Capítulo 79

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Sky

La última clase había concluido, estaba guardando mis cosas en la mochila, ya todos se habían ido del salón, incluso la profesora, en los pasillos todavía se podían escuchar algunas conversaciones, risas y el sonido de los zapatos de los estudiantes haciendo contacto con el piso mientras caminaban hacía la salida, el atardecer iluminaba aquél salón solitario en tonos anaranjados, miré hacía la ventana, las nubes se movían lentamente para un lado, incluso una cubría el sol y este reflejaba sus rayos entre medio de ella, no hay nada más hermoso que eso, las voces cesaron, pensé que ya todos se habían ido, pero el sonido de la puerta cerrarse me hizo poner en alerta. 

Me muero por robarte un beso y porque pierda la razón, tal vez, así me atrevería y pierda miedo el corazón — la voz de Eddie cantando resonó en todo el salón de clases.

Me muero por amar despacio, la prisa no nos debe apurar, ya sabes que la vida es un viaje y yo lo quiero disfrutar — me tomó de la mano y me hizo girar sobre mi propio eje para ponerme frente a él.

Posó sus manos sobre mi cintura y me cargó suavemente para sentarme sobre la mesa de trabajo, abrió ligeramente mis piernas para que él pudiera estar en medio de ellas y así acercar su cuerpo al mío, sus manos estaban a los costados de mis muslos, inclinó su rostro para pegar su nariz a la mía, sus ojos estaban clavados a los míos y su suave voz cantando una balada romántica hacía que el ambiente fuera como un sueño.

Si me muero, si yo me muero, de amor que muera y que cuando muera que sea de amor por ti — cantó ese último verso mirando mis ojos con deseo, rozó ligeramente mis labios con los suyos esperando a que yo le besara primero.

Estaba ansiosa de besarlo, no he sabido nada de él desde esta mañana, hoy me dijo que tenía cosas que hacer y pensé que solo se tardaría en llegar a clases pero no fue así... Él simplemente faltó y no me ha dado ninguna razón por la cual lo ha hecho. Su mirada seguía fija en mis labios, también tenía ganas de besarme, puse mis manos sobre su cuello y le besé, el beso era lento y tierno, pero poco a poco comenzó a subir de intensidad, queríamos devorarnos, una de sus manos acariciaba con suavidad mi muslo y su otra mano me tomó de la nuca para profundizar aún más el beso.

Lentamente metió su lengua dentro de mi boca para recorrer cada rincón de esta, metí mis manos por debajo de su camisa, necesitaba acariciar cada rincón de su cuerpo, sentir la suavidad de su piel con las yemas de mis dedos, abrí mis ojos mientras me besaba a su antojo, se veía tan lindo cuando se sonrojaba, su respiración se volvió un poco más pesada, sus pestañas eran tan largas y rizadas que me daba envidia, era el chico más lindo que había visto, lentamente deslicé mis manos por todo su pecho, abdomen, hasta llegar a la hebilla de su cinturón.

— Espera, aquí no, mereces un lugar más agradable — dijo deteniendo mis manos y en doble sentido, podía notar el bulto que se formó en sus pantalones solo con un simple beso y yo sentía que con eso ya había ganado.

— Te necesito aquí mismo, Eddie — supliqué.

— Ten paciencia, pequeña, te haré mía en un lugar más especial, te mereces lo mejor de este mundo, mereces que te trate como una reina y voy a cumplirlo, te daré lo mejor de mi, quiero hacer bien las cosas contigo a partir de ahora, quédate conmigo que yo voy a protegerte de cualquiera que intente hacerte daño, voy a animarte cuando te sientas decaída, quiero recordarte lo hermosa que te ves incluso cuando lloras — decía acariciando mi mejilla.

— Eres un gran chico, Eddie, y tengo miedo de que no seas real — una lágrima se deslizó por mi mejilla y bajé mi mirada.

"Te quiero, te quiero tanto, que tengo miedo de hacerte daño."

— Mírame, estoy aquí contigo, soy real, no tengas miedo de nada, debería ser yo quien te diga todo eso, una chica tan hermosa como tú, saliendo con alguien como yo, es realmente surrealista — dijo limpiando mis lágrimas con sus pulgares.

— Te extrañé tanto, no te separes nunca de mi, siento que me falta algo cuando no te veo, me cuesta respirar cuando estás lejos de mi — mis lágrimas no paraban de salir, jamás pensé en llegar a querer al chico que por tanto tiempo me caía mal, me armé de valor para buscar sus labios y besarle, nuevamente el beso se intensificó.

— También te extrañé, cariño, perdón por desaparecer — dijo separándose del beso en busca de aire.

— ¿Dónde estuviste? — mi respiración agitada apenas me permitía formular algunas cuantas palabras.

— Estuve trabajando en algo que sé que te va a gustar, te tengo una sorpresa, princesa — respondió llevando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja mientras me miraba con mucha ternura.

— ¿Qué clase de sorpresa? — intenté sacarle más información.

— Si te lo digo ya no será una sorpresa, pero, pasaré por ti en una hora — dijo mirando su reloj.

— Bien, nos vemos en una hora — le di un beso corto antes de bajarme de la mesa de trabajo y tomar mi mochila para irme del salón.

Me tomó de la mano antes de cruzar la puerta, me jaló hacia él para darme un gran abrazo, puso su barbilla sobre mi hombro, el aire que exhalaba era demasiado cálido, podía sentirlo cerca de mi oreja, el silencio se hizo presente pero ya era costumbre que hiciéramos algo así, lo abracé aún más fuerte escondiendo mi rostro en su pecho, su colonia inundó mis fosas nasales, olía tan varonil.

"No quiero separarme nunca de ti."

Te veo más tarde, pequeña — besó mi frente para dejarme ir.

— Nos vemos, cariño — besé su mejilla antes de irme.

— Espera, vuelve a decirlo — volvió a tomar mi mano deteniéndome.

— Cariño — tomé sus mejillas y me puse de puntitas para alcanzar nuevamente sus labios y besarle.

— Suena tan dulce viniendo de ti — dijo besando mi frente.

Me separé de él y crucé la puerta del salón, no quería alejarme, pero necesitaba ir a mi casa para cambiarme el uniforme y ponerme algo más lindo para la ocasión. Caminé por los pasillos para dirigirme al estacionamiento, a lo lejos noté a Henry recargado en la puerta del copiloto, tenía sus brazos cruzados, sus gafas de sol puestas, viéndolo de esa manera parecía una especie de fuckboy, sonreí al verlo, ya no había casi nadie en las instalaciones, cuando me acerqué más a él, levantó una de sus manos mostrándome las entradas del concierto con una amplia sonrisa, la emoción que sentí en ese momento me hizo arrebatarle esos pequeños pedazos de papel que tenían un significado especial para mí, me abalance sobre él abrazándolo del cuello, era demasiado alto lo cual tuve que estirar mi cuerpo para hacerlo.

— ¡Muchas gracias, Henry!, No sabes lo mucho que significa esto para mi — lo seguía abrazando, estaba realmente emocionada.

— Me alegro que pueda haberte ayudado — sonaba un poco nervioso, acarició mi cabello pero en ningún momento intento devolverme el abrazo, creo que solo estaba siendo respetuoso conmigo.

Amor CristalinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora