Parte 30: Llegada a Aurma

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Una de las ventajas que tenía Nautilus es que si bien era una enorme mole de acero, también poseía una fuerza extraordinaria que le permitía nadar.

También parecía ser cosa de su sobrenatural naturaleza, pero sirvió para que llevase a Annie, Willump y Nunu hasta la isla de Aurma.

"¡Bien! ¡Por fin llegamos!"

"Estoy molida..."

"Pero si has estado todo el rato volando con el libro" - le dijo Annie

"Pero es muy cansado esperar a que me sigáis el ritmiau..."

"No te quejes tanto y mira el atardecer, que está muy bonito"

"Nunu tiene razón, el atardecer siempre es bonito de ver"

"¡Pequeña Annie! ¡¿Puedes encender una fogata?!"

"Ahora mismo, Nautilus" - dijo con una sonrisa

"¡Y que te ayude el oso aterrador ese tuyo!"

El titán de hierro se sentó junto a la niña mientras veía cómo encendía el fuego. Nunu por su parte estaba con Willump y Nami.

"Oye, Yuumi, ¿ahora dónde deberíamos de ir?"

"Wrrruaaaaahhh"

"Primero debemos atravesar la isla, miau, luego veremos la ruta..."

"¿Hay algo en lo que destaque esta isla?" - preguntó la sirena

"Como mucho está su mercado...."

"Wrrruaaaah...."

"Willump tiene razón, al menos no estará desierto"

"Miau, eso es cierto" - dijo mientras saltaba del libro - "Andaré un poco con el libro para abrir el apetito..."

"De acuerdo..."

"......."

"......."

"Nami... ¿los libros andan?"

"Por supuesto que sí, los abres y con sus dos partecitas van andando"

"¿Wrrruaaaahh?"

"Willump tiene ciertas dudas"

"¿Quién sabe más? ¿Un yeti milenario con poderes mágicos o una sirena aventurera profética con poderes mágicos?"

"Wrrruaaah..."

"Sí, no puedes competir con una profeta, Willump"

"Oye, Nunu... sé que estamos de viaje para salvar la Navidad, pero..."

"¿Qué ocurre?"

"¿Te estás divirtiendo?" - le preguntó seriamente

"¿Divertirme? ¿Por qué lo preguntas?"

"Sé que solo recurriste a Nautilus porque es fuerte... pero el viaje es largo... estamos recorriendo muchos sitios y sigues siendo un niño..."

"........."

"Espero que Willump y tu estéis pasando bien el viaje..."

"Pues..."

Es cierto que tuvieron aquel problema con los Noxianos y que a veces era difícil hablar con ellos... pero también es cierto que lo pasaba muy bien con ellos...

"Sí, nos estamos divirtiendo mucho, ¿verdad Willump?"

"Wrrruaaaahhh"

"Me alegro mucho y... lo siento mucho por lo del otro día..."

"¿El otro día? ¿A qué te refieres?"

"Estuvimos hablando de tu madre... no con mucho tacto..."

"Oh, eso... no pasa nada... no sabíais la situación..."

"Si alguna vez quieres hablar de ella..."

"Lo... lo recordaré..."

El yeti se acercó para jugar un poco con el chico y que no se pusiera triste mientras que Annie terminaba de hacer el fuego.

"¿Así está bien?"

"¡Está perfecto para ti y el resto!"

"¿A ti no te hace falta el fuego?"

"¡Mi coraza no se calienta! ¡Es de un metal algo raro!"

"Qué pena que no puedas... mi papá siempre se sentaba frente a la chimenea..."

"¡¿Tu papá sabe que estás de viaje?!"

"No... mi papá..."

Nautilus era algo más avispado que su novia aunque pareciese mentira y entendió que le sucedía algo similar al pequeño Nunu...

"¡No tienes que hablarme de ello! ¡Mejor ve con Nunu y pídele el pescado!"

"De acuerdo... se lo diré también a Yuumi..."

"¡Intentad alejad a Nami del fuego cuando lo cocinéis!"

"¡Se lo diré a Willump!"

"¡No me fío de ese osos con cuatro brazos!"

"¡Es un yeti!"

Mientras los campeones preparaban la inminente acampada, una persona les observaba desde la lejanía fijándose en el terror de las profundidades.

"Son... demonios... debo de avisar al sacerdote Damien..."

Los Viajes de NautilusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora