Parte 145: Tierra de magia

49 4 1
                                    

Gwen, Nautilus y Sarrow se habían marchado a perseguir a Morgana, que había secuestrado temporalmente al Libro y no sabía que la seguían.

El trío mantuvo más o menos el ritmo hasta que el titán se detuvo de golpe.

"Nautilus, ¿ocurre algo?"

"¡Hay algo sujetándome la pierna!"

"¿Sujetándote la pierna?"

"Espere un momento, su alteza..."

Sarrow, que estaba en el hombro de Nautilus opuesto al de Gwen, bajó al suelo para ver una especie de raíces que lo sujetaban.

"Emm... ¡señor Nautilus!"

"¡¿Qué ocurre?!"

"¡Tiene unas raíces alrededor de su pierna!"

"¡¿Raíces?!"

"Señor Nautilus, ¿puede desprenderse de ellas?"

"¡A mi nada ni nadie me detiene!"

El titán hizo fuerza y levantó la pierna, rompiendo las raíces que lo estaban sujetando.

Al hacer esto escuchó un extraño ruido. Pequeños seres estaban subiendo a lo largo de su cuerpo. Parecían seres de madera o... plantas...

"¡Creí que en estas islas no había insectos!"

"En ningún momento afirmé..."

"¡Son insectos! ¡¿Verdad?!"

"No, creo que son... plantas..."

"¡Piiiiiiim!"

"¡¿Pim?!"

"Creo que van a..."

Las plantas explotaron nada más llegar a la cara de Nautilus, con Gwen cayendo por el brusco movimiento que provocaron.

Usando la niebla bendecida Gwen pudo descender sin problema alguno.

"¡Esas plantas han explotado!"

"Su alteza..."

"¿Qué ocurre? Sarrow"

"Esas cosas eran Pimpollos..."

"¿Pimpollos? ¿Qué son Pimpollos?"

"Son una especie de seres... o crías o... bueno, son plantas que sirven a..."

"Me sirven a mi..."

Tras ellos se encontraba Maokai, un gran árbol viviente de aspecto espectral.

No era tan grande como Nautilus, pero sí lo suficientemente alto como para sacarles dos cabezas a los espectros.

"¡Tú! ¡Hombre árbol! ¡Pagarás haberme hecho lanzar a la pez Gwen!"

"El que tiene que dar explicaciones eres tú" - le increpó el campeón plantífero - "¿Qué haces en estas Islas?"

"¡Responderé cuando tu respondas!"

"Aquí el que siempre causa el caos eres tú, responde prime..."

"Disculpe, señor... Maokai... la presencia de Nautilus no es en absoluto maligna..."

"¿Mmm? ¿Y tú quién eres?"

"Soy Gwendoline, la Costurera Consagrada" - se presentó haciendo una reverencia - "Princesa de Camavor, heredera del trono de Helia"

"Una presentación demasiado larga, ¿no?"

"Todavía no sé muy bien cómo presentar..."

"Espera, ¿has dicho princesa de Camavor?"

"Sí, efectivamente" - respondió con total tranquilidad - "Hija del Rey Viego"

"¿Eres hija del Rey Arruinado?"

La escena estaba sucediendo un poco después de que Yuumi finalmente se despertase y diese cuenta de que el libro no estaba.

"¡No está! ¡No está por ningún lado!"

"Yuumi, tranquilízate, habrá ido al baño"

"¡Nami! ¡Déjate de tonterías! ¡Estamos hablando de un libro! ¡No va al baño!"

"Se supone que los libros tampoco tienen alma y él la tiene"

"Ahí tiene razón" - dijo Annie - "¿Qué más cosas sabe hacer?"

"Wruuaaahh"

"Willump tiene razón, también hace magia"

"¡Os estáis desviando del tema! ¡El Libro no está!"

"Mamá..." - le habló la sirena a su madre - "¿Sabes qué ha ocurrido?"

"Sí... sé qué ha pasado..."

"¡¿Y por qué no has dicho nada?!"

"Estaba esperando a que te calmaras, hablar enojado o histérico es malo, porque dices cosas que no quieres decir..."

"Das muy buenos consejos, mamá"

"Gracias, mi niña... yo..."

"¡Dejaos de momentos madre e hija! ¡¿Dónde está el libro?!"

"Pues..."

Morella contó lo ocurrido, lo cual tampoco era mucha información. La explicación no pareció servir para que Yuumi se calmase.

"¡Han secuestrado al libro!"

"Realmente fue una mancha morada... ¿cómo sabemos que no fue el propio libro quién se fue?" - preguntó Nunu

"¡La magia del libro no es morada!"

"Mamá, ¿podrías guiarnos hasta allí?"

"No sé si es buena idea..."

"Por favor..."

"Bueno... si vais conmigo no creo que os pase nada..."

Los Viajes de NautilusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora