Parte 31: El Titán

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Nautilus y el resto del grupo habían llegado a la Isla Aurma, donde encendieron una hoguera para que los niños pasaran bien la noche.

Por otro lado un hombre que se había cruzado con ellos apareció corriendo en su pueblo, alarmando a todo el mundo a pesar de las altas horas.

"¡Levantaos! ¡Levantaos todos!"

"¿Mmm? ¿Jeremiah qué ocurre?"

"Arff... arf... ¡¿dónde está el sacerdote?!"

"¿El Padre Demian? Debe de estar durmiendo" - dijo una mujer

"¡Hay que despertarlo en seguida!"

"¿Por qué? ¿Qué ocurre?"

"Se te ve bastante alteado..."

"No lo entendéis... en la orilla..."

Los vecinos fueron saliendo, hablando todos al mismo tiempo por lo ocurrido.

Pero se hizo el silencio absoluto en cuanto salió un hombre mayor con traje de sacerdote negro y una enorme cicatriz en su ojo izquierdo.

"Tranquilidad, hijo mío..."

"Padre Demian..."

"Dime, Jeremiah, ¿qué es lo que ocurre?"

"Han llegado forasteros.... arff..."

"Eso nunca ha sido problema" - dijo muy calmado - "Toda la isla suele recibir a hombres de Piltover desde..."

"No, de Piltover no..."

"¿De Zaun? ¿Demacia? ¿Targon?"

"Son demonios..."

"¿Demonios? - repitió extrañado

"Sí, era un grupo de seis demonios... a cada cual más endiablado que el anterior..."

"¿Por qué no te tranquilizas y nos cuentas todo?"

Una de las mujeres trajo un poco de té y todos fueron a la iglesia cuando el hombre pudo recobrar el aliento y hablar con más soltura.

"Dijiste que eran un grupo de seis, ¿no?"

"Sí... una era una niña de pelo rojo que producía llamas con sus manos..."

"Uoooohhh"

"Padre Demian, eso puede ser magia natural, ¿verdad?" - preguntó una aldeana

"Podría ser... pero es extraño que una joven de esa edad pueda..."

"Luego había una mujer mitad humana y mitad pez... y un gato que hablaba y volaba..."

"¿Gatos que hablan y vuelan?"

"¿Una mujer pescado?"

"Realmente son seres peculiares..." - comentó el sacerdote - "¿Y los otros?"

"Había un peludo ser abominable... y un pequeño niño de pelo azul oscuro..."

"¿Un niño y un abominable ser?"

"La criatura gruñía y él le entendía... le traducía..."

"Mmmm... quizás la bestia le haya poseído..."

"Tenía toda la pinta..."

Finalmente el hombre llamado Jeremiah empezó a relatar el aspecto de Nautilus.

Su gigantesca figura, su voz infernal, aquellos ojos penetrantes, el hierro oxidado que le rodeaba, su ancla gigante... y su forma de hablar...

"Eso... suena a un ser de la oscuridad..."

"¿Un qué?"

"Algunos objetos o personas pueden verse manipulados por la oscuridad..."

"¿Eso es posible? ¿Usuarios de oscuridad?"

"Suele darse en personas excepcionales... pero podría coincidir con ese aspecto..."

"Padre Demian, ¿qué hacemos?"

"........"

El hombre se quedó pensando detenidamente en qué hacer, mirando a su fiel pueblo esperar a que dijera lo que todos querían oír.

"Haremos lo que siempre hemos hecho..."

"Eso significa..."

"Iremos a cazar a esos demonios y purificaremos las costas de nuestras islas"

Todo el mundo parecía conforme con lo que les decía el sacerdote. De hecho la mayoría parecía vitorear esa intención.

"No es la primera vez que nos topamos con una aberración..."

"Pero padre... el titán de hierro parecía muy poderoso..."

"¿Olvidas acaso Jeremiah quién se deshizo del voidborn?"

"........"

"¿Quién pudo espantar al demonio de las Islas de las Sombras?"

"Fue usted... padre..."

"Iremos a por esos forasteros del infierno y les devolveremos al averno del que vinieron"

"¡Sí! ¡Destruyámoslos!"

"¡Acabemos con ellos!"

"Mañana nos prepararemos... y haremos que ardan en el fuego eterno..."

El hombre contempló la cruz que tenían en el altar y junto a todos procedió a rezar.

Los Viajes de NautilusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora