Capítulo 96

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Peter

Sus besos eran encendidos y ardientes, necesitaba más de ella, más de su cuerpo, quería poseerla, lo necesitaba más que nunca, estaba sobre mi regazo besándome con intensidad y con sus manos desabrochaba mi camisa lentamente, botón por botón, hasta dejar mi torso desnudo, sus labios se encargaron de dejar un sendero húmedo por toda mi piel, desde mi pecho hasta llegar a mi entrepierna, desataba mi cinturón con lentitud, la dureza que adornaba mis pantalones estaba doliendo, quería ser liberado, desabrochó mi pantalón y le ayudé a quitármelo, ya solo quedaba la delgada tela de mi ropa interior que cubría mi miembro, acercó sus labios para besarlo por encima de ella.

— Mierda, me estás volviendo loco, Sky — dije con voz profunda.

Ella me miró por unos segundos y pude notar sus pupilas dilatadas, con ambas manos tomó los dobladillos de mi ropa interior y los bajó, mi erecto miembro salió de golpe, la punta de mi masculinidad choco en sus labios, sacó su lengua y lamió la parte trasera de mi glande encargándose de limpiar mi líquido preseminal, solté un gruñido, estaba a punto de perder el control, me sentía mal, su lindo rostro angelical estaba siendo profanado por mi, pero, era justo como lo soñé. Envolvió toda la punta de mi virilidad con su lengua y su mano se encargaba de darle atención a todo el largo de mi falo.

— Justo así, pequeña, no pares — musité echando mi cabeza hacía atrás.

Le hice una coleta improvisada para que su cabello no estorbara, por más que quisiera follar su garganta sin compasión, no podía, ella era algo sagrado para mí y quería tratarla con delicadeza, cederle todo el absoluto control sobre mi, al menos que ella me diga que puedo ir más rápido. Metió la mitad de mi polla en su boca, estaba cálida y húmeda, una arcada salió de su garganta, su boca apenas podía llegar hasta ahí, cuando intentaba ir más lejos ella la sacaba de inmediato con un leve tosido, comenzó a lamer desde la base hasta la punta como si fuera su paleta favorita y después volvía a fijar toda su atención en mi parte más sensible, los chasquidos de su boca me volvían loco, estaba yendo más rápido, mi respiración se aceleró, se sentía como si estuviera en la cima y temía acabar en segundos.

— Espera, Sky, no me quiero correr en tu boca — dije con una voz ronca.

— Henry... — mencionó con suavidad el nombre de mi hermano, no quiero que lo repita más, me acerqué a ella y la sujeté del cuello haciendo que me mirara fijamente.

— Mi nombre es Peter, grábatelo, lo vas a gemir esta noche — susurré cerca de sus labios y pasé mi lengua por ellos, no parecía disgustarle, al contrario, sacó su lengua y con la mía metí la suya dentro de su boca fundiendo nuestros labios en un beso fogoso.

Le ayudé a recostarse y comencé a quitarle toda su ropa, estaba completamente a mi merced, tan indefensa y vulnerable, su rostro estaba totalmente sonrojado y sus ojos, mierda, sus ojos eran los luceros más hermosos que haya visto, me estaba entregando una nueva faceta suya, su cuerpo blanquecino era perfecto, sus curvas, sus piernas, su vientre, era una diosa ante mi vista.

— Abre las piernas — ordené.

Ella abrió las piernas bastante avergonzada, me acerqué para dejar un camino de besos húmedos de su pelvis hasta llegar a sus pliegues, estaba bastante mojada y yo me encargué de limpiar todo ese néctar pasando mi lengua por toda su raja, ella soltó un gemido, introduje mi dedo de en medio con facilidad y soltó un chillido, comencé a penetrarla vigorosamente con el, quería arrancarle tantos gemidos como me fueran posibles, mi lengua se encargaba de darle atención a su clítoris, era cuestión de segundos para que ella se corriera en mi boca, su pierna estaba sobre mi hombro haciendo mas fácil todo mi movimiento.

Amor CristalinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora