Capítulo 78

972 86 80
                                    

Peter

Abrí mis ojos de golpe y me encontré con el destello de la luz que me hacía querer volver a cerrarlos nuevamente, estaba en alguna habitación desconocida, tuve un par de lagunas mentales, pero sinceramente todo en mi mente estaba borroso y confuso, me tomó algunos segundos poder enfocar la vista en algo, no sé cuanto tiempo pasó desde que me desvanecí en sus brazos, seguí mirando a mi alrededor y la vi... Estaba sentada sobre el suelo pero su cabeza encima de sus brazos cruzados recostada a un lado de mis piernas, estaba durmiendo, ¿Por qué te preocupas tanto por mi?, Apenas si nos conocemos, traté de acomodarme sobre aquella cama y ella despertó, se levantó torpemente y puso su mano sobre mi frente.

— ¿Henry?, ¿Cómo te sientes?, Parece que la fiebre te bajó — su voz preocupada y adormilada inundó mis oídos, era la voz más dulce que había escuchado últimamente.

— Me siento mejor, ¿Dónde estamos? — pregunté mientras tomaba asiento sobre la cama.

— En el hospital, te desmayaste, unos señores fueron tan amables de llamar a una ambulancia — decía mientras sus ojos temblaban, estaban cristalinos, ¿De verdad te preocupo tanto?.

Aclaré mi garganta y antes de agradecerle, el rechinido de la puerta se hizo presente, me sentía muy sensible y sentía que ese maldito sonido me rompería los tímpanos en cualquier momento, entró el doctor que llevaba en su mano una libreta de anotaciones, apuntaba algo mientras se acercaba a mi.

— ¿Has estado comiendo bien, Henry? — preguntó de repente.

— Si — mentí, últimamente no tenía apetito de nada.

— Bien, ¿Es la primera vez que tienes este tipo de ataques? — preguntaba mientras escribía en su libreta.

— Si, es la primera vez — volví a mentir, no quería que ella supiera que últimamente me dan más seguido.

— Bueno, dejaremos que el suero se termine y podrás irte a casa — el doctor dijo con una sonrisa y se retiró dejándonos solos.

— Henry, ¿Puedo preguntarte quién es Rosemary? — preguntó sin tantos rodeos.

— ¿Por qué de repente me preguntas eso? — no sabía que decirle, un nudo se me hizo en la garganta al escuchar su nombre.

— Gritabas su nombre una y otra vez mientras dormías — respondió clavando sus ojos en los míos.

— Ella es... — fui interrumpido por la presencia de dos personas que no eran para nada gratas de volver a verlas.

— ¡Henry! — mi madre gritó llorando hasta donde estaba para abrazarme muy fuerte, el bulto de su estómago me hacía entender que había vuelto a quedar preñada.

— Hijo, ¿Por qué no nos dijiste que estabas en Hawkins?, Sabes que con nosotros siempre tienes tu casa — habló mi padre.

Odiaba con toda mi alma volver a verles la cara, mi corazón latía con fuerza y tenía tantas ganas de correrlos, de alzarles la voz y decirles que yo no era Henry, pero no podía, arruinaría todo lo que he conseguido y Clark estaría furioso conmigo, solo me quedé callado y tragándome todo el orgullo.

— Perdón, pensé que solo estaría un par de días por aquí — sonreí falsamente.

— Perdón, tú debes de ser su novia — mi madre se dirigió a Sky.

— No, yo... — intentó explicarles pero mi padre la interrumpió.

— ¿Cómo te llamas, cariño? — le habló con tanta dulzura que me dio asco.

— Me llamo Sky Cunningham, mucho gusto en conocerlos — dijo formalmente mientras estiraba su mano.

— Que chica más educada te has conseguido, Henry, aparte de que es muy hermosa — decía mi padre dándole un ligero apretón de manos.

Amor CristalinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora