Capítulo 6

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Sky

Antes de llegar a su auto Steve se detuvo, volteé a verlo y estaba mirando algo, traté de mirar pero no vi a nadie, puse un poco más de atención y lo único que vi fue a Nancy con Jonathan Byers, ¿Así que ese es el chico que le gustaba?

— ¿Steve? — me acerqué a él, seguía mirando hacia el frente de él como si buscara algo.

— Perdón, creí haber visto a Eddie merodear por aquí, solo fue mi imaginación — me abrió la puerta de su auto para que subiera y luego él lo hizo.

El ambiente parecía estar un poco extraño, ninguno de los dos hablamos durante el camino a mi casa, antes de bajar de su auto me detuvo tomándome de la mano.

— Fue una gran cita, ¿Podemos hacer esto de nuevo? — dijo amablemente mientras sonreía.

— Claro — una sonrisa dibujo mis labios y luego salí de su auto.

Le hice una señal de despedida y el ruido del motor de su auto desapareció después de unas cuantas casas, entré a mi casa directo a darme un buen baño.

— ¿Sky? ¿Dónde estuviste? No te vi en todo el día — mi hermana parecía muy preocupada, de hecho se me había olvidado por completo avisarle.

— Steve me invitó a ver una película — dije sin mirarla a los ojos.

— ¿Están saliendo? — parecía bastante emocionada.

— No, solo fuimos al cine como amigos — le sonreí.

— Está bien, pero avísame para la siguiente vez que salgan, me quedé muy preocupada — me dio un beso en la mejilla y luego se metió a su habitación.

Entré a mi habitación para ponerme ropa cómoda y poder dormir tranquilamente.

Pasaron un par de semanas y todo iba normal, Munson era como si me evitara y eso me ponía de mejor humor, mientras no se meta en mi vida todo estará bien, con Steve mantenía poco a poco más contacto y hablábamos cada vez más.

Era jueves y hoy Steve tenía un partido importante, por suerte estaba en el equipo de las animadoras y hoy iría a apoyarlo.

Nada me ponía más feliz que llegara este día y si ganan estoy casi segura que habrá una gran fiesta.

Me encontraba en los vestidores arreglándome un poco el cabello cuando escuché unos ruidos provenientes del último cubículo.

— ¿Hola? — pregunté mientras me acercaba lentamente.

Los ruidos seguían y entre más me acercaba podía escuchar con mejor claridad que era alguien besándose, no sabía si ver de quién se trataba o solo irme.

— ¿Hola? — sinceramente me moría de curiosidad quien hacía esto en los vestidores de las mujeres.

De repente una chica del club de animadoras salió cubriéndose la cara con mucha vergüenza y disculpándose.

— Lo siento Sky, no le digas a Chrissy — su voz parecía bastante nerviosa y salió de los vestidores cubriéndose el rostro con su mano.

Por desgracia no pude ver bien su rostro, de repente Munson salió con las mejillas sonrojadas y los labios llenos de labial rojo.

— ¿Qué haces aquí? Por si no lo sabes estos vestidores son solo para chicas — crucé mis brazos y él parecía ignorarme mientras caminaba hacia la salida.

— ¡Te estoy hablando friki! — le grité mientras le seguía detrás.

De un solo movimiento me acorraló contra la pared, tomó mis muñecas con una sola mano y con su otra mano me tomó de las mejillas apretándolas un poco.

— Que ganas de amordazarte esa boquita para que te calles y me dejes tranquilo — parecía muy molesto.

— Hoy iba a tener una noche divertida pero gracias a ti no se hará realidad, la había estado conquistando toda la semana y no todos tenemos la suerte de ser lindos — apretó un poco más mis muñecas, me estaba haciendo daño.

— Al menos límpiate el rostro, luces patético — desvíe la mirada.

— Podría salir contigo de los vestidores y pensaran que la estábamos pasando bien, tu reputación caería, ¿Cierto? Y Harrington se alejaría de ti — sonrió.

— ¡Suéltame! Me estás haciendo daño — comencé a forcejear con él.

— No me hablas toda la semana y ¿Ahora me amenazas? — Munson me soltó y comencé a sobarme las muñecas.

— Perdón, estoy un poco irritado y frustrado — si eso veo, frustrado o mejor dicho desesperado por tener sexo.

Me salí de ahí antes de que volviera a hacerme algo y antes de que me vieran con él, el partido ya estaba a punto de empezar así que corrí lo más que pude al gimnasio, me puse al lado de mi hermana para empezar a animar el partido.

Iban empatados y era el medio tiempo, era el turno de nosotras, seguí la coreografía que habíamos estado ensayando durante toda la semana, hice un par de volteretas y la gente parecía volverse loca.

Habían muchos aplausos y gritos, me sentía como la sensación del momento y pronto acabamos, el partido volvió a tomar lugar.

En los últimos segundos Steve tomó el balón y lo lanzó, parecía como si el tiempo se hubiera detenido, todos préstamos atención al balón que se estaba tambaleando en el aro de la canasta.

Pronto cayó y el árbitro marcó el final del partido quedando como ganadores los tigres, todos gritaron emocionados, aplaudían a Steve y lo subieron en sus hombros mientras salíamos del gimnasio.

Lo llevaron cargando hasta la salida de la preparatoria y cuando lo bajaron, él se acercó a mi.

— Te lo he dedicado a ti — esas palabras me hicieron sentir demasiado nerviosa y a la vez muy feliz.

— G-gracias — dije tímidamente.

— Felicidades por cierto — estaba bastante nerviosa.

Noté que él estaba viendo hacía otro lado y cuando intenté ver lo que estaba viendo, me tomó de la mejilla para que lo viera fijamente.

— ¿Irás a la fiesta? — no dejaba de mirarme y cada vez me ponía más nerviosa, nuestros labios estaban a tan solo un par de centímetros.

— Si, hay que festejar que gracias a ti, ganaron los tigres — le sonreí pero no dejaba de mirar sus labios.

— ¿Quieres que te lleve? — él parecía mirar mis labios también.

— ¡Harrington! — ¡Munson! Tenía que llegar a vengarse...

Ambos nos separamos en cuanto Munson le habló a Steve.

— ¿Qué pasa Eddie? — respondió Steve algo molesto.

— Sé que van a una fiesta, yo me apunto — dijo Munson.

— Pero a ti no te gustan — Steve le miró bastante confundido.

— Puede ser que esta si me interese — sonreía mientras me miraba.

— Yo creo que te veo allá Steve, le diré a mi hermana que me lleve — fingí una sonrisa y después me fui a buscar a Chrissy.

Amor CristalinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora