Parte 35: Mientras duermen

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Están durmiendo... todos los herejes están durmiendo... los niños se irán rápido, pero la mujer la dejaré para la hoguera... el único problema es el titán...

Nautilus era el único de los campeones que se encontraba despierto, mirando al mar mientras pensaba en sus cosas e ignorante del grupo de humanos.

"Padre Demien, el demonio de hierro..."

"Sí, me he percatado"

"........"

"Huelo en él la sangre..."

No debería ser problema ninguno... mi magia sagrada puede purgar cualquier ser de oscuridad que se me oponga...

No es la primera vez que me encuentro con uno... aunque es inmenso...

"Padre, ¿cómo quiere que procedamos?"

"Hablaré primero con el demonio de hierro y luego iré a por los demás..."

"¿Seguro que no necesita ayuda?"

"Me basta con vuestra fe..."

"Nosotros creemos en usted..."

Posiblemente sea poderoso... tendré que esforzarme en estar a su nivel...

El hombre comenzó a caminar hacia el terror de las profundidades, quien todavía no se había percatado de su presencia.

"¡Demonio de hierro!"

"¡¿Mmmm?!"

Parece que he llamado su atención... eso es bueno...

Debe haberse percatado del tremendo poder mágico que guardo...

Nautilus vio la figura del humano, identificándolo como un trabajado de iglesia por sus ropas. También observó a su grupo.

"¡¿Quién eres tu?!"

"Soy el enviado del señor..."

"¡¿Qué has dicho?! ¡No me he enterado!"

"Yo soy el siervo de Dios"

"¡¿Siervo?!"

"Yo soy el siervo de Dios que libra a esta isla y a Runeterra de todo el pecado que traen los demonios como vosotros..."

"........"

"Es por ello que juré solemnemente acabar con todo el mal que pisó las islas..."

"........"

"Los demonios caerán, los que vayan por un camino erróneo también, todos los infieles e impuros serán aplastados por el yugo del señor..."

"........"

"Y tu pecaminoso grupo será purgado de sus pecados..."

"........"

"Te enfrentas al Padre Demien... la palabra y la voz de Dios..."

Un brillo dorado podía verse en la mirada del hombre, cuya rosario parecía brillar también.

Es el momento... de actuar... de la purificación...

"Escúchame, demonio impuro..."

"........"

Que sienta el poder de Dios...

"Delante tuya está el mismísimo poder de..."

Antes de que terminase la frase Nautilus lo aplastó con su ancla, mostrando bastante indiferencia de si seguía vivo o no.

Rápidamente esto fue comprobado cuando la levantó nuevamente y vio que restos de su piel y órganos habían quedado pegados junto a su sangre.

"¡No se callaba! ¡Y hay gente durmiendo!"

"El... el... ancla con el..."

"¡Tendré que lavarla!" - se quejó enfadado

"El... el padre..."

"¡Vosotros!" - se dirigió al grupo - "¡Lleváoslo!"

"No... nosotros..."

"Pe... pero... está..."

"¡¿No queréis llevároslo?! ¡Qué malos amigos!"

"........"

"¡Largo u os aplastaré!"

En menos de un minuto el grupo de acólitos se marchó corriendo junto con los restos del sacerdote. Todo este suceso le fue muy indiferente al titán.

Sin embargo el alboroto parecía haber despertado a Nami.

"Nauti... ¿ocurre algo?"

"¡He aplastado un bicho!"

"¿Te refieres a un mosquito o algo parecido?"

"¡Sí! ¡Creo que tenía intención de picarme!"

"¿Estás bien? ¿Necesitas una curita de rana?"

"¡No! ¡Simplemente sigo pensando!"

"¿Pensando? ¿En qué?"

"¡La piedra lunar que mencionaste! ¡Estoy seguro de haberla escuchado antes!"

"Nauti, no te preocupes ahora por eso..."

"¡........!"

"Tan solo descansa... es una forma de hablar..."

Pero el coloso sabía que la sirena había estado dándole muchas vueltas a sus orígenes, su tribu y su vida antes de conocerle.

No quería que ella se sintiese como se sentía él cada día...

"¡Estoy seguro de que acabaré acordándome!"

"Y yo confío en ti... buenas noches..."

"¡Buenas noches! ¡Nami!"

Los Viajes de NautilusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora