Capítulo 83

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Sky

Me levanté tarde, le había dicho a Eddie que no iría a clases porque me sentía mal, obviamente le dije una mentira... necesitaba que el día de hoy saliera perfecto, su tío me dijo que podría ir a la hora que yo quisiera para arreglar su casa como más me pareciera, su tío se convirtió como un cómplice para mí. Me obligué a salir de la cama, para comenzar el día, y si quería cocinarle algo a Eddie tenia que hacerlo desde ya... Mi hermana ya se había ido a clases, Henry la llevó y yo me había quedado en casa con mis padres, me disponía a ir a mi armario para ponerme algo de ropa, mi cuerpo aún seguía desnudo, la noche de ayer fue maravillosa, habíamos plantado la semilla dentro de la maceta de cerámica que me dio y después nuestros cuerpos se hicieron uno, sus caricias, sus besos, su aroma, todo seguía impregnado en mi piel...

— Cielo, ¿Puedo pasar? — mi padre preguntó tocando la puerta de mi habitación.

— Si, papá — respondí poniéndome una bata encima para cubrir mi piel desnuda.

— Henry me dijo que estabas enferma, ¿Te sientes bien? — dijo entrando a mi habitación y tomando asiento sobre la cama.

— Me siento un poco mejor, cuando desperté me sentía con muchas náuseas y un poco de dolor de cabeza — mentí, ya casi era una costumbre responderle de esa manera, me senté a un lado de él.

— Bueno, ¿Quieres bajar a desayunar con nosotros? — preguntó poniendo su mano sobre la mía.

— Claro, en un minuto bajo — dije con una leve sonrisa nostálgica, era la primera vez que iba a desayunar con ellos...

— Bueno cariño, termina de alistarte y baja para que podamos empezar a desayunar — mi padre decía mientras se levantaba plantando un beso sobre mi cien.

— Papá, antes de que te vayas, ¿Me darías permiso para ir a la casa de California?, Mi hermana y yo estamos pensando en quedarnos el fin de semana allí, el lunes es día festivo y como ya es verano, nos gustaría estar un rato en la playa, disfrutando del sol — comenté haciendo una cara de cachorro triste.

— Es muy peligroso para que ustedes dos vayan solas — respondió con su mirada fija en mi.

— Por favor, me gustaría tanto ir a pasar un rato con ella, además el abuelo vive allí, podríamos ir a visitarlo — supliqué.

— No lo sé cariño, déjame pensarlo, ahora vístete y baja a desayunar — dijo antes de cruzar la puerta de mi habitación y cerrarla.

Ojalá me dé el permiso... No puedo ir así como así porque sé que los trabajadores le dirían algo a mi padre y terminaría pidiéndome explicaciones y castigada por el resto de mi vida. Me dirigí nuevamente al armario para ponerme algo de ropa cómoda, unos joggers negros y un hoodie blanco, junto con unos tenis del mismo color, salí de mi habitación y bajé las escaleras para dirigirme al comedor, mis padres ya estaban ahí esperándome y tomé asiento. El desayuno solo era fruta y algunos huevos revueltos, acompañados con un vaso con leche o jugo de naranja, lo mismo de siempre... A estas alturas extraño tanto los desayunos que Eddie me hace, pero igual decidí solo comer un poco de fruta y un vaso con leche, me sentía un poco nerviosa y sentía que en cualquier momento mi estomago iba a regresar todo lo que había comido.

— Cariño, cuéntame, ¿Cómo te fue en tu cita de ayer? — mi madre preguntó ansiosa.

— Bien, Eddie es muy lindo conmigo — respondí encogiéndome de hombros en mi asiento con un leve sonrojo en las mejillas.

— El chico estaba tan nervioso que olvidó decirnos su apellido, ¿Puedes decírmelo? — mi padre preguntaba con una ceja levantada.

— Papá, ¿Has pensando sobre lo que hablamos en mi habitación? — pregunté otra cosa para desviar el tema, si decía el apellido de Eddie, estoy segura que me impediría verlo.

Amor CristalinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora