Sky
Durante toda la semana Steve no dejaba de perseguirme por los pasillos de la escuela, por más que intentara alejarme era casi imposible, me dejaba pequeñas notas dentro de mi casillero, incluso en mi mesa de trabajo dejaba una rosa con alguna nota diciendo "lo siento, ¿Podemos hablar?". No sabía que hacer, mi corazón aún seguía herido, sentía que Munson solo observaba toda la vergonzosa situación esperando mi próximo movimiento.
— ¡Sky! — era la voz de Steve, estaba tan absorta en mis pensamientos que no me di cuenta cuando el salón quedó absolutamente solo.
— Lo siento Steve, tengo prisa — respondí tomando mis cosas apresuradamente, traté de huir del salón de clases pero Steve me tomó del brazo.
— Escúchame, por favor — su voz era cada vez más suave.
— Me equivoqué, en verdad lamento haberte lastimado de esta manera, solo quiero que me des otra oportunidad, no volverá a pasar — sonaba arrepentido pero, ¿Y si vuelve a pasar?, No podía verlo ni a la cara, le arrebaté mi brazo e hice una pequeña caminata rápida hasta la salida del salón.
— ¡Te amo, Sky! — gritó antes de que cruzara la puerta.
— ¿Me amas? — volteé a verlo, no esperaba que me dijera algo así, sus ojos parecían los de un cachorro triste. Steve se acercó lentamente hacia a mi y me tomó de las mejillas.
— Si, te amo — volvió a repetirlo y acto seguido me dio un beso en los labios.
Eddie
Desde el beso que Cunningham me dio, no volví a ser el mismo, cada que mis ojos se encontraban con los de ella sentía una extraña sensación dentro de mi que me hacía desviar la mirada al instante, mi corazón se aceleraba, y cada que veía sus labios me reprimía las ganas de devorarle la boca, a veces solo optaba por ignorarla pero era imposible cuando mi mente solo pensaba en ella.
A la hora del almuerzo preferí irme al bosque, me senté a un extremo de la mesa y ahí encendí un cigarrillo para relajarme, pero unos pasos acercándose me hicieron perder toda la tranquilidad.
— Lo siento, no pensé que estuvieras aquí — era Cunningham con una voz bastante suave.
— Descuida, parece ser que ya no solo es mi lugar favorito — respondí sin mirarla a los ojos.
— Este lugar es muy tranquilo y me agrada — dijo mientras se sentaba al otro extremo de la mesa.
— Por cierto, gracias, por no decirle a nadie lo que pasó el otro día — sentí su mirada sobre mi pero mis ojos solo se concentraban en el cigarro que tenía en medio de los dedos.
— No hay problema — respondí y ambos nos quedamos en silencio unos minutos disfrutando de la tranquilidad del bosque. Estar así con ella me hacía sentir muy bien, a veces volteaba a verla y juro que cada vez era imposible reprimir lo que sentía.
— Me iré primero, nos vemos friki — dijo con una leve sonrisa en su rostro, ella se fue y yo me levanté para tirar lo poco que quedaba del cigarrillo al suelo y luego lo pise con la punta de mi zapato para apagarlo y no provocar algún incendio.
Antes de llegar a la entrada de las instalaciones pude ver como Steve se acercó a ella tomándola de la cintura y dándole un beso en los labios. ¿Pero que carajos?, ¿Cuándo volvieron?. Me escondí detrás de una pared pero podía escuchar con claridad.
— Nos vemos hoy en la fiesta, amor — pude escuchar a Steve decirle a Cunningham antes de que siguiera su camino. Salí de dónde estaba escondido.
— ¿Así que volvieron? — la miré.
— Si, aún sigo enamorada de él y me dijo que me amaba — sonrió.
— ¿De verdad estás enamorada? O ¿Simplemente eres idiota?, Harrington no va a cambiar, le gusta Wheeler — respondí con enojo, no podía creer lo que estaba viendo y escuchando.
— ¿Qué sucede contigo? — respondió de manera agresiva.
— Solo te digo que si te vuelve a hacer daño, no cuentes conmigo, no seré nuevamente tu pañuelo de lágrimas — le dije demasiado molesto y entré a las instalaciones para seguir con mis últimas dos clases.
A la hora de la salida de clases me fui al club, hoy era el inicio de una nueva campaña, me senté en mi asiento con los brazos cruzados e hice mi cabeza hacia atrás suspirando por los acontecimientos, estaba esperando a los chicos cuando de pronto.
— ¡Eddie! — gritó Steve abriendo la puerta de golpe.
— ¿Qué pasa Harrington?, Estoy a punto de empezar una nueva partida y los chicos no tardan en llegar — respondí de mala manera.
— ¿Un mal día? — preguntó mientras tomaba asiento en uno de los lugares vacíos alrededor de la mesa.
— Todo normal, Steve — sonreí sarcásticamente mientras lo miraba.
— Bueno, no importa, lo que quería decirte es que no puedo sacarme de la cabeza a Nancy, cada vez que la veo no puedo contener mis ganas de besarla —
— ¿Qué pasa con Cunningham? — suspiré.
— Amigo ella es linda y tierna, me agrada ser su novio pero con Nancy es diferente, no puedo controlarme cada vez que la veo — comentó Steve y mis ojos fueron directamente a la puerta del club, pude notar una sombra por el pequeño espacio que dejaba la puerta del piso.
— Baja la voz, Harrington — le advertí.
— Amigo, no hay nadie aquí, ¿Quién podría escucharnos? —
— Solo cierra la maldita boca, Harrington — le grité, dentro de mi sabía que esa sombra era Cunningham escuchando del otro lado.
— Parece que si tuviste un mal día después de todo, como sea, déjame ayudarte — puso sus manos sobre la mesa evitando desacomodar las cosas que estaban sobre esta.
— ¿Cómo? No quiero tus limosnas — rodé los ojos.
— Te voy a contratar a ti y a tu banda para que esta noche toquen en mi fiesta, sé que necesitas el dinero, ¿Ahorras para una motocicleta, cierto? — agregó.
— Si —.
— Bien, te veo más tarde en mi fiesta — dijo antes de levantarse de su asiento, para ese entonces la sombra que había visto ya no estaba.
Después de que Steve se fue, los chicos llegaron a jugar el inicio de una nueva aventura. Pasamos un par de horas jugando ya era algo tarde así que decidimos dejarlo por el momento, todos nos dirigimos a la salida. El club quedaba cerca del pasillo donde también se encontraba el salón de música.
Iba caminando cuando vi a Cunningham con los ojos muy abiertos viendo dentro del salón de música, me acerqué y cuando volteé a ver lo que ella estaba viendo, no podía creerlo, de nuevo Steve besando a Wheeler. Estaban a punto de salir del salón, yo quería enfrentarlos pero Cunningham me tomó de la mano para escondernos y que no nos vieran.
Puso su dedo sobre sus labios para evitar que yo dijera alguna palabra, sus ojos estaban llenos de lágrimas, su corazón estaba nuevamente roto. Pude escuchar como las risas de Steve y Wheeler se desvanecían a lo lejos del pasillo y Cunningham no me dirigió ninguna palabra, solo salió del escondite y se fue. Creo que el motivo fue por lo que le dije a la hora del almuerzo. Supongo que la veré más tarde en la fiesta.
ESTÁS LEYENDO
Amor Cristalino
Fanfiction- ¿Qué se supone que debería hacer? Si mi novio Steve está obsesionado con Nancy y su amigo Munson está demasiado ardiente - - Alguno de los dos va a salir con el corazón roto - agregó mi hermana. ✩ ─── 「༻ ☪ ༺」─── ✩ Sky Cunningh...