Parte 126: Corrientes vertiginosas

41 4 0
                                    

El grupo de Nautilus había tenido un encuentro con la princesa Qiyana a las afueras de Ixaocan. Algo medianamente malo, pues el lugar era oculto.

Para evitar ejecutarlos se optó porque formaran parte de algo llamado el desafío, tras lo cual podrían considerarse aliados... pero...

No todos estaban del todo contentos con ello...

"¡Sois una panda de imprudentes!"

"Eh, relájate un poco"

"Zyra, deberías haberle dicho a Qiyana las intenciones que tenían"

"Estuve ocupa..."

"¡Shaco! ¡En el momento en que te diste cuenta de que esa niña no era un demonio no debiste intentar matarla!"

"Jejeje... un vacío legal ¿no?"

"Neeko..."

"Neeko se disculpa de manera anticipa..."

"¡Neeko! ¡¿Cómo confundiste a una niña con un demonio?!"

"Hay demonios que pueden tomar aspecto de niñitas..."

"Ese es un punto a su favor"

"Pensé que ser la centinela a cargo de este sitio me ayudaría a tener tiempo para entrenar, pero veo que me equivoqué"

"Oye, tampoco es para tanto"

"Qiyana les ha hecho participes del desafío"

"Lo superarán sin problemas, son campeones al fin de al cabo"

"Como tan solo uno de ellos muera..."

"Ravassa... ¿me estás amenazando?"

Era evidente que por el pasado de Zyra la centinela no le veía con buenos ojos. Aunque también podría ser por la soberbia que le mostraba.

Shaco disfrutaba de esto, mientras que Neeko se sentía culpable.

"Quién... ¿quién será el primero en enfrentar el desafío?"

"El niño y el yeti..."

"¿Y cuál de todos será?"

"Convencí a Qiyana para que le dejase el más fácil..."

Nunu y Willump habían sido llevados a una especie de fosa, donde el resto de sus acompañantes podían verles a través de una rejilla del techo.

Qiyana observaba sentada en un trono, rodeada por algunos de sus guardias.

Y frente a Nunu y su mejor amigo...

"¡Es un dragón de nube!"

"Yuumi, un poco de silencio, pierde el impacto del momento"

"¡Pero ha puesto a un niño a pelear contra un dragón! ¡Contra un dragón!"

"Eso ya lo sabemos, listilla"

"Annie tiene razón, tu información es poco relevante"

"¿No os preocupa la seguridad de Nunu?"

"En la grieta no suele tener problemas"

"¡Esto no es esa grieta vuestra!"

"¡Deberías callarte un poco y ver el espectáculo!" - dijo el titán de hierro - "¡No parece que estén en problemas!"

"¡Grgrraaaahhh!"

Un dragón grisáceo, con escamas de rocas y voraces dientes, rugía mientras batía sus alas intentando derribar al dúo.

Pero Willump era capaz de aferrarse al suelo, y Nunu a Willump.

"Esos vientos son muy fuertes"

"Wrrruaaaah"

"Pero eso es que no conoce los vientos del Freljord"

"¡Wrrruaaaah!"

"¡Sí! ¡Cero Absoluto!"

"¡Wrruaaahh!"

El yeti canalizó la magia que Nunu compartía con él, desatando una especie de pequeña tormenta de nieve en toda la zona.

Esto pareció llamar la atención de la princesa Qiyana.

"Ese niño... ¿es un hijo del hielo?"

"Sí" - afirmó la sirena - "Creo que me dijo que Lissandra lo llamó así"

"Así que conoce a Lissandra..."

"Está... está ganando terreno..." - se sorprendió la gata

"¡Grrraaaahh!"

El dragón no podía mover sus alas correctamente debido a la nieve y el frío, que habían vuelto sus alas bastante rígidas.

Las repetidas bolas de nieve mágicas que le lanzaban tampoco ayudaba.

"Willump, ¿puedes mantener el Cero Absoluto por más tiempo?"

"Wrrruaaaah"

"Genial, en cualquier momento caerá"

"Eso no bastará para matarlo" - afirmó Qiyana desde su asiento

"No, no lo matará, pero..."

Pero el frío había calado en el dragón de nube hasta sus huesos, provocando que cayese en una especie de sueño.

Toda la zona estaba prácticamente cubierta de nieve, con Nunu y Willump en el centro como vencedores.

Los Viajes de NautilusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora