Capítulo 87

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Eddie

Llegamos a la playa, el sol estaba a todo lo que daba, por suerte me había puesto ya el bloqueador para no quemarme de más, pero aún así me ardía todo el cuerpo, parecía que me iba a derretir en cualquier momento, la arena me quemaba los pies, odio el clima del mar, pero el solo hecho de que ella estuviera conmigo lo hacia más llevadero. Las risas de los niños corriendo eran como una melodía para mis oídos, decidí que sería buena idea que viniéramos a una playa pública, quería presumirla, que vieran lo hermosa que es, lo linda que se ve y que la admiren tanto como yo lo hago.

Se había puesto un traje de baño de una sola pieza en color negro, su bañador se pegaba tanto a su figura que se contorneaban todas sus curvas y se marcaban mas sus glúteos, se veía tan sexy, que sino fuera porque estamos en un lugar público, terminaría cogiéndola aquí mismo...

— Eddie, ¿Quieres que vaya por unas conchas de mar para decorar el castillo? — me preguntó estando en cuclillas.

— Si, cariño — respondí mientras seguía haciendo el castillo de arena.

Ella se levantó y rápido se fue a la orilla del mar para buscar algunas conchitas, se veía tan tierna como se agachaba para buscar y recoger algunas con sus manos, yo trataba de hacer aún más grande el castillo de arena, me sentía tranquilo y feliz, jamás pensé que la primera vez que visitaría el mar sería con ella, hace algunos meses atrás nos tratábamos mal, creo que llegamos a odiarnos, no soportamos vernos la cara y ahora estamos aquí juntos, ninguno de los dos se quiere separar del otro.

Algo empezó a hacerme sombra, al principio pensé que había sido alguna nube que me cubría del sol, pero todo esto se descartó cuando el castillo de arena se derrumbó debido a un pie que lo estaba aplastando con malicia, la arena se desbordaba como todos mis esfuerzos de haber pasado algunas horas construyéndolo.

— Quien diría que te encontraría aquí, freak — esa voz... Esa maldita voz yo la conozco.

— Billy Hargrove, el drogadicto — dije sarcásticamente poniéndome de pie, no me iba a dejar intimidar.

— Eso tú y Harrington se lo inventaron para que fuera a la comisaria — dijo furioso poniéndome su dedo índice en el pecho.

— ¿Qué quieres? — pregunté llevando mis manos a la cintura.

— ¿Vienes solo?, Será más fácil para mí hacerte la vida imposible, cómo tú y el estúpido de Harrington me la hicieron a mi, ahora estás en mi territorio — sonrió de manera perversa.

— Billy, dijo mamá que te apures — una chica pelirroja llegó en busca de él.

— Dile a Susan que ahora voy, no me tardaré nada, solo le quiero dar la bienvenida a este chico — le respondió.

— Como sea — la chica suspiro algo enojada y se fue.

— Bien, freak terminemos lo que empezamos antes — dijo tomándome de la playera sin mangas que traía puesta para acercarme a él.

— Adelante, no te tengo miedo, idiota — dije lanzando una mirada fulminante.

Sky

Terminé de recoger algunas conchas de mar, estaba tan feliz porque realmente eran muy hermosas, me dirigía a donde estaba Eddie, pero cuando me acerqué, el castillo estaba totalmente destruido y no obstante a eso, Billy tenía a Eddie sujetándolo de la playera, si las miradas matarán, creo que ambos ahora mismo estuvieran enterrados bajo tierra, sé que los dos tuvieron problemas en el pasado y tal vez no era el lugar ni el momento para limar esas asperezas, Billy lanzó el primer puñetazo a la cara de Eddie pero él bloqueó su movimiento con la palma de su mano, Eddie no era el chico que empezaría una pelea pero tampoco es uno que se eche para atrás si lo provocan.

Amor CristalinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora