Los Viajes de Nautilus

Parte 122: Por la presa

Un encuentro con Shaco bastante inesperado terminó con Nautilus y Nami desatando una poderosa ola con la que esperaban barrer al bufón.

Cuando las olas recién creadas se calmaron no había rastro del payaso. Algo extraño ya que con tantos arboles no debería haber sido arrastrado.

"¡Muy bien hecho! ¡Nami!"

"¡Sabía que quedaría superguay! ¡Tal y como en mi imaginación!"

"Nami" - se le acercó Yuumi - "¿Dónde está el payaso?"

"Oh, pues... no lo veo..."

"Podía hacerse invisible, ¿y si está aquí oculto entre nosotros?"

"Solo puede hacerse invisible cuando crea un clon"

"Un... clon..."

"Sí, el doble que apareció era un clon"

"Espera, ¿cómo sabéis eso? ¿y cómo es que lo conocéis?"

"Su nombre es Shaco" - dijo Annie algo malhumorada por tanta agua - "Y es un campeón como nosotros"

"¿Un campeón del Instituto ese?"

"Sí, en efecto"

"Nautilus, ¿por qué cada vez que encontramos a un campeón alguien intenta matarnos?"

"¡Es un lugar llena de muchos bichos raros!"

"Menos mal que Willump nos sujetó..."

"Estoy empezando a tener un poco de miedo..."

"No exageres, Yuumi"

"Pero hay un payaso y un cazador que quieren matarnos"

"Y el demonio"

"Y también un demonio"

"Somos muy famosos, eh, Nauti"

"¡Y que lo digas!"

La gata parecía sumamente preocupada, motivo por el que empezaba a duda si recurrir a la ixtali que conocía o no... probablemente debería...

Mientras tanto, Shaco estaba a una distancia algo alejada, oculto para no ser descubierto. Y riéndose de que lo creyesen muerto.

"Los mortales son tan divertidos..."

"........"

"Son como una pequeña lucecita..."

"........"

"Que se acaba por... morir..."

"Grgrr..."

"¡Jajajaja!"

Shaco lanzó uno de sus cuchillos al aire, siendo este repelido por una fuerza invisible que pronto se reveló ser Rengar.

El cazador intentó rebanarle con su machete, esquivándolo por poco.

"Gatito, gatito, gatito..."

"Grgrr..."

"¿Dónde te he visto yo antes?"

"Es la segunda y última vez que entorpeces mi cacería..."

"¿Segunda?"

"Grgrrr..."

"Cierto... tu intentaste cazar al Rakkor... qué buenos tiempos..."

"Grgrrr..."

"A Shaco le gusta recordar el fracaso"

"Vuelve por dónde has venido o te destriparé y usaré de advertencia"

"Eres muy gracioso al pensar que tengo tripas... lo cual me recuerda a un chiste..."

Rengar movió la cabeza, evitando un disparo de una de las cajas de Shaco, que había tirado el suelo cuando no miraba.

Para el cazador fue fácil romper la caja, para después intentar golpearlo.

El payaso era ágil y pensaba que rápidamente le clavaría sus dagas. Desgraciadamente el feroz cazador las evadía con su arma.

"Gatito malo, ¿por qué no te mueres?"

"Ggrgrrr..."

"Shaco también puede gruñir, pero tendría que usar subtítulos"

"¡Cállate de una vez!"

"Cuánta seriedad..."

"Grgrr..."

"Aunque si sigues con los gruñidos... los puedo subtitular con tu san..."

Rengar lanzó sus Boleadoras, provocando que Shaco tuviese que saltar.

En cuanto saltó el cazador logró agarrarle de la cara, estampándolo contra el suelo. Luego se preparó para atravesarle el rostro con sus garras.

Una bomba de polvo anaranjado lo aturdió un par de segundos, permitiendo al bufón escabullirse de esa posición.

"Esa ha estado cerca..."

"Maldito payaso..."

"La palabra es bufón... bufón..."

"Grgrr..."

"Jugar contigo es divertido, no como en la grieta donde todo aquel al que mate se cura... aquí disfrutaré de destriparte..."

"Quien va a disfrutar usándote de espantapájaros soy yo..."

"Por el amor de las runas... ¿podéis parar de una vez?"

Ambos campeones se percataron tarde de la presencia de la dama de espinas Zyra.

Esta usó sus poderes para envolverles en sus enredaderas, envolviendo al cazador y dejando colgado de una pierna al payaso.

"Ahora... ¿alguien me explica a qué viene atacar a niñas pequeñas?"

"Ja... jajaja... jajajaaj..."