Capítulo 33

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Eddie

Los meses pasaban y cada vez estaba más enamorado de ella, de su hermosa sonrisa, de sus brillantes ojos, todo lo que hacía ella me parecía realmente lindo, no había cosa que no hiciera por ella, hasta me partiría en dos con solo verla feliz, haría de todo por tenerla siempre sonriendo.

— Eddie, Lizzy no va a venir, volvió a dejarte plantado, siempre hace lo mismo — decía Gareth.

— Ella lo prometió y yo le creo, solo está un poco retrasada — respondí defendiéndola.

— Tiene treinta minutos de retraso, empecemos a jugar de una vez, se hace tarde — dijo Jeff.

— Esperemos unos cinco minutos más, estoy seguro que ella vendrá — dije mirando el reloj de mi muñeca.

— ¡Perdón, chicos! — gritó Lizzy abriendo la puerta de golpe.

— Preciosa, viniste — una sonrisa se dibujó en mi rostro.

— Si y no, lo siento bebé, pero, ¿Podemos hablar en privado? — decía haciéndome una señal con su mano para que saliera del club.

— Está bien, ahora vuelvo chicos — me levanté del asiento y fui directo a dónde Lizzy estaba, cerré la puerta detrás de mí para que no pudieran escucharnos, los pasillos ya estaban completamente solos, el partido de baloncesto ya había comenzado y la mayoría de los estudiantes estaban en el gimnasio.

— Lamento no poder venir a jugar está vez, pero mi madre me pidió que la acompañara a comprar unas cosas — me dijo mientras pegaba su cuerpo al mío.

— Yo solo quiero que mi novia esté un día conmigo — respondí dándole un cálido abrazo y acariciando su cabello mientras ella pegaba su rostro a mi pecho.

— Lo siento, amor, de verdad quiero estar contigo pero hoy no — me tomó de las mejillas y comenzó a darme besos cortos en los labios.

Siempre hacía lo mismo para salirse con la suya, poniendo esos ojos de cachorro triste combinado con varios besos, ya sea en los labios o por toda mi cara, últimamente lo hacía más seguido, ponía excusas para no venir al club o para vernos cada vez menos, pero era feliz con tan solo unos cinco minutos de su atención.

— Te quiero, Lizzy — pasé un mechón de su cabello detrás de su oreja mirándola con mucha ternura.

— Te quiero, bebé, nos vemos mañana y gracias por esto — me enseñó la bolsa de hierba que tenía entre sus manos y se fue corriendo mientras reía.

¡Carajo!, No de nuevo... Siempre hacía lo mismo, pegarse mucho a mi para sacarme cualquier tipo de droga de los bolsillos del pantalón o de mi chaqueta. Di un gran suspiro y antes de entrar al club, una mano con un fuerte agarre me detuvo del brazo.

— Munson — era la voz de Harrington.

— ¿Qué mierda quieres ahora?, ¿Vas a venir de nuevo a contarme cosas malas sobre Lizzy? — le arrebaté mi brazo.

— Munson, solo quiero que sepas como es ella realmente — levantó la voz.

— Llevas toda la maldita semana diciéndome lo mismo, no te creo, ¿Para que vendrías aquí a decírmelo? — lo miraba sin comprender y cada vez me ponía de mal humor.

— Trato de ser mejor persona — respondió sin dudarlo.

— Que gran mentira, Harrington — dije sin creerle una sola palabra.

— ¿Por qué no la sigues?, Tal vez descubres toda la verdad y te quitas esa venda de los ojos — fue lo último que dijo antes de retirarse.

Está situación me estaba cansando, así que entré al club para avisarles a los chicos que se fueran a sus casas, necesitaba acabar de una buena vez por todas con esta mierda. Lizzy era casi perfecta si no fuera por sus padres, ¿Por qué me mentiría?, Ella me ha dicho en repetidas ocasiones que me quiere, no tengo por que dudar de ella, pero no es la primera vez que me lo advierten y necesito descubrirlo.

Me apresuré a ir a la salida de la escuela pero no había nadie, justo cuando entré a mi auto para irme a casa, iba saliendo Lizzy con el uniforme de animadora y a su lado estaban Sky y Chrissy Cunningham, junto con todas las demás animadoras. ¿Qué mierda está pasando?.

Después salieron los chicos del equipo de baloncesto, entre ellos solo pude distinguir a Jason Carver y Billy Hargrove, por sus caras parecía que iban a una gran fiesta, todos estaban contentos y festejando, pronto todos se subieron a sus autos para irse, dejando solos a Hargrove y Lizzy en el estacionamiento.

Hargrove la tomó de la cintura y comenzó a besarla mientras empezaba a acariciar todo su cuerpo, algo que a mí no me permitía hacerlo, ahora entiendo la verdadera razón del "no estoy lista". Reuní todo mi coraje para salir del auto y enfrentarlos.

— ¿Lizzy?, ¿Qué carajos haces con Hargrove? — dije mirándola fijamente.

— ¿Qué quieres ahora maldito friki?, ¿No ves que estamos ocupados? — Hargrove se dirigió a mi, poniéndose enfrente de Lizzy.

— ¿Qué mierda, Eddie?, ¿Me estabas siguiendo? — gritó Lizzy cruzando sus brazos bastante molesta.

— Vamos Lizzy, ya dile la verdad, que no lo quieres, que solo lo usas para que nos dé la hierba gratis — decía Hargrove con una amplia sonrisa.

— ¿Qué? — lo miré por unos segundos y luego volteé mi mirada a Lizzy.

— También dile todas las noches que te hice gritar mi nombre, mientras me decías que te daba asco tener que besar a este freak — decía Billy mientras encendía un cigarrillo, recargado en su auto.

— Dime que eso no es verdad, Lizzy — la voz comenzó a temblarme, sentía tanta impotencia.

— Eddie, era demasiado aburrido estar contigo, siempre queriendo jugar algo que no comprendía — respondió sin sentir algún tipo de culpa.

— Vámonos, hermosa, no tienes por que seguirle dando explicaciones — Hargrove le decía a Lizzy y ambos subieron a su auto para irse.

Me quedé solo en el estacionamiento, estaba lleno de rabia y tristeza al mismo tiempo, mis ojos se volvieron cristalinos, mi corazón se rompió, la chica que tanto quería me estaba viendo la cara todo este tiempo, ¿En qué momento?, Se lo di todo, la veía feliz, ¿Todo fue una farsa?. No puedo creerlo, todo este tiempo estuve viviendo en una mentira, comencé a llorar de tanta impotencia, de enojo, reuní todo mi coraje y le di una gran patada a la llanta de mi auto con todas mis fuerzas.

La persona que más quería me había traicionado, había roto mi confianza, ¿Qué fue lo que hice mal?. Poco a poco me fui sentando sobre el suelo, recargando mi espalda en mi auto, cubrí mi rostro con ambas manos.

— Mierda... ¿Qué hice mal? — las lágrimas no paraban de salirme.

— ¡Hey!, ¿Estás bien? — una voz masculina me hizo girar mi cabeza en su dirección.

— Tenías razón, Harrington — sonreí forzosamente.

— Lo lamento, amigo — se sentó al lado mío.

— ¿Qué voy a hacer con todo este amor? — murmuré.

Estaba completamente destruido, no podía pensar con claridad, sentía que me habían robado el alma, Lizzy fue mi primer amor y no sabía que hacer de ahora en adelante. Ahora también entendía la verdadera razón del porque nunca llevaba la camiseta del club que le hice con tanto cariño. Ella pertenecía al club de animadoras, al grupo de los populares que tanto criticaba.

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Chicxs, perdonen por alargar tanto la historia de Eddie, pero sentía que si la acortaba, se vería muy forzada. Les juro que mañana ya se viene el desenlace de su triste historia.

De aquí es donde nuestro querido Eddie odiaba el amor al inicio de la historia y decía que el amor no era para él, también del porque le advirtió a Sky sobre lo que hacía Steve, simplemente porque se vio reflejado en ella y no quería que pasara por lo mismo que él sufrió.

Y Eddie si aprende de sus errores, por eso ya metía su droga en el cofre, para que no le sacaran nada. (? Y el porque le cobró la droga a Sky cuando esta se drogó en su casa. Ya no es tan tonto el muchachito. 😌

Amor CristalinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora