Capítulo 29

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Sky

Al día siguiente los rayos del sol entraron por mi ventana haciendo que me despertara temprano un sábado por la mañana, me senté sobre la cama para estirar mis brazos y frotarme un poco los ojos para ver con mayor claridad, me levanté de la cama y bajé a desayunar, mis padres nuevamente se habían ido de viaje por asuntos de negocios, las clases de piano empezarían mañana así que hoy no tenía que preocuparme por llegar temprano a casa, me senté frente al comedor para desayunar un omelette con queso.

Mientras comía veía los asientos vacíos del comedor, deseando que algún día puedan estar llenos durante la hora del desayuno. Cuando terminé de desayunar, me fui a dar un baño, al salir me puse la lencería de encaje negra que había comprado el día anterior.

Me puse una falda tableada de color negra con unas botas y una blusa blanca de manga larga, decidí llevarme el cabello recogido con una coleta baja, al mirarme al espejo tenía la pinta de ser una colegiala y yo solo pude sonreír, no tenía más tiempo para cambiarme de nuevo solo tomé mi bolso y salí de la casa, afuera ya estaba el chófer esperándome para llevarme a Starcourt. Durante el camino le di algunas indicaciones al chófer para que no me esperara. Tenía que ir a casa de Eddie para terminar el trabajo visual de biología, cuando llegué Robin ya estaba esperándome en la entrada del centro comercial.

— Hola Robin — le di un beso en la mejilla como un saludo.

— ¡Sky, por fin llegaste! — ella me abrazó cálidamente por unos segundos.

— Bueno, ¿Ya pensaste que le vas a regalar a Vickie? — pregunté mientras nos adentrábamos en el centro comercial.

— Aún no — dijo haciendo un puchero.

— Bien, entonces recorramos todas las tiendas — sonreí y ella me tomó de la mano para comenzar a recorrer todas y cada una de las tiendas en busca de algo lindo.

Pasamos demasiadas horas recorriendo casi todo el centro comercial, estábamos tan cansadas que nos sentamos en la primera banca disponible que encontramos, el centro comercial estaba bastante lleno, podía ver a los niños felices tomando la mano de su padres para dirigirse al cine o comer un helado, una sonrisa melancólica se dibujó en mi rostro, tenía tanta envidia de ellos.

— No creo que encuentre nada — dijo Robin bastante frustrada, trayéndome de nuevo a la realidad.

— La última tienda a la que no hemos entrado es la librería — comenté como una última opción antes de que Eddie llegara por mi.

— Tal vez encuentre un buen libro — Robin me tomó de la mano y me arrastró hasta la librería.

Empezamos a buscar algún libro en todas las secciones, fantasía, misterio, romance, comedia, aventura, incluso terror, pero cada vez se volvía más agotador, giré mi mirada hacía el ventanal y algo llamó mi atención en el exhibidor de la tienda de enfrente, era el mismo aparato que le había visto a Dustin la noche anterior.

— Robin, no tardo — le dije antes de salir de la librería y dirigirme a la tienda de RadioShack.

— Bienvenida a RadioShack señorita, mi nombre es Bob Newby, ¿La puedo ayudar en algo? — dijo un señor demasiado amable y carismático.

— Si, estoy buscando unas radios o walkie talkie, creo que se llaman — traté de explicarle.

— Claro, sígame — el señor Newby comenzó a caminar por los pasillos hasta llegar a una sección donde estaba lleno de esos aparatos muy similares a los de Dustin.

— ¿Hay alguno que sea de larga distancia? — dije mirando todas las radios.

— Claro, estos son los más nuevos que tenemos, tiene una buena recepción y sobre todo mayor longitud — dijo tomando el modelo más nuevo.

— Bien, llevaré estos entonces — le sonreí tomando las radios que me estaba ofreciendo. Nos dirigimos hasta la caja para poder pagarlos y una vez pagados, los puso en una bolsa de papel y me los entregó.

— Que tenga un buen día y disfrute su compra, señorita — me sonrió con mucha amabilidad.

— Muchas gracias — dije con una gran sonrisa.

Me dirigía a buscar a Robin pero cuando salí de la tienda Robin ya venía saliendo de la librería con una bolsa de papel en sus manos, supongo que por fin encontró el regalo perfecto para Vickie, venía con una amplia sonrisa en su rostro como si hubiera ganado la lotería y esos ojos brillaban bastante llenos de ilusión.

— Parece que ya encontraste el regalo — sonreí al ver su cara bastante animada.

— Créeme que si, espero que le guste — dijo bastante entusiasmada.

— Estoy segura que lo va a apreciar bastante, bueno, Eddie no tarda en venir por mi — agregué.

— ¿Eddie?, ¿Ya tienen citas? — me miró levantando una ceja con una sonrisa juguetona.

— No, solo terminaremos el trabajo de biología — respondí.

— Ajá, ¿Trabajo de biología?, ¿No será más bien, un trabajo de anatomía? — ambas reímos ante su comentario, de verdad haríamos el trabajo de biología pero seguro que después podríamos pasar a otro tipo de trabajo.

Después de encontrar el regalo para Vickie, Robin y yo nos dirigimos a las afueras del centro comercial para esperar a Eddie, no me quería dejar sola durante ese tiempo. Esperamos alrededor de unos 10 minutos y vimos el auto de Eddie estacionarse en uno de los lugares disponibles, él salió de su auto con una amplia sonrisa, me sentía bastante nerviosa cada vez que él se acercaba más a nosotras, podía notar que traía un tulipán de color azul en una de sus manos, un color que no es muy usual de ver en los tulipanes.

— Hola, Buckley — saludó primero a Robin.

— Hola, Munson — respondió amablemente Robin, parece que le empieza a caer mejor, antes lo hubiera llamado "rarito".

— ¿Cómo le haces para ser tan hermosa todos los días? — Eddie se dirigió hacía mi sin ningún tipo de vergüenza mientras me entregaba el lindo tulipán que traía en la mano.

— Gracias, Eddie — respondí con una sonrisa y tomé el tulipán con un poco de timidez.

— Oww, son tan lindos juntos, pero solo no se besen cuando esté presente — decía Robin mirándonos con una ligera sonrisa.

— ¿Quieres que te lleve a casa Buckley? — preguntó Eddie.

— Bueno, ya que insistes, aceptaré — sonrió.

Todos caminamos hacía el auto de Eddie, y él nos abrió las puertas de su auto como todo un caballero, yo tomé el asiento del copiloto y Robin prefirió irse en la parte trasera para darnos nuestro espacio, pero sinceramente estando ella presente me daba un poco de vergüenza demostrar algún tipo de cariño hacía Eddie. Robin empezó a darle indicaciones para llegar a su casa.

— Llegamos — comentó Eddie estacionando su auto frente a la casa de Robin.

— Muchas gracias, Munson, cuida de mi mejor amiga y por favor sean más discretos en público o alguien podría verlos, pequeños tortolitos — Robin se acercó a la parte delantera y nos tomó ligeramente de nuestras cabezas para chocarlas suavemente, ella salió del auto con una gran sonrisa y nos hizo una señal de adiós, esperamos a que ella entrara a su casa para poder irnos.

— Robin tiene razón, debemos tener más cuidado — le dije a Eddie.

— Tranquila, pequeña, todo estará bien — se acercó para darme un beso en los labios.

Eddie siempre me hacía sentir segura con sus palabras y sus acciones, siempre que estaba a su lado me transmitía demasiada paz y podía relajarme, podía bajar la guardia con él.

Amor CristalinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora