Capítulo 3

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Sky

Después de que Robin se fuera me quedé sola con Steve e íbamos caminando a su auto, ambos estábamos callados y formando un silencio un poco incómodo, pero Steve rompió ese silencio.

— Bueno, a decir verdad no creo que seas una molestia — dijo mientras me miraba con esa linda sonrisa que tiene.

— Nos ayudaste en la clase de matemáticas y el profesor nos felicitó, aunque Eddie no hizo nada — parecía muy apenado por eso y creo que era el momento de decirle lo que pasó con el jugo.

— Cuando fui al salón de biología — hice una pequeña pausa y Steve estaba esperando a que terminara, parecía prestar mucha atención a lo que estaba a punto de decirle.

— La verdad es que yo quería darte... — de nuevo Munson hizo su aparición, se metió entre medio de Steve y yo recargando sus brazos en los hombros de cada uno.

— ¡Harrington! Que bueno que te encontré, mira mi auto no funciona, tendrás el honor de llevarme a casa — me quité el brazo de Munson bastante enojada y él me miró fijamente.

— Perdón por interrumpir, princesa — sonrió con algo de malicia y Steve lo miraba bastante confundido.

De verdad empezaba a odiarlo, se metía donde nadie le ha llamado, ni siquiera puedo estar un rato a solas con Steve, estoy cansada de esta situación, para mí suerte a lo lejos ví a Nancy, podría pedirle a ella que me llevara, no quería pasar más tiempo con el idiota de Munson.

— Creo que me iré con Nancy, gracias Steve — me despedí lo más rápido que pude y huí a como de lugar.

— ¡Sky! Espera — pude escuchar la voz de Steve gritarme, pero no quería estar más ahí.

Cuando volteé a verlos pude ver como Steve parecía bastante molesto y le dio un golpe en la cabeza a Munson, se lo merece.

— ¡Hola Nancy! ¿Podrías llevarme a casa? — dije algo apenada.

— Claro Sky, vamos — ella me sonrió tan cálidamente.

— Tienes que contarme que tal tu primer día de clases — empezamos a hablar mientras caminábamos a su auto.

Subimos a su auto y durante el camino le conté lo que había pasado durante el almuerzo.

— ¿Qué? Es un idiota — dijo Nancy bastante molesta sin despegar los ojos de la carretera.

— Si y aún falta, en clase de matemáticas nos tocó hacer equipos y no hizo nada, esperó a que Steve y yo hiciéramos todo para él solo pasar las respuestas — crucé mis brazos.

— ¿¡Qué!? — parecía aún más molesta.

— Y lo peor es que Steve se ofreció a llevarme a casa, bueno de hecho Robin iba a ir con nosotros pero dijo que no quería ser un mal tercio, pero en eso llegó Munson y no podía soportar verlo más, se metió en medio de Steve y yo — miré el paisaje por la ventanilla del auto de Nancy algo molesta.

— Que idiota — la miré de reojo esperando que no se diera cuenta de lo que acabo de decir, sería algo incómodo para las dos.

— Espera, ¿Te gusta Steve? — estacionó el auto cerca de la entrada de mi casa, habíamos llegado y aunque quisiera escaparme de esa pregunta no podía.

— Espero que no te moleste, pero si, me gusta mucho — bajé la mirada.

— Para nada, Steve y yo terminamos y eres libre de enamorarte de quién tú quieras, además a mí me gusta otra persona — dijo mirándome y poniendo su mano sobre mi hombro.

— Está bien, no te sientas mal, lo de Steve y yo no funcionó y son libres de ser algo más si así lo desean — la miré con una leve sonrisa, parecía que entendía perfectamente como me sentía.

Asentí y salí de su auto, hicimos una señal de despedida y yo entré a mi casa.

Cuando llegué mis padres estaban esperándome para comer, así que solo dejé mi mochila sobre el sofá y fui directo al baño a lavarme las manos.

Llegué al comedor y todos nos sentamos, era muy raro que hicieran eso, pero estoy casi segura que me dirán que se van de viaje, siempre ha sido así, nos dejan a mi y a mi hermana solas.

— Hija, queremos hablar contigo, tú hermana no está pero cuando llegue quiero que le digas que estará a cargo — dijo mi padre antes de dar el primer bocado a su comida.

— Tu padre y yo iremos a un asunto de negocios, saldremos está noche y regresaremos como en una semana — dijo mi madre mirándome.

— Está bien — fue lo único que pude decirles, siempre fue así, lo único bueno de ellos es que nos dejaban comprar todo lo que quisiéramos, sé que el dinero no da la felicidad pero al menos me hacía sentir bien algunas veces.

Al terminar de comer, ellos se fueron a su habitación para empacar las cosas que les faltaban y yo me fui a la mía a terminar algunas tareas.

Me encontraba haciendo la última tarea cuando alguien llamó a la casa, pasados unos segundos el ama de llaves llamó a mi puerta.

— Adelante — dije sin despegar la vista de mis tareas.

— Señorita Cunningham es para usted, es la señorita Buckley — volteé a verla.

— Muchas gracias — dije amablemente y ella se retiró.

Levanté el teléfono y respondí.

— Hola Robin — dije alegremente.

— ¿Cómo te fue con Steve? — parecía tener mucha curiosidad, igual ella sabía que me gustaba, bueno creo que todos saben menos él.

— Llegó Munson y la verdad estaba ya fastidiada de él, preferí irme con Nancy — dije decepcionada.

— ¿Qué? ¿Ese rarito? — respondió molesta.

Pasamos un buen rato hablando y le dije todo lo que había pasado en ese primer día de clases, ella también comenzaba a odiar a Munson e incluso hizo un par de bromas sobre él.

Cuando terminamos de hablar, escuché a mis padres salir de la casa para irse a su viaje, aproveché para darme un baño caliente y tratar de relajarme.

Nada mejor como un buen baño caliente después de todo lo que me hizo pasar ese idiota de Munson, espero que mañana sea mejor y no meta sus narices donde no le llaman.

Amor CristalinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora