Parte 124: Reina

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Quedan 47 días para salvar la Navidad...

El grupo con el que Yuumi viajaba estaba teniendo serios problemas para mantenerse al margen de los peligros que acechaban en Ixtal.

Es por esto que la gata decidió guiarles hasta una de las bases de los Centinelas de la Luz, donde se encontraba una conocida suya.

"Uaaahh... ¿era necesario levantarnos tan temprano?"

"Pregúntale al gato"

"Dormir demasiado en la selva es peligroso"

"¡¿Cómo va a ser peligroso?!"

"Sí, ¿qué peligro puede acechar en..."

"¡Nami!" - le chilló Yuumi - "¡Nos ha atacado un cazador! ¡Un payaso asesino! ¡Y una mujer planta con espinas!"

"Técnicamente no"

"Wrruaaah..."

"Zyra no nos hizo daño y Rengar aún no nos ha intentado matar"

"Nunu... no te pongas de su lado..."

"Si yo solamente..."

"¡Yuumi! ¡¿Qué es eso que decías de una centinela?!"

"Oh, pues... conocí a una muchacha de estas selvas, era una Centinela de la Luz..."

"¿Como Daowan?"

"Exacto"

"¡¿Y qué diferencia a una Centinela de la Luz de una Centinela Centinela?!"

"Pues... combate al mal... a los espectros..."

"Eso suena muy guay" - dijo Annie - "Si fuese una centinela podría quemar a espectros"

"Annie..."

"En el Freljord no hay demasiados espectros"

"¿No?"

"No, aunque sí tenemos alguna que otra leyenda... como la leyenda de la Susurradora..."

"Wruurruuaah"

"Esa no le gusta a..."

"¡Eh! ¡Yuumi! ¡Creo que hemos llegado al edificio del que hablabas!"

Ciertamente el resto de campeones que no eran Nautilus notaron con dos o tres pasos más un edificio oculto entre los árboles.

Era similar a una cúpula, un poco más grande, con toques dorados y de piedra.

"Sí, este es el sitio"

"Yuumi, ¿este lugar no era un secreto?"

"Ixaocan es un secreto, este lugar es solo... medianamente secreto"

"Por lo general los lugares así de medianamente secretos suelen traer problemas"

"Nunu, no creo que..."

Una ráfaga de fuego apareció delante de ellos cortando su paso.

Este fue creado por el arma de Qiyana, que adoptó una postura de combate antes de darse cuenta de los tipos con los que trataba.

A su lado había una mujer de pelo también blanco y mirada penetrante.

"Hola... intrusos..."

"Ho... hola..." - tartamudeó Yuumi - "Usted es..."

"Yo soy la reina Qiyana, señora de estas selvas..."

"Es... es un placer conocerla, su majestad..."

"Seguro que lo es"

"........"

"Ho... hola Ravassa"

Ravassa, la centinela de la luz, dio un paso al frente antes de dirigirse hacia la reina. Era de los pocos que parecía no temerla.

"Majestad, esta es Yuumi la viajera"

"Así que esa es la gata..."

"Es puramente inofensiva, y algo atolondrada"

"Yo no soy atolon..."

"¿Y qué hay del resto?"

"Ellos..."

"¡Increíble!" - chilló Annie - "¡Ha creado un muro de fuego con ese hula hop!"

"Esto no es un..."

"¡Es impresionante!" - gritó Nami - "¡Lo utiliza con muchísimo estilo!"

"Por supuesto" 

"¡Mi nombre es Nami!"

"¡Y el mío es Annie! ¡¿Puedes hacer otra vez eso con el hula hop?!"

Qiyana giró su arma sin tan siquiera mover su brazo, provocando que el fuego que había creado regresase al interior de este, girando primero como una rueda de fuego.

"¡Guau! ¡Eso ha molado mucho!"

"¡¿Puedes hacer eso con más cosas?!"

"Con tierra... hielo... agua... viento..."

"¡Impresionante!"

"¡Qué pasada!"

"Su majestad... referente al resto de visitantes..."

"Oh, sí, ellos..."

A Qiyana le resultaban extraños en su mayoría, aunque recordaba a ese niño de algo. Dos de ellos parecían idolatrarla, como era lógico...

Y la gata parecía entender su lugar frente a ella...

"Será mejor que pasen al interior de tu base, Ravassa"

"........"

"Quiero saber qué hacen en mis dominios..."

"Como usted guste..."

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