Parte 82: Antathir

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Nami había convencido a Ehlane, la Esculpearenas, para que pudiese construir un enorme castillo de arena para jugar... algo... ¿super importante?

El caso es que Yuumi y Nautilus habían estado trazando la siguiente ruta, al menos hasta que vieron la arena del castillo deshaciéndose.

"¡¿Ya habéis terminado de jugar?!"

"¡Ha sido muy divertido!"

"¡Wrrruuaah!"

"Yo quería sacar a Tibbers, pero no me han dejado..."

"El fuego y la arena no dan un buen resultado, pequeña"

"A Tibbers le caes mal"

"Va... ¿vale?"

Por alguna razón eso le había sonado a amenaza... y una bastante real...

"Debo irme ya si quiero llegar para mañana"

"¿Vas a hacer todo el camino a pie?"

"Tranquila, Yuumi, tengo mis recursos..."

"Bien, en tal caso muchas gracias por el castillo" - le dijo la sirena muy sonriente - "Si alguna vez necesitas algo..."

"Dudo que me pase por Bilgewater o el Instituto de Guerra, pero gracias"

"Ehlane, antes de irte..."

"........"

"¿Ves sensato ir a Antathir?"

"Pues... quizás deberíais rodearla... no sé cómo reaccionarán ante Nautilus..."

"Lo tendremos en cuenta"

"¡¿Reaccionar ante mi?! ¡¿Qué quieres decir con..."

"........"

"¡Ah! ¡Cierto!"

"No ha hecho falta ni que diga nada..."

"¡Niño! ¡Willump!" - les gritó Nami - "¡Es hora de irnos!"

"Parece que Nunu ya está más que recuperado"

"Sí, me alegra mucho de que esté mejor... parecía pasarlo mal..."

"Es lo que tiene la fiebre"

"Usualmente poseo una alta magia curativa, así que rara vez enfermo"

"¿Entonces nunca has tenido fiebre?"

"No, pero me han dicho que es como cuando el sol me da en la cabeza"

"Es... algo distinto..."

"¡Es más bien como si el sol te golpeara en la cabeza a todas horas!"

"Entonces... ¿la fiebre es como Shurima?"

"¿Podemos irnos ya?" - pidió la gata

El camino no se hizo tan largo, pero el día sí que avanzaba más rápido de lo que uno esperaría. Sobretodo para la oficial de policía Vi.

Si bien le quedaban minutos para irse, estaba dudando de si coger una de las magdalenas de la sheriff... o coger dos.

"Pito... pito... gorgorito... ¿dónde vas tu tan..."

"¡Vi! ¡Detente!"

"Tranquila, todavía no he elegido cuál quiero robarte"

"Te tengo dicho que..."

"Que no coja tus magdalenas porque son para las visitas..."

"¡Sí ya te sabes la riña! ¡¿Por qué sigues?!"

"Porque soy muy golosa y en mi nevera nunca hay dulces"

"¿Nunca hay dulces?"

"No, Frankenstein dice que es demasiada azúcar..."

"Bueno, conociéndote seguro que te los comerías todos en un solo día, o en una sola tarde"

"Obviamente"

"¿No has pensado en cambiar los dulces por algo más sano?"

"Me lo dice la tipa que no para de hacer dulces"

"Es mi forma de quitarme el estrés... ¡que tú me provocas!"

La discusión dio un parón cuando una especie de brecha apareció en mitad de la oficina, con Kassadin saliendo desde el otro lado.

La brecha se cerró, dando lugar a unos segundos de silencio.

"Saludos, sheriff Caitlyn"

"Hola, Kassadin" - le saludó con cordialidad - "¿Quieres una magdalena?"

"No, gracias... intento cuidar mi presión arterial..."

"Espera, ¿a él si le ofreces una magdalena?"

"Él es miembro de la Liga de Leyendas, y sobretodo un campeón de visita... por cierto, Kassadin, ¿vienes en busca de Jayce?"

"No, venía a hablar contigo"

"Con... ¿conmigo?"

"En el Instituto de Guerra me han comentado que hay cierto campeón que está... retenido... por algún motivo... en tu comisaría"

"Sí, tengo por aquí a dos o tres pirados"

"Necesito a uno de ellos con urgencia..."

"¿Necesitas? ¿Para qué?"

"Para prevenir un mal mayor que amenaza a toda Runeterra..."

Los Viajes de NautilusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora