extendió su bastón para que el brillo se juntara para formar una especie de orbe de luz. Este a su vez provocó que todos brillasen y desapareciesen.

"¿Qué habrá sido eso?"

"Ha sido magia, Gerald, ¿qué otra cosa puede ser?"

"En la Legión tenemos un hechicero, traigámoslo y..."

"¿Tu eres tonto? ¿Qué pasa si traemos a Lord Darius y no ocurre nada?"

"Entonces... ¿qué hacemos?"

"Esperemos..." - sonrió maliciosamente - "Un poco más..."

"........"

"¿Qué? ¿Qué pasa?"

Había algo que al temerario Gerald no terminaba de convencerlo de esta situación.

En Bandle todo estaba siendo muy tranquilo, con la mayoría de sus habitantes disfrutando de un maravilloso día.

Giselle, encargada de demoliciones estaba acompañando a Eral, un soldado.

"Qué día más bueno hace... para explotar cosas..."

"No podría hacer mejor día"

"Te entiendo, en días como estos..."

"El infierno abre sus puertas..."

"Emm... ¿cómo dices?"

"¡Mira eso de ahí! ¡Un demonio de hierro!"

Lulu y el resto de campeones aparecieron sin llamar la atención... cosa que Nautilus no. Entre sus brillantes ojos rojos y aspecto metalizado...

"¡Hay que avisar a la jefa Tristana!"

"¡La muerte viene a por nosotros!"

"¿Es normal que cunda así el pánico?" - preguntó Nunu

"Cuando Veigar viene no tienen esta reacción"

"Pero Nautilus mide muchos metros más que Veigar"

"¡Eso es cierto!" - dijo el titán

"Yo me encargo"

Lulu se acercó a un grupo de yordles, quienes sabían que ella podría o traer paz con su magia o empeorarlo por sus conexiones con el yordle oscuro.

"Tranquilizaos, no va a pasar nada..."

"No estoy nerviosa"

"En serio, Giselle, todo se va a resolver en breve..."

"Dinos en cinco palabras quién es ese tipo" - pidió la yordle

"Un supervillano aliado de Veigar"

"......."

"......."

"¡Oh dios mio! ¡Veigar ha enviado al mal ha destruirnos!"

"¡Salven a las familias y gatos primero!"

"Mala elección de palabras" - puntuó Giselle

Entre tanta histeria la persona más cuerda en presentarse allí fue Tristana, quién era medianamente respetada por sus logros de guerra.

"¿A qué viene todo este caos?"

"¡Veigar ha enviado a un amorfo ser mecánico de la destrucción!"

"¿Sabes Nauti? Ese apodo no te quedaría tan mal"

"Lulu, ¿por qué has traído a un Emisario del Mal... que no es Veigar... a Bandle?"

"Necesitaban un lugar donde Nunu pudiera quedarse a pasar la noche"

"¿Nunu?" - preguntó antes de verlo - "Ah, el chaval del yeti"

La guerrillera se giró hacia la multitud, que ya empezaba a recolectar antorchas.

"Tranquilizaos, solo estarán hasta mañana por la mañana"

"¿Matándonos y aniquilándonos sin piedad?"

"¡No me supondría ningún problema!" - dijo Nautilus - "¡Para mí sois meros insectos a los que podría aplastar sin esfuerzo o motivo alguno!"

"......."

"......."

"Guau, eso ha sonado realmente..."

El pánico realmente cundía en Bandle, provocando que todos se ocultaran en sus casas, rezando porque esa bestia no demoliera el pueblo.

"¿No son un poco miedosos?"

"Un poco, con los explosivos sobretodo..."

"No" - puntuó Tristana - "Es que habéis traído a un submarino de más de dos metros"

"¡Wuaaaaahhhh!"

"No, no me vale eso como excusa"

"Tristana, no causarán problemas, te lo prometo"

"Lulu, tu y Veigar no tenéis muy buena reputación... por favor procura no traer más supervillanos..."

"Lo intentaré" - respondió sonriente

"¡Pixie!"

Los Viajes de NautilusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora