Parte 117: Flor de fuego

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Zyra no es lo que uno diría una campeona muy sociable. Suele juntarse con el darkin conocido como Varus y ocasionalmente con Kayn.

Pero por lo general no es que interactúe mucho con los demás, prefiriendo deambular por los jardines del instituto. Una excepción fue aquella vez...

"Disculpa..."

"¿Mmm?"

"Disculpa... ¿tu eres Zyra?"

"Sí, soy yo... ¿y tú quién eres?"

La mujer planta estaba simplemente dando un paseo cuando se le acercó una niña de pelo rojizo y corta edad.

No iba demasiado al Instituto de Guerra, por lo que conocía a pocos campeones.

"Mi nombre es Annie, y este es Tibbers"

"Vale..."

"Te llevamos buscando toda la semana"

"No vengo mucho por aquí... ¿qué quieres de mi?"

"Mi amigo Amumu me dijo que tu sabes mucho sobre plantas, y necesito hablar con alguien que sepa de plantas"

"¿Amumu has dicho?"

Zyra recordaba haberse enfrentado a ese enano. Era un yordle momia o algo por el estilo, y le tocó acabar con su vida en la grieta varias veces.

"Sí, él te recomendó"

"Ya... no estoy aquí para ser profesora de botánica..."

"¿Qué quieres decir?"

"Que mejor preguntes a Ivern o a ese idiota de Maokai"

"Pero a ellos no les conozco, y a ti ya te he encontrado"

"Niña..."

"Venga, no seas aburrida"

"Tus provocaciones no funcionan en mi"

"Venga, porfa... no querrás enfadar a Tibbers..."

"¿A tu osito de peluche?"

Ciertamente Zyra notaba cierta energía mágica provenir de ese peluche... y si la niña era una campeona es que algo sabría hacer...

Al final optó por ceder algunos minutos de su tiempo muerto.

"Está bien... ¿qué quieres saber?"

"Hace mucho tiempo me contaron un cuento acerca de una flor muy bonita, que se volvió fea cuando fue quemada"

"Vaya cuento más cutre..."

"Y eso me llevó a preguntarme, ¿hay plantas que no se quemen?"

"¿Que no se puedan quemar?"

"¡Sí! ¡Plantas que pueda llevar sin temor a quemarlas!"

"Las hay..."

"¡¿En serio?!"

"Sí, hay un par de flores que pueden resistir el calor, crecen en un territorio con cierta magia rúnica residual que le permite..."

"........"

"¿Qué has entendido?"

"Hay flores que si les prendo fuego... no se mueren..."

"Básicamente"

"¡Eso es genial! ¿Y dónde están?"

"Muy lejos, en una zona mortal y peligrosa"

"Ooohh..."

"........"

"¿Si te doy un mapa puedes indicármelo?"

"Por supuesto que no, ¿cómo va una niña como tu ir de viaje hasta un lugar tan peligroso? ¿eres tonta o atolondrada?"

No es que Zyra se preocupase por los humanos, pero la actitud de la niña le pareció demasiado rara para su edad.

"De alguna forma tendré que obtenerla"

"¿Y para qué quieres tú una flor que no se queme?"

"Para... para llevársela a mi mamá..."

"¿A tu madre?"

"Sep"

"¿Y tu madre está conforme con que seas campeona?"

"No lo sé"

"¿Cómo que no lo sabes?" - empezó a irritarse la híbrida - "Mira, niña, cuando te pregunten algo responde adecuadamente"

"No sé lo que mis madres pensaría de que fuese campeona... porque ya no están..."

"Ya no... están..."

Zyra era prácticamente inmortal, al menos en cuanto a vida natural, pero los humanos no eran así... su vida era más limitada...

Kayn por ejemplo era un mero mortal al contrario que ella y Varus.

"Y quieres una flor para una de ellas..."

"Más bien dos, una para cada una"

"Entiendo..."

"Entonces, ¿puede indicarme dónde puedo..."

"No será necesario"

"¿Eh?"

"Yo te conseguiré esas flores de acuerdo"

"¡¿Lo dice de verdad?!"

"Sí, pero no quiero vuelvas a molestarme ¿de acuerdo?"

"¡Se lo prometo! ¡Mujer planta rarita!"

"Uff... estos humanos y sus caprichos..."

Los Viajes de NautilusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora