Capítulo 67

1.2K 119 89
                                    

Sky

La cena con mi abuelo no fue tan agradable como pensé, mi padre se la pasó tirándole indirectas, y el ambiente era bastante incómodo, la comida era demasiado rica pero sinceramente me gusta más la que Eddie prepara para mi... El lugar era demasiado elegante, mi abuelo se esfuerza mucho en tratar de recuperar a mi padre, pero este simplemente prefiere hacerle caso a su orgullo.

Había llegado a la casa y les había deseado buenas noches a mis padres antes de subir las escaleras y dirigirme a mi habitación, en cuanto abrí la puerta noté un tulipán azul sobre mi tocador, se dibujó una sonrisa en mi rostro al verlo, ¿Eddie estuvo aquí?, Pero, ¿Cómo entró?. Corrí hacía aquella flor y por instinto la olfatee, olía delicioso, una nota había al lado del tulipán.

"Te extraño, princesa"
E.M.

Con una sonrisa en el rostro dejé la nota en el tocador al igual que el tulipán para cambiarme de ropa, bajé los tirantes de mi vestido y este se deslizó por toda mi figura hasta caer al suelo, me quité el suéter blanco y luego las medias junto con las botas, me dejé únicamente mi ropa interior para buscar entre mis cajones alguna pijama. La luz se apagó de repente y me levanté de inmediato para ir al interruptor, pero antes de darme la vuelta alguien me tomó de las muñecas poniéndolas atrás de mi sobre mi espalda baja y me tapó la boca con su otra mano.

— ¿Intentas seducirme? — era la voz de Eddie.

Mi cuerpo se estremeció al escuchar su voz ronca cerca de mi oído, negué con la cabeza ya que tenía su mano sobre mi boca, me había inmovilizado los brazos, ni siquiera sabía que estaba aquí, ¿Cómo voy a intentar seducirlo?. Pegó su entrepierna a mi trasero, quitó su mano de mi boca, la puso en mi barbilla apretando mis mejillas y haciéndome girar hacía atrás para darme un beso apasionado, su lengua se abrió camino dentro de mi boca, recorriendo cada rincón de esta, nuestras lenguas jugaban y se entrelazaban volviéndolo un beso bastante lascivo, al separarnos un fino hilo de saliva desprendía de nuestros labios.

— Mueve tu rico trasero para mi, amor — habló cerca de mis labios.

Sin protestar comencé a mover mi trasero en su entrepierna, sus labios fueron directo a besar mi cuello dejando más marcas sobre él, un gemido ahogado salió de mi boca cuando empecé a sentir su dureza, mi interior comenzó a arder y las manos de Eddie se deslizaron por la hendidura de mis pechos, pasando por mi vientre y finalmente llegar a mi intimidad donde metió su mano dentro de mis bragas, suavemente pasó sus dedos por mi raja y los hundió sin previo aviso, haciéndome soltar un dulce gemido gustoso.

— Eddie, aún me duele un poco... — dije con la respiración agitada.

— Tu cuerpo me dice otra cosa, ¿Estás demasiado mojada solo por darte un beso y frotar mi miembro en tu lindo trasero? — preguntó sacando sus dedos de mis bragas mostrando como estaban llenos de mis jugos, se llevó los dedos a su boca y los chupó con gusto.

— Deberías probarte Cariño, sabes deliciosa — dijo estampando sus labios con los míos, aún tenía restos de mis fluidos, era un poco extraño ya que jamás los había probado, pero no me estaba disgustando.

Me empujó a la cama de manera que cayera boca a abajo, escuché como se quitaba toda la ropa, se posicionó detrás de mi y me hizo ponerme en cuatro para volverme a tomar de las muñecas y esposarlas dejándome inmóvil, perdí el total equilibrio en mi cuerpo haciendo que mi torso cayera sobre la cama, bajó mis bragas y comenzó a frotar su miembro en medio de mis nalgas, podía sentir toda la dureza de su falo masturbarse con mi trasero.

— Bien, ahora guarda silencio, no queremos despertar a papi y a mami, o ¿Si? — dijo inclinando su cuerpo sobre el mío para susurrarme al oído y luego morder suavemente el lóbulo de mi oreja.

Sin previo aviso metió de una sola embestida toda su virilidad dentro de mi, había puesto una almohada cerca de mi boca y la mordí para silenciar el chillido que pegaba al sentir como mis paredes vaginales se expandían con el grosor de su miembro. Estampó su mano sobre mis nalgas varias veces, dejándolas totalmente rojas, mis ojos empezaron a lagrimear por el simple hecho de recibir los azotes en mi trasero y reprimir todos mis gemidos mordiendo la almohada, lo estaba volviendo a disfrutar a pesar de que sentía un poco de dolor, parecía una vil perra en celo...

— A-amo... Necesito que me meta su verga en mi sucio coño, que me destroce con ella y me utilice a su antojo — dije entre chillidos.

— Eres una gatita muy vulgar, ¿Qué pensaran tus padres de esto? — decía mientras me daba otro azote en las nalgas con su mano.

— Pensaran que soy una gatita muy sucia, pero es que no puedo vivir sin la verga de mi amo, por favor, destroce mi coño como la puta que soy — suplique.

— Pareces una gata en celo, en ese caso te llenare todo tu coño con mi esperma y te haré saber a quien le perteneces, te haré totalmente mi puta — en cuanto dijo aquellas palabras, sacó y metió de una sola estocada toda su verga en mi interior, produciendo un gran chasquido por el choque de nuestros cuerpos.

Sus embestidas fueron cada vez más rápidas y fuertes, me estaba volviendo loca, tenía que reprimir todos mis gemidos o alguien se daría cuenta que Eddie estaba en mi habitación follandome a su antojo... ¿Qué diría mi padre al verme en una posición, así? ¿Y, sobre todo rogándole para que me destroce por completo?, ¿Qué diría Steve si me viera ser follada por su mejor amigo?.

— Pensé que te dolía el coño, pero parece que lo estás disfrutando, ¿Te empieza a gustar el dolor, putita?, Me pregunto, ¿Qué pensará Steve de tener a una novia tan sucia y cachonda como tú? — dijo dándome otra nalgada.

Apreté muy fuerte mis ojos y mordí la almohada para no soltar un grito, la piel de mis nalgas ya ardía de tantos azotes que me estaba dando, cada embestida que daba me hacía perder la cabeza, sabía perfectamente que puntos eran erógenos para mí, sentí un nudo en mi abdomen y mis paredes estaban empezando a contraerse, estaba cerca del orgasmo, Eddie reprimía también algunos gruñidos y jadeos, aunque la habitación estaba llena de nuestros chasquidos, inclinó su cuerpo sobre el mío y mordió suavemente mi hombro para dar una última estocada, olas de placer recorrían por todo nuestro cuerpo, pude escuchar como su gruñido estaba siendo reprimido mientras mordía mi hombro, hundí mi rostro sobre aquella almohada para gritar de placer y dolor al mismo tiempo.

Me quitó las esposas y salió de mi interior, su esperma estaba combinado con mis jugos y estos se deslizaban por el largo de mis piernas, se recostó a un lado mío, ambos teníamos la respiración agitada y mirábamos hacía el techo.

— Te quiero, Sky — dijo con la respiración entre cortada.

— ¿Qué? — pregunté pegándome a su cuerpo y mirándolo fijamente, entendí perfectamente lo que dijo, pero quería volver a escucharlo.

— Te quiero, Cariño — volvió a repetirlo y nuestros labios se encontraron fundiéndose en un dulce beso.

— Sky... — escuché susurrar mi nombre con dulzura.

— Sky — sonó una voz femenina y la imagen de Eddie acostado a mi lado se desvaneció por completo.

— ¡Sky, despierta! — la voz de mi hermana se hizo presente y un leve movimiento sobre mi cuerpo, un quejido salió de mi boca, lentamente abrí los ojos, lo primero que vi al despertar fue el rostro de mi hermana, parecía de preocupación.

— Vamos a llegar tarde a la escuela, apúrate — dijo mi hermana saliendo de mi habitación.

¿Qué?, Me levanté de la cama con una sensación súper extraña en el pecho, y la humedad entre mis piernas, lo primero que hice fue voltear al tocador, no había nada sobre él, ¿Tuve un sueño erótico con Eddie?, No... Se sintió tan real, no pudo haber sido un sueño, ¿Realmente me quiere o es que simplemente fue producto de mi subconsciente?.

Amor CristalinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora