Capítulo 56

1.7K 141 141
                                    

Sky

Eddie conducía por la avenida principal, la carretera estaba absolutamente sola, los residentes ya estaban en sus casas durmiendo y no era de extrañarse era casi la medianoche lo único que se podía escuchar era el cantar de los grillos y el motor del auto de Eddie, la luz de la luna entraba por el parabrisas iluminando el cuerpo de mi acompañante, sobre todo resaltaba su cadena de oro que llevaba en el cuello y sus brillantes ojos marrones, tenía su mano derecha sobre el volante y sus venas resaltaban por todo su brazo, la brisa movía suavemente los rizos que cubrían su rostro y su mirada estaba fija en la carretera.

Eddie no lo sabía, pero verlo manejar era una de mis debilidades, era como si tuviera un imán que obligaba a mis ojos a fijarse en él. El silencio me estaba volviendo loca, me había dicho que íbamos a terminar lo que no pudimos en la fiesta, pero me estaba impacientando. Cada vez que él usaba la palanca de velocidades, el frío acero de sus anillos tocaban mi cálida piel, haciendo que mi cuerpo se estremeciera.

— ¿Por qué estás tan tensa? — rompió el silencio.

Desabroché mi cinturón de seguridad y me acerqué a él para comenzar a darle besos húmedos por su cuello poniendo mi mano sobre su muslo para acercarme peligrosamente a su entrepierna.

— Eddie, me estoy desesperando, quisiera sentir tu cuerpo — le susurré al oído, pude ver como pasaba saliva por su garganta.

— Pensé que necesitabas el cuerpo de Steve esta noche, estaban muy juntos hoy y lo besaste varías veces — respondió con una voz seria, algo me decía que estaba celoso.

— Tal vez debí haberme quedado con él, me estuviera follando en este preciso momento y no reprochándome lo que hago — respondí provocándolo.

Vi como su mandíbula se tensó, estaba celoso, sus venas eran más notorias, incluso su cuello también estaba lleno de ellas, cambió la mano con la que sostenía el volante y me pareció ver que lo agarraba con más fuerza, su otra mano se desplazó hasta mi muslo y comenzó a apretarlo.

— Vuelve a decir eso — su voz sonaba dominante.

— Me hubiera gustado quedarme con Steve — dije desafiándolo.

— Quítate las bragas — ordenó.

Sonreí mordiendo suavemente mi labio inferior y él me devolvió pero una mirada bastante intimidante que me hizo obedecerlo de inmediato, metí mis manos por debajo de mi vestido para quitármelas y botarlas hacía los asientos traseros, otra cosa que me gustaba de él, era lo dominante que podía ser.

— Buena chica — dijo sonriendo con picardía.

Volvió a posar su mano en mi muslo y lo apretó un poco más fuerte, peligrosamente su mano subió hasta mi entrepierna, por instinto apreté mis piernas, arqueó una de sus cejas y sin tener que articular una palabra, lentamente suavice mis piernas para darle acceso. Su actitud dominante me estaba excitando cada vez más, llevó dos de sus dedos a su boca para lubricarlos con su saliva y sin pensarlo metió sus dedos en mi interior.

— Eddie... — gemí su nombre.

— Cada vez que digas su nombre, te haré gemir el mío — decía mientras seguía moviendo sus dedos.

Su toque me estaba derritiendo, mi interior ardía, estaba tan mojada que sus dedos se hundían con facilidad, solté un gemido más fuerte, era tal y como lo decía, Eddie sabía que puntos tocar para volverme loca, su mirada seguía sobre la carretera, pero movía tan ágilmente sus dedos dentro de mi, tan solo el simple hecho de respirar se me estaba dificultando. El ruido que provocaban sus dedos al chocar con mi interior era tan obsceno, pero él lo estaba disfrutando, podía ver una gran sonrisa en su rostro, sus movimientos fueron más rápidos, estaba a punto de llegar al clímax cuando sus dedos se detuvieron.

Amor CristalinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora