Parte 111: Honor y caza

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Nami y compañía habían llegado a la selva de Ixtal, donde la sirena y la hijita de la oscuridad cayeron en una de las trampas de Rengar.

Este se paró a hablar con ellos, extrañado de verles en un lugar tan alejado, en especial a Nunu y su yeti perruno Willump.

"¿Estás seguro de lo que haces?"

"Soy un cazador experto, niño, no un principiante"

"Los marai podemos llegar a vivir cientos de años"

"Los marai seguís siendo vastayas, al igual que los Kiilash" - le gruñó sin prestarle atención - "Así que guárdate las obviedades"

"Chsst..."

"Señor... emm... ¿Rengar?"

"Dime, gata"

"¿Cómo se encuentra Na..." - se paró un momento en seco - "¡Se ha dado cuenta de que soy una gata!"

"Yuumi... no es el momento..."

"Lo siento, Nunu... ejem... ¿cómo se encuentra Nami?"

"Fuese cual fuese su mal parece haberse remitido bien por su magia curativa"

"Os lo dije, estoy bien, ahora exijo abrazos"

"De todos modos..."

El león sacó una especie de pequeña funda de su cinturón, entregándosela al pequeño Nunu, quien comprobó el contenido.

"Es un ungüento"

"¿Un ungüento?"

"Si Nami se lo pone en donde sufrió la infección podrá transpirar mejor y la magia curativa será más efectiva"

"Ohh... ¡muchas gracias!"

"¡Wrruaaaah!"

"No hay de qué... si camináis algunos kilómetros más los arboles ocultarán un poco más a Nautilus, aún así se le verá desde el cielo..."

"¿Quién va a estar en el cielo mirándolo?"

"¿En la selva? Muchas cosas"

"........"

"¡Sería mejor prenderle fuego a la selv..."

Willump le tapó la boca a la niña, siendo que no era muy educado tras haberles brindado ayuda... tras caer en sus trampas, paradójicamente. 

"Yo me retiro por el momento"

"¿Por el momento?"

"Tengo que prepararme para la cacería de mañana..."

"Oh, qué guay" - dijo la sirena - "¿Qué vas a cazar?"

"A vosotros..."

"........"

"........"

"........"

"¡Genial!" - chilló Nami - "¡¿Has oído eso?! ¡Annie! ¡Van a cazarnos mañana!"

"¡Eso suena increíble! ¡Van a darnos caza! ¡Van a cazarnos!"

"¡Cazar es muy divertido!" - aclaró Nautilus - "¡Yo cazo continuamente barcos!"

"Esperad..."

"Wruuaaahhh"

"¡Esperad un momento! ¡Ha dicho que va a cazarnos a nosotros!"

"Kiilash, ¿a qué te refieres con cazarlos?" - le increpó Loto - "¿No venías en son de paz?"

"¿Son de paz? ¿Cuándo he dicho yo eso?"

"¡Wruuaaah!"

"En condiciones normales no llamaríais tanto mi atención, quizás, en el Instituto de Guerra... pero en esta situación... estáis en mi selva..."

"........"

"Y no todos los días tengo la oportunidad de cazar a un yeti, un hijo del hielo y una marai"

"¡Eh! Eso no vale" - se quejó Annie - "Nautilus dice que yo soy especial"

"Ya... y la pirómana..."

"¡Pero si la has ayudado a curarse! ¡Miauuu!"

"Por supuesto, sería poco honorable cazar a una presa que no ha sido herida por mí... no tiene tanto mérito..."

"Qué cazador tan agradable"

"¡Es raro encontrarse a asesinos tan serviciales hoy en día!"

"¡Nautilus! ¡¿No te das cuenta de la gravedad del asunto?!"

Rengar dio un salto para trepar a uno de los arboles, siendo que la oscuridad impedía que varios de los campeones le viesen bien.

"Tenéis hasta mañana para descansar..."

"Hasta maña..."

"Luego iniciaré mi cacería... os deseo suerte... porque conmigo pocos lo han tenido..."

"Suerte a usted también"

El cazador se marchó, dejando a los presentes con distintos aptitudes.

"Qué tipo tan amigable, ojalá todos los que intentasen matarnos fueran así"

"Nami... ¿eres consciente de lo que acaba de pasar?"

"¡Van a cazarnos!" - entró en pánico Yuumi - "¡Y seguramente nos degüellen!"

"¿Eso es como meter un cuchillo en un pescado y sacarle las tripas?"

"Nami..."

Los Viajes de NautilusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora