Parte 8: Namilu o Lulami

73 10 0
                                    

Nunu y compañía habían llegado a las cercanías de las Puertas de Luto, con la idea de pasarse por la agradable ciudad de Bandle.

Mientras Nami esperaba a que llegara una amiga suya, Nunu aprovechaba para merendar junto con Willump. Nautilus les acompañaba sentado.

"¿Seguro que no quieres una manzana?"

"¡Ya te dije que yo no como!"

"¡Wuuaaaahhh!" - dijo antes de comerse una manzana

"¿Y no echas de menos la comida o su sabor?"

"¡El sabor no lo recuerdo! ¡Pero tampoco es que me importe!"

"Wuaaaahhhh"

"Es cierto, Nami está tardando..."

"¡Tranquilo! ¡Está bien protegida con su hidrokinesis!" - dijo el titán - "¡Y sino su amiga también podría espantar a la gente!"

"Su amiga... ¿es como ella?"

"¡¿A qué te refieres?!"

"Nami es un poco... rara..."

"¡¿Y eso es malo?!"

"No, no le hace mala persona... pero me preguntaba eso"

"¡Supongo que sí es como ella!" - dijo antes de divisar a las dos chicas - "¡Ahí están!"

"Oh, si es Lulu"

"¡Wuuuaahhh!"

La yordle de morado acompañaba a Nami con bastante alegría. Parecía que ambas se llevaban muy bien, riéndose de algo.

"Ya estoy aquí"

"¡Y yo también!" - proclamó Lulu - "Hola, Nauti y Nunu"

"¡Wuaaaaaahhhhhh!"

"Saludos para ti también Willump"

"Lulu, no sabía que eras amiga de Nami"

"Nami y yo somos superamigas"

"Lo cual nos hace más que amigas y mucho más que enemigas" - aclaró la sirena

"¡Eso tiene sentido!" - admitió Nautilus

"Wuaaaaaahhhh"

"Yo no termino de..."

"¡Y también viene conmigo Pixie!"

Desde detrás de la yordle apareció su hada Pixie, que empezó a revolotear alrededor del yeti de cuatro brazos, mirándolo con curiosidad.

"¡Pixie!"

"Wuuaaaaahhhh"

"Pixie, pixie..."

"Wuaaaaahhh"

"Pixie, deja en paz al yeti, seguro que no le gustaría"

"Si se le ve muy contento" - dijo el niño

"¡¿No se supone que Lala vino por alguna cosa?!"

"Lulu..."

"¡Perdón! ¡¿No se supone que Lulu vino por alguna cosa?!"

"Nami me dijo que queríais ir a Bandle, ¿no?"

"Sí, como tenemos que pasar por ahí pensamos en pasarnos y descansar" - comentó muy entusiasmada - "Así Nunu podría conocer el sitio"

"Mmm... no sé si podréis..."

"¿Por qué lo dices?"

"Son un poco... tiquismiquis con quienes visitan el sitio..."

"Pero yo no soy tiquismiquis, yo soy Nami"

"Eso... es cierto"

"¿Ves?"

"Pero para poder llegar hay que pasar por un portal mágico..."

"¡¿Y tu no tienes acceso a ese portal mágico?!"

"......."

"......."

"¡Es cierto! ¡Tengo acceso al portal mágico!"

El niño de Freljord y su yeti intercambiaron unas miradas de preocupación. Realmente no se fiaban mucho de esta chica a pesar de conocerla.

"¿Puedo hacer una pregunta?"

"Dime, pequeño Nunu"

"¿Veigar también está en Bandle contigo?"

"No, él estaba ocupado con otros asuntos, ¿por qué lo dices?"

"Wuaaaaahhh"

"Nos da un poco de cosa encontrarnos con él..."

"Pero si es un trozo de pan, solo imagínatelo con garras de acero, ojos muy brillantes y con la cara oculta por las sombras"

Esa descripción tan oscura no les ayudaba a estar más tranquilos.

"¡Si no nos damos prisa el día se nos echará encima!"

"Es cierto, aunque si nos llevas no tardaremos más de unos minutos"

"Podría hacerte gigante y tardarías menos de unos minutos" - propuso la yordle

"No creo que sea buena idea..."

"Cierto, podrías destrozar el bosque sin querer" - notó la vastaya

"¡La culpa no sería mía! ¡Sería de los arboles por estar en mi camino!"

"La lógica que utiliza se basa en una gran sabiduría"

"Es una de las cosas por las que me fijé en él"

Los cuatro campeones empezaron su marcha, sin notar que dos soldados les observaban.

Los Viajes de NautilusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora