Capítulo 27

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Sky

Cuando llegamos a la casa mis padres estaban sentados sobre el sofá hablando con un chico. Tenía un buen porte, parecía de alguna otra familia rica, su cuerpo era delgado, era de tez blanca y su cabello rubio, sus ojos eran bastante profundos que intimidarían a cualquiera si se lo propusiera, eran de un color azul como el cielo, parecía ser bastante educado y elegante al hablar, su vestimenta era toda blanca, lo único que destacaba eran sus zapatos y su cinturón negro. Nuestros ojos se encontraron por unos instantes pero después desvié mi mirada.

— Hija, que bueno que llegas, este joven será tu profesor privado de piano — decía mi padre presentándome al chico que tenía al lado. 

— Mucho gusto, me llamo Sky Cunningham — extendí mi mano para saludarlo de manera educada. Realmente no necesitaba esas clases pero mis padres siempre hacen todo por mi sin consultarme primero.

— El gusto es mío señorita, soy Henry Creel — respondió con mucha educación y amabilidad, tomó mi mano llevándola hasta sus labios para depositar un suave beso sobre ella, su mirada era verdaderamente intensa. 

El leve sonrojo en mis mejillas se hizo notar con ese lindo gesto, le quité mi mano lentamente y Chrissy llegó saludando a mis padres con mucho cariño y luego le presentaron al joven Creel que no despegaba su vista de mi, sinceramente me estaba empezando a sentir un poco incómoda e intimidada. 

— Bueno niñas vayan a lavarse las manos para que podamos degustar de una buena comida — dijo mi padre mirándonos. Ambas asentimos, llevamos nuestras compras a nuestras respectivas habitaciones y luego fui al baño a lavarme las manos. 

Bajamos al comedor, mi padre y mi madre estaban cada uno en un extremo de la mesa, me senté al lado de Chrissy en uno de los costados de la mesa y frente a mi tenía a mi nuevo profesor. Los sirvientes comenzaron a traernos la comida, empezamos con una crema de zanahoria. 

— Perdónanos Henry, pero aquí estamos acostumbrados a no consumir algún tipo de carne y grasa, más que nada por nuestras bellas hijas, para que mantengan su linda figura, ellas forman parte del club de animadoras en su escuela — decía mi madre orgullosa. 

— No se preocupe señora Cunningham, esta crema está muy deliciosa — dio una gran sonrisa a mi madre. 

— Oh, por favor, llámame Rachel — mi madre le sonrió de manera coqueta. Parece que yo era la única que se estaba dando cuenta como mi madre se le insinuaba. 

— Bueno, he terminado — dije levantándome de mi asiento de manera precipitada. 

— Hija, ¿No vas a probar el postre? — mi padre se dirigió a mi. 

— Lo siento pero debo ir a cuidar a Holly, hoy me encontré en Starcourt con la señora Wheeler y me pidió el favor de cuidar a su pequeña hija — respondí amablemente. 

— Oh, no llegues tan tarde cariño — me dijo mi madre mientras me daba una sonrisa. 

— Yo podría llevarla si me lo permite, señorita — dijo el joven Creel levantándose de su lugar. 

— No te molestes Henry, hemos contratado un chófer para estos casos — sonrió mi padre mirándolo. 

— No es ninguna molestia, aún tengo algunos asuntos que resolver, no quise ser descortés de rechazar su invitación a comer — respondió con una cálida sonrisa. 

— Muy bien, Henry, entonces cuida de mi hija — agregó mi padre. 

— Lo haré señor Cunningham, gracias por la invitación Rachel, estuvo deliciosa la crema de zanahoria — deslizó la silla con delicadeza para ponerla en su lugar. 

Amor CristalinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora