Los Viajes de Nautilus

Parte 43: Frescor

Nautilus y compañía llegaron a Kalamanda (situada en Shurima) desde donde pretendían ir al Monte Targon. Sin embargo hubo un imprevisto.

La mayoría despertó bien menos Nunu, quien estaba siendo agarrado por Willump. El niño estaba sudando mucho y estaba muy colorado.

"¡¿Qué le ocurre a Nunu?!"

"¡Wrrruaaaahhh!"

"¡Tu no! ¡Monstruo de cuatro brazos!" - le gritó el titán - "¡Alguien a quien entienda!"

"¡Wrrruaaaahhh!"

"Nauti, tiene mucha fiebre"

"Uuuhh..."

"¿Fiebre? ¿Cuándo ha caído malo?"

"No lo sé" - dijo la sirena preocupada - "Quizás sea por..."

"Es por el viaje que estáis haciendo" - dijo la gata

"¿Por el viaje?"

"Nunu viene de Freljord, un lugar donde hace mucho frío, pero en esta zona el clima es mucho más cálido... su cuerpo no se ha acostumbrado..."

"Pero... pero en el Instituto estaba bien..."

"Seguramente el cambio no es demasiado brusco"

"........"

"O quizás sea por la magia del lugar, nunca he estado"

"Yo... yo... ¿y Willump? Él está bien"

"Willump tiene mucha magia, la suficiente para resistir estas cosas"

"Wrrruaaah..."

La vastaya estaba notablemente preocupada por el pequeño Freljorniano, cosa que Yuumi notó, y con ello que Annie estaba por alterarse.

"Nami... creo que deberíamos hacer algo para que le baje la fiebre..."

"La fiebre... sí, deberíamos hacer algo..."

"El libro dice que por esta zona hay algunas plantas medicinales"

"¿Puedes ir a buscarlo?"

"Claro... también están los cristales"

"¿Cristales?"

"Por esta zona hay muchos cristales, algunos con energía curativa"

"¡La pequeña Annie y yo podemos ir a buscar esos cristales!"

"¡Sí! ¡Nosotros iremos a buscarlos!"

"Nauti, por favor, tienes que encontrar alguno..."

"¡Wruuuaaahh"

"Nami, tu usas magia curativa, quizás deberías acercarle al mar..."

"Al mar... sí, lo intentaré..."

Parecía un poco superada por la repentina situación, pero aún así le hizo caso.

Los campeones se marcharon cada uno por su lado, dejando a Nami, al yeti y al joven en un estado bastante febril.

"Uuhh..."

"Nunu, lo siento mucho... no debí haberte traído aquí..."

"No... arf..."

"¿Nunu? No intentes"

"Wrruaaahh..."

"No es... culpa tuya... nosotros quisimos..."

"Tendría que haberte vigilado mejor o ser más cuidadosa..."

"No te culpes... lo siento..."

"Mi pequeño..."

"Lo siento... mamá..."

La chica se quedó callada en cuanto dijo eso, abrazando con más fuerza al pequeño mientras se notaba visiblemente preocupada.

Conocía al niño de poco, pero aún así le había cogido cierto cariño.

Nautilus por su parte se encontraba caminando hacia el valle en cuestión con Annie en la palma de su mano, notablemente preocupada.

"¿Seguro que esos cristales ayudarán?"

"¡El gato y su libro son listos!"

"Gata..."

"¡La gata y su libro son listos!"

"¿Y si tan listos son por qué no advirtieron de eso?"

"¡Son listos! ¡Pero no son médicos!"

"No... no quiero que le pase nada..."

"¡Nami confía en la gata! ¡Eso es suficiente para que yo confíe en ella!"

"Confías demasiado a la ligera..."

"¡Cualquiera que me conozca te dirá que no es así!"

Un ruido se escuchó provenir desde el suelo y Nautilus vio algo azul alrededor de su pierna. Parecía un trozo de cristal o hielo.

"¡Pequeña Annie! ¡Voy a dejarte en el suelo! ¡Descongela esa cosa!"

"¿Hielo? ¿Desde cuándo lo tienes?"

"¡Me acabo de dar cuenta!"

El titán dejó a la niña en el suelo, quien lanzó una pequeña ráfaga de fuego mágico.

"Esto no se derrite..."

"¡¿El hielo no se derrite?!"

"Nautilus... no creo que esto sea hielo..."

"¡Si eso no es hielo! ¡¿Qué demonios es?!"

"Efectivamente no es hielo..."

El submarino se giró para ver a un escorpión morado con cara de pocos amigos y notablemente enfadado. Era Skarner, la Vanguardia de Cristal.

"Eso es cristal... ¿qué hacéis en este valle?"