Capítulo 62

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Sky

— Suficiente, no aguanto más, me has estado provocando todo este tiempo — dijo Eddie bastante frustrado.

— Me encanta provocarte — sonreí con picardía.

— Bien, jugaremos algo que podría gustarte mucho — decía mientras sacaba de su cajón unas esposas.

— Espera, ¿Pará que es eso? — pregunté un poco nerviosa.

— La última vez que viniste a mi casa y curioseaste alguna revista mía, me dijiste que podríamos hacerlo, lo primero que debes de saber es que en una relación sadomasoquista una de las partes cede el control y la otra disfruta de él, pero, sobre todo necesitarás una palabra de control — el cambio de su voz era evidente y su aspecto serio me excitaba incluso antes de entrar en su juego.

Eddie me tomó de la mano para levantarme de la cama y empujarme contra la pared, presionando fuertemente su cuerpo contra el mío, tomó mis muñecas y las sujetó por encima de mi cabeza, rozó sus labios por mi cuello y mi piel se erizó.

— ¿Pensaste en alguna palabra de control? — preguntó con una voz profunda.

Negué con la cabeza, ¿Cómo podría pensar en algo así, cuando mi mente se ha nublado por completo?, Eddie soltó mis muñecas y me sujetó firmemente de la mandíbula antes de lanzarse a mis labios para besarlos salvajemente, me estaba devorando sin reservas. En el cénit de la pasión, Eddie apartó sus labios de los míos, y yo intentaba luchar para que el beso no se terminara.

Eddie apretó más fuerte mi mandíbula pero sin llegar a lastimarme, presionó a un más su cuerpo contra el mío, la fría pared acariciaba mi cálida espalda y un escalofrío recorrió por todo mi cuerpo.

— Pequeña ovejita, lo voy a volver a preguntar, ¿Cuál es tu palabra de control? — decía con una voz cada vez más ronca, más dominante.

Juro que nunca había visto a Eddie con ese semblante, mis piernas temblaban como gelatina, puse mis manos sobre sus hombros para no caerme, sentía que en cualquier momento mis piernas flaquearían. Mi cuerpo solo quería sentir el de Eddie destrozándome... La delgada línea entre la pasión y el peligro se difuminaban y eso me estaba excitando cada vez más, sentí la necesidad de volver a besarlo desesperadamente pero él me evitó.

— Paciencia, Cariño, primero necesitamos concretar la palabra de control — Eddie susurró cerca de mis labios, sentía su aliento caliente chocar sobre mi rostro.

— Eddie, no puedo pensar con claridad, elige una tú — respondí mirando sus labios, necesitaba que me volviera a devorar...

— Oh, pequeña, vamos a dejar las cosas claras, aquí las órdenes las doy yo, ahora dime tu palabra de control — dijo poniendo su dedo pulgar en mis labios, acariciándolos con la yema de su dedo, abrí ligeramente mis labios y él metió su dedo para que yo pudiera chuparlo.

— Abaddón — respondí con las pocas fuerzas que me quedaban... Sentía que mi corazón saldría de mi pecho en cualquier momento.

— Buena chica — respondió con una severa voz imponente, tan solo escucharlo mi cerebro envío ondas de placer por todo mi cuerpo, me sentía verdaderamente mojada.

Eddie terminó por arrancarme el resto de mi ropa tirándola al suelo, me tomó de la cintura con un fuerte agarre para cargarme, puse mis piernas alrededor de su cintura y mis brazos sobre sus hombros, delicadamente me dejó sobre la cama y de su bolsillo trasero sacó una bandana negra.

— ¿Confías en mí? — preguntó acercando la bandana a mis ojos.

— Si, Eddie... — respondí con dificultad.

Amor CristalinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora