Capítulo 44

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Eddie

Al separarme de su oído, pude notar como estaba bastante ruborizada, nuestros ojos se encontraron, sus pupilas estaban un poco dilatadas y me hizo entender que yo no era el único que lo deseaba. Esos benditos ojos verdes comenzaban a hacerme perder la cabeza y tenía miedo de llegar a ser posesivo con ella.

— ¡Amor!, Llevo buscándote todo este tiempo y no te encontraba por ningún lado, dijiste que querías ir a la rueda de la fortuna conmigo, vamos — Harrington llegó a romper la burbuja que habiamos creado Sky y yo.

Cuando volteé a verlo, tenía esa mirada, esa maldita mirada que solo hacía cuando se sentía celoso por algo, tomó de la mano a Sky y se la llevó sin decir nada más, ni siquiera la dejó responder, simplemente la arrastró hacía aquella atracción. Quedé absolutamente solo en la banca así que preferí levantarme e ir a buscar algo divertido que hacer.

Caminé algunos metros hasta encontrarme con un puesto de tiro al blanco, el juego consistía en derribar seis botellas con un rifle de juguete que tenía limitada la munición, más precisamente tenía diez proyectiles. Pagué los tres dólares del juego y el señor me ofreció el rifle, lo tomé entre mis manos, los premios a simple vista no me interesaban pero solo quería comprobar que tan buena era mi puntería, recuerdo que mi padre me llevaba con él de cacería cuando apenas tenía siete años de edad.

Adopté una posición firme, coloqué la culata del rifle contra mi hombro derecho, mantuve mis codos abajo y hacía mi cuerpo, sujeté bien el guardamanos con mi mano izquierda y mantuve firme mi mano derecha sobre la empuñadura, cerré uno de mis ojos para poder enfocar mejor el objetivo, sin darme cuenta saqué la punta de mi lengua para una mejor concentración, apreté el gatillo y el proyectil salió disparado, mi primer tiro fue acertado, la botella cayó.

El segundo fue erróneo, pero el tercero, cuarto y quinto tiro fueron acertados, disparé dos veces más las cuales fallé, aún me quedaban tres proyectiles por tirar y de manera consecutiva derribé las dos botellas que me hacían falta para ganar un premio, encima tiré una de más.

— Vaya muchacho, tienes una puntería muy buena, han venido varias personas y ninguno había derribado tantas botellas como tú — dijo el señor del juego muy sorprendido.

— Gracias, ¿Qué fue lo que gané? — comenté con una amplia sonrisa, mientras le devolvía el rifle.

— Bueno, ya que derribaste una botella de más, te daré a escoger entre una cinta de un grupo musical o este pequeño osito de peluche — respondió.

El osito de peluche no llamaba mucho mi atención pero mis ojos brillaron al ver la cinta de música era de AC/DC y era una de mis bandas favoritas, este tipo de cintas normalmente no se encuentran en las tiendas de música de Hawkins. Iba a decidirme por la cinta de música cuando Steve llegó a interrumpir.

— ¿Podría darme el rifle? — dijo dándole los tres dólares.

— Con gusto muchacho, toma — dijo el señor recibiendo el dinero y entregándole el rifle para que empezara a disparar.

— ¿Qué?, ¿Por qué vienes solo?, ¿Dónde está Cunningham? — pregunté muy desconcertado.

— Métete en tus propios asuntos, ¿Por qué te preocupas por la novia de otra persona? — respondió apuntando a una botella.

Volví a mirar hacía los premios que me había ofrecido el señor anteriormente, ahora más que nunca estaba decidido por lo que iba a escoger.

— Me llevaré este pequeño osito — le dije tomándolo entre mis manos. Volví a dirigirme a Steve y respondí a su pregunta.

Amor CristalinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora