Capítulo 76

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Sky

Era el horario de salida, había ayudado a Eddie a acomodar el club antes de que llegaran los chicos, después de lo sucedido había terminado todo en un desastre, recogí algunas hojas que llevaban algunas anotaciones y otras que estaban completamente en blanco, un par de libros y unos lapiceros para ponerlos sobre la mesa, él se dedicaba a recoger las figuras y los dados, también recogió las cosas del botiquín para ponerlo de nuevo en el cuarto donde se almacenaban las demás cosas. Me senté unos momentos en lo que él todavía acomodaba las cosas que se habían caído de aquel cuarto, terminé por tomar entre mis dedos una figura al azar, era un hombre con armadura o eso parecía, tal vez algún caballero, su cabello era largo y portaba en una de sus manos una espada.

— Ese es Kas — habló Eddie por encima de mi hombro recargando su barbilla sobre este.

— ¿Kas? — pregunté aún admirando aquella figura.

— Un lugarteniente vampírico, que traicionó a su maestro, se dice que la espada que porta en su mano le susurró a Kas, convenciéndolo para que matara a su maestro y así poder usurpar su poder — respondió con mucho entusiasmo.

Nunca lo había escuchado hablar de esa manera, con tanta emoción, de algo que le apasionaba y ahora me siento mal por no interesarme más en los temas que a él le agradan, seguí mirando aquella figura y cuando estaba a punto de preguntarle algo, la puerta se abrió de golpe, eran los chicos del club que venían entusiasmados a jugar, me levanté de la silla rápidamente para ponerme al lado de Eddie dejando aquella figura de Kas sobre la mesa.

— Eddie, estamos listos para derrotar a Vec... ¿Qué sucedió aquí? — preguntó Dustin llevando ambas manos a su cabeza, estaba decepcionado podía verlo en sus ojos.

— ¡Carajo, Eddie!, ¿Qué te pasó en el labio? — preguntó Mike señalando la comisura del labio de Eddie y todos volteamos a verlo.

— ¡Sky! — gritó Will emocionado y corriendo hacía mi para abrazarme.

— ¡Will!, ¿Cómo has estado? — le pregunté mientras correspondía a su cálido abrazo, me alegra volver a verlo, y poder abrazarlo, desde que mis padres me prohibieron acercarme a los Byers nunca más hablé con él, siempre fue un chico tan tierno.

— Estoy bien, dime que te vas a unir al club y por eso estás aquí — dijo Will apenas se separó del abrazo, tenía un lindo brillo en sus ojos esperanzado de decirle que si.

— Sky, ¿Por qué no te quedas a jugar con nosotros? — preguntó Dustin acercándose a mi, a él también le extrañaba, hace mucho que no platicábamos, era un genio para todo.

— ¿Están saliendo ustedes dos? — Jeff preguntó con cara de confusión señalándonos a ambos.

— ¿Son novios? — preguntó Mike con sus brazos cruzados levantando una de sus cejas.

— Pensé que era la novia de tu amigo, el chico popular con cabello bonito — habló Gareth.

— Bueno yo... — Eddie me interrumpió y se lo agradezco, no sabría a cual pregunta responder primero.

— ¡Basta!, La están agobiando con tantas preguntas y comentarios, Sky no se va a unir al club — habló Eddie con voz firme.

— Al menos no por ahora, todavía no entiendo mucho sobre el juego — dije mirando a los ojos a Will, me dolería mucho partirle el corazón nuevamente, además el futuro es incierto, tal vez algún día termine en este club.

— ¡Nosotros te enseñamos! — habló con entusiasmo el pequeño Will.

— ¡Si, quédate a jugar con nosotros! — dijo Dustin.

— ¡Chicos, basta!, De nuevo la van a agobiar, ella vendrá cuando esté lista, y respondiendo a sus demás preguntas, me peleé con el chico de cabello bonito y si, estamos saliendo — dijo Eddie con una amplia sonrisa mientras me tomaba de la mano.

— Espera, déjame ver si entendí, ¿Te peleaste por Sky? — Dustin preguntó.

— ¿Qué?, Pensé que nos habías dicho que jamás ibas a pelear por una chica — agregó Gareth.

— Bueno, no más — Eddie dijo molesto llevando su mano a su rostro negando con la cabeza y con el ceño fruncido.

— Bueno chicos, me dio gusto verlos, pero tengo que irme, les prometo que la próxima vez que venga, me quedaré a jugar con ustedes — sonreí mirando a todos.

— ¡Nos vemos, Sky! — dijeron en coro los chicos.

Caminé lentamente hasta la puerta, Eddie me acompañaba a la salida y abrió la puerta para que pasara primero, una vez que salimos del club cerró la puerta detrás de él, los pasillos seguían solos, algunos deben estar en sus respectivos clubes.

— ¿Hablas en serio?, ¿Piensas unirte algún día al club? — Eddie preguntó con un brillo en sus ojos, parecía que le agradaba bastante la idea.

— Aún no sabemos lo que nos depara el futuro, tal vez deje el club de animadoras y termine derrotando al líder de este club en su propio juego — sonreí mientras veía como se acercaba más a mi.

— Te tienes mucha confianza y eso me agrada, pero, para eso necesitas que alguien te enseñe a jugar, yo podría hacerlo, la siguiente semana es la última de clases y después de eso vienen las vacaciones de verano, podrías venir a mi casa y ahí podría enseñarte absolutamente todo — decía hablando con una voz seductora y sobre todo en doble sentido.

— ¿No te cansas de ser tan caliente, Munson? — levanté una de mis cejas mientras cruzaba mis brazos.

— Cuando tienes a una chica tan hermosa y ardiente como tú, sinceramente yo no me cansaría de hacerte mía, nunca — dijo tomándome de la cintura para acercarme a él.

Puse mis manos sobre sus hombros y él pegó nuestras frentes, se hizo un silencio que para nada era incómodo, ambos sonreímos, nunca pensé enamorarme de esta manera y menos de él... Todo esto me parece tan surrealista, pensar que nos llevábamos tan mal al principio del ciclo escolar y ahora no me imagino un futuro sin él... Nuestros labios se rozaron y nos fundimos en un beso largo, tierno y dulce.

— Te veo mañana, Wolffy — me acerqué a darle un beso en su mejilla.

— Pasaré por ti mañana para traerte a clases — me dio un beso corto y al separarme de él se quedó ahí estático hasta que me perdió de vista.

Me dirigí a la salida, por suerte no me había topado con Steve, me siento muy molesta y no quiero ni verlo... Salí de las instalaciones y vi a Henry recargado en el capó de su auto, esta mañana lo había visto con un traje blanco y ahora portaba uno azul marino, llevaba gafas de sol y su cabello estaba un poco desordenado.

— ¡Hola, Henry! — saludé alegremente.

— Señorita, ¿Nos vamos? — preguntó seriamente, su voz estaba un poco cortada, como si hubiera estado llorando.

— ¿Te sientes bien? — respondí con otra pregunta.

— Si, solo siento que me quiere dar un resfriado — respondió.

Amablemente me abrió la puerta del copiloto para que yo subiera, su auto olía a vainilla, normalmente huele a su perfume, esto es un poco extraño, me abroche el cinturón de seguridad y él subió sin decirme nada, durante todo el camino a Starcourt mantuvo nuevamente su faceta sería, como si volviera a poner una barrera entre medio de los dos, por un momento pensé que en la mañana se estaba abriendo conmigo, pero, creo que solo fue mi imaginación, me hubiera gustado mucho que pudiéramos ser amigos...

Amor CristalinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora