Me voy

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Me había levantado, mi cabeza estallaba por la peda que me había puesto ayer. Pero es que si serás Ester, mi amigo Sergio había venido a casa a quedarse a dormir junto con Marta y bueno el alcohol no fue de mucha ayuda para nosotros.

Ester—Joder, me duele muchísimo la cabeza. (Me pare de mi cama y al instante abrí las cortinas con la luz al tope).

Marta—¿Pero tú estás loca o que? (Decía Marta con la voz medio ronca).

Ester—Un poco si, pero parece que este tiene el sueño profundo. Voy a la cocina, que necesito una aspirina, tú despierta a Sergio y bajen para el desayuno y la aspirina ¿vale?

Bajaba hacia la cocina, a mitad de camino vi un reflejo de una mujer, que claramente ya sabía quien era y al llegar abajo la pude ver en vivo y a todo color.

Ester—Vaya, un año y te dignas a volver a aparecer.

Había vuelto mi madre "Lorena Ferrer" modelo española de Vogue desde que tengo memoria, y que bueno después del divorcio de mis padres, no veía más que tres veces al año, la única que si ha sido una verdadera madre para mi es mi nana, Mati.

Lorena—Si, si, que yo también te extrañe hija. (Lorena toma los hombros de su hija y se acerca a saludarle con dos besos).

Ester—Pues no parece, pero lo tomaré como si fuera cierto.

Lorena—Ya vi que te está yendo muy bien en las redes, y me da gusto, cada día te pones tan linda como yo. Pero mira no quiero darle más rodeos a esto. Así que te tengo dos noticias, no sé cómo las vayas a tomar pero es lo qué hay.

Ester—Pues dímelas, que esperas.

Lorena—Bueno la primera me mudo de casa.

Ester—Nos mudamos ¿no? Digo no te olvides de mi, soy tu hija.

Lorena—No, me mudo yo, porque tú te vas a ir con tu papá a vivir a España.

Ester—¿Qué? Ni de coña.

Lorena—La verdad no es una mala idea. No hablas con tu papá desde hace unos años, y él te quiere ver.

Ester—No voy a dejar mi vida aquí en Miami, por un señor que para mi es un desconocido, ya ni lo conozco.

Lorena—Hija...

Ester—Es la verdad. Lo único que han hecho mi papá y tú es abandonarme como una niña huérfana, yo me las he tenido que arreglar sola, tú te la pasas de viaje cada cinco minutos ¿y yo que? Ni un mensaje recibí de ti, todo este puto un año, mínimo un "Hola hija ¿qué tal tu día" "Felicidades porque ya pasarás a tu último año" Nada, ni eso te dignaste a decirme. Y ahora me quieres cambiar como un objeto y mandarme a España con ese señor. Que de seguro me quiera haya, por remordimiento, porque no se ha hecho cargo de su hija durante casi 9 años, desde que se divorciaron. Tú estás loca si piensas que voy a abandonar todo lo que tengo aquí. No abandonare a la gente que aunque sea me quiere un poquito.

Lorena—Lo siento muchísimo hija, de verdad, no sabes cuánto me arrepiento de no haber sido parte de tu vida durante mucho tiempo. Pero que... yo no puedo hacer nada. Trate de explicarle a tu papá, qué tal ves ibas a odiar la idea de vivir en España, porque tienes una vida aquí, pero no quiso escucharme. Tú papá me está amenazando, me está diciendo que si no te vas con él va a meter una demanda, porque no quiero que estés con el.

Ester—Es un imbécil.

Lorena—Te pido que vayas con el. Mínimo de agosto hasta diciembre. Tal vez lo trates de convencer y puedas regresar, aquí conmigo, que quiero que sepa que de ahora en adelante ya no me voy a ir de ti, tal vez estaremos de nuevo separadas, pero eso no significa que te voy a dejar.

Ester—No te creo ni un poquito mamá, tal vez lo que quieres, es tener la casa sola, y aparentar que no tienes una hija, pero no, no se va a poder, que todo el mundo sepa que soy tu hija. Y así te arruino el sueño. ¿Y mi cumpleaños que? No lo voy a pasar haya.

Lorena—Hablas de eso con tu papá, conmigo de verdad que todo se me ha salido de las manos y yo no quiero que vayamos a juicio y que tú te tengas que ir a vivir haya y ya no puedas volver a Miami.

Ester—Pero la escuela mamá, mis amigos, todo , aquí tengo mi vida.

Lorena—Entrarás a un nuevo instituto, y te prometo que te irá bien.

Ester—No me voy a ir. ¡Qué no! ¡No! ¡No!

Lorena—¡Ester!

Subí furiosa a mi habitación azotando la puerta.

Sergio—¿Y eso gritos?

Ester—Mi mamá regreso.

Marta—¿En serio?

Ester—Sí. Y me vino con la peor noticia de toda la vida.

Sergio—¿Pues que dijo?

Ester—Me ha dicho que se va a mudar de casa y que yo me iré a vivir con mi padre a España. Pero esta loca si piensa que me iré.

Marta—Ester.

Ester—¿Qué?

Marta—Tal vez sea una buena idea.

Ester—Pero tía, si lo estoy diciendo porque no me quiero alejar de ustedes, y tú me quieres echar.

Marta—No. Lo digo porque tienes un papá que aunque no te hable te quiere. Que quiere volver a comunicarse contigo Ester.

Ester—Pero es que a mi eso me chupa un huevo. El no es mi papá, el es un desconocido y lo dejo de ser desde hace mucho tiempo.

Sergio—Eh... guapa, que nosotros nos vamos ¿sí? La idea de Marta me parece estupenda, un nuevo comienzo, nuevos amigos, nuevo aire, nuevo todo. Y a ti no se te dificultaría, Española ya eres, el acento lo tienes, lo tienes todo, eres la maravillosa "Ester exposito" ¿Qué tan difícil puede ser para ti? (Sergio se acercó y le dio un beso en la cabeza a su amiga, para después salir junto con Marta de la habitación).


Durante todo el día no salí de mi habitación, me quede pensando en todo lo que estaba pasando, irme a España, sin conocer a nadie, incluso a mi papá y dejar Miami, el lugar donde prácticamente me crié no se... sería difícil para mi.

Me puse a revisar mis redes, cada día incrementaban más mis seguidores y no sabía porque, si prácticamente no subía muchas cosas.

Escuché como alguien tocó la puerta de mi habitación a lo que yo hablé.

Ester—¿Quién?

Matilde—Soy mati, mi niña, te traje la cena. No bajaste en todo el día y me preocupe, pero decidí dejarte solita para no molestarte, pero ya es tarde y me gustaría que comieras.

Ester—Vale Mati, déjame la comida afuera, ahorita salgo, que me estoy cambiando.

Matilde—Okey, bonita, disfruta tu cena, que descanses.

Ester—Tú igual.

Matilde sin duda iba a hacer una de las personas que echaría de menos, si no me pudiera quedar en Miami. Es como mi mamá, desde recién nacida, fue la que más me cuido, y cuando mis padres se divorciaron siempre estuvo para animarme.

Decidí inventarle la excusa de que me estaba cambiando ya que me la había pasado llorando todo el día y tenía los ojos tan hinchados que sabía que si me veía se iba a preocupe por mi.

¡Pero es que tú!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora