Capítulo 43

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Eddie

La fiesta seguía su curso, los chicos ya estaban bastante tomados y a pesar de que Hargrove hacía de todo con Lizzy frente a mi para molestarme, nunca caí en ninguna de sus provocaciones. Comenzaron a hacer un círculo para jugar a la botella, pronto varios chicos se unieron, yo sinceramente pasé de ese juego tonto, solo tenía ganas de encontrar a Harrington para decirle que ya me iba a casa.

— Hola, tú debes de ser el amigo de Steve, ¿Munson? — una voz femenina habló detrás de mí.

— Si — respondí dando media vuelta para saber de quién se trataba, era Wheeler.

— ¿Has visto a Steve?, No lo encuentro por ningún lado — me dijo mientras seguía buscándolo con la mirada.

— No, de hecho también estoy buscándolo, quería decirle que ya me iba a casa — respondí.

¡Demonios!, ¿Dónde se metió?, Wheeler  comenzó a caminar en silencio junto conmigo rumbo al jardín del patio trasero, pero ahí no había nadie, regresamos adentro de la casa y subimos las escaleras, empecé a buscarlo en todas las habitaciones del lado derecho y Wheeler del lado izquierdo, pero ninguno de los dos tubo éxito en encontrarlo.

— ¿Dónde se metió? — dijo Wheeler bastante frustrada.

— ¿Puedo preguntarte algo? — dije mirándola.

— Si, claro — respondió.

— ¿Por qué no vinieron juntos?, Sé que no es de mi incumbencia y está bien si no quieres responder, solo me parece un poco raro que hayan venido por separado — comenté.

— Bueno, en pocas palabras, peleamos — dijo dando un pequeño suspiro.

Antes de decirle algo más, unos susurros y suaves risas nos hicieron voltear a la última habitación que no habíamos explorado, una habitación que se encontraba alejada del resto, caminamos sigilosamente, mi corazón estaba acelerado y ni siquiera era mi novio, pero me sentía nervioso por la tontería que Steve estuviera cometiendo en este preciso momento y todo por alguna absurda pelea entre ellos.

Wheeler fue la primera en girar la manija de la puerta para abrirla y justo sobre la cama estaba sentado Steve y en sus piernas una chica totalmente desconocida, estaban besándose de manera desenfrenada.

— ¡STEVE! — gritó Wheeler bastante molesta y decepcionada, comenzaban a deslizarse un par de lágrimas mientras salía de la habitación para irse de la fiesta.

— ¡Nancy! — gritó Steve yendo detrás de su novia, dejándome a solas con la chica desconocida.

— Si quieres podemos hacer algo tú y yo, o cuando regrese Steve podríamos hacer un trío — comentó aquella chica pelinegra.

— No, gracias, que asco... — dije antes de salir de la habitación.

Bajé rápidamente las escaleras, podía escuchar los gritos provenientes del jardín principal desde la sala, eran Steve y Nancy, ambos estaban demasiado alterados, me límite solo a ver el desastre desde la ventana para no incomodarlos o intervenir en algo que no me incumbe.

— Esto no tiene explicación, Steve, me engañaste — decía Wheeler.

— Por favor, escúchame — dijo Steve.

— Terminamos, Steve, no me busques más — fue lo último que dijo Wheeler antes de irse.

— ¡Mierda! — maldijo Steve pateando una pequeña lata de cerveza.

Steve entró a la casa bastante herido y molesto consigo mismo, se dirigió a la cocina donde estaban todas las bebidas alcohólicas, los próximos minutos era yo cuidando de él, comenzó a tomar como si fuera el último día de su vida, uno tras otro vaso de cerveza, tomándose el alcohol de un solo trago.

Amor CristalinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora