Parte 42: Kalamanda

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Quedan 63 días para Navidad...

Tras una noche entera en alta mar finalmente Nautilus llegó a las costas de Shurima, para ir por la orilla hacia el Monte Targon.

Con cuidado dejó a todos los campeones que llevaba en sus manos (Annie, Willump y Nunu) en un lugar que pareciese cómodo.

"Sigo viendo esto con malos ojos..."

"¡¿De qué hablas gata?!"

"Podríamos atravesar directamente Shurima, pero preferís dar un rodeo y ver Targon"

"¡Yo no veo nada malo en ello!"

"Si alguien de Kalamanda nos ve..."

"¿Qué ocurrirá si nos ven?" - preguntó Nami, uniéndose a a conversación

"Podrían atacarnos..."

"Eso no es problema para Nauti"

"Y podríamos causar el pánico sin quererlo... otra vez"

"Sigue sin ser problema para Nauti"

"Qué poca conciencia cívica tenéis los dos..."

"Es por eso que estamos hechos el uno para el otro" - dijo sonriente

"Si tu lo dices..."

"¡¿Por qué no nos cuenta el libro algo sobre Kalamandra?!"

"Es Kalamanda... y al parecer tiene una gran concentración de gemas y cristales..."

Yuumi acercó el libro a la sirena para que pudiese ver adecuadamente las descripciones de las piedras. Para su sorpresa mostró cierto interés.

"Esta piedra me suena bastante..."

"¿Piedra? ¿Cuál?"

"Esa que es azulada y grisácea..."

"¿Una Piedra Lunar? Es solo un objeto de leyenda, nada existente"

"Bueno... leyendas somos todos..."

"¿Eso era un chiste?"

"¡Pues juraría que a mi también me suena!"

"Quizás tus amigos del mal lo mencionaron o lo viste en algún buque hundido..."

"¡No lo recuerdo del todo!"

"Exasperante..."

Yuumi comprendía que la Piedra Lunar podía ser un objeto muy muy interesante... pero que los únicos que sabían algo fueran estos...

Por su parte Nautilus se acercó a Annie, que ya estaba despierta y haciendo un castillo.

"¡¿Haciendo un castillo?! ¡Pequeña Annie!"

"¡Ten cuidado o lo derrumbarás con tus pies!"

"¡Procuraré tener cuidado!" - dijo mientras se sentaba

"¿Te gusta? Intento que parezca uno noxiano"

"¡No recuerdo sus estructuras! ¡Pero el tuyo es bastante bonito!"

"Muchas gracias... a Tibbers también le gusta..."

Papá, mira lo que he hecho...

Bien, ahora solo tienes que calentarlo y podrás quedarte con...

"Nautilus, ¿ocurre algo?"

"¡Acaba de venir a mi cabeza algo!"

"¿Relacionado con los castillos de arena?"

"¡Sí!" - afirmó rotundo - "¡¿Quieres ver algo genial?!"

"¡Sí! ¡Sí que quiero!"

"¡En ese caso usa tu fuego contra el castillo de arena!"

"Pero... pero eso lo derrumbará..."

"¡No lo hará! ¡Tu confía en mi!"

La chica pelirroja dudó por unos instantes, pero finalmente usó su Incineración contra el castillo, que poco a poco se fue volviendo de cristal.

"Es... ¡¿es de cristal?!"

"¡Cuando la arena se calienta mucho se convierte en vidrio!"

"¡Guau! ¡Qué bonito ha quedado!"

"¡Sí que ha quedado bonito!"

"¿Y por qué sabías exactamente tu eso?"

"¡........!"

Papá, mira lo que... logra... chulo.... gracias...

De na... ponga... encima... de...

Y al ver el castillo que había creado Annie, el titán de hierro no pudo recordar cómo sabía lo necesario para hacerlo de cristal.

"¡Quizás en otra vida fui cristalero!"

"¿Otra vida?"

"¡Deberías decirle a Nunu que juegue también contigo!"

"En seguida vamos Tibbers y yo a decírselo..."

"Eso ha sido ingenioso" - dijo Yuumi

"¡¿Mmmm?!"

"Jamás pensé que sabrías algo de ciencia"

"¡Eso no es ciencia! ¡Viktor sí sabe de ciencia! ¡Yo no!"

"Creo que para los pocos conocimientos que tienes, el primero en ponerlos en duda eres tu" - le dijo algo mosqueada

"¡Yo solo soy un tipo airado y gigante!"

"¡Nauti! ¡Nauti!"

"¡Nami! ¡¿Qué sucede?!"

"Es... es Nunu..." - dijo muy alterada

"¿Nunu?" - repitió la gata - "¿Qué le ha ocurrido?"

Los Viajes de NautilusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora