Me engañaste

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Ya habían pasado varios días desde que pedri y yo nos habíamos besado. Me la estaba pasado muy bien con él. En los entrenos tratábamos de no ser obvios, así que cuando estábamos solos, nos besábamos una que otra vez. La relación con mi padre era fatal, seguía sin hablarle, aunque él tratara de hacer las pases conmigo.

(...........)

Hoy era día libre para los chicos. Había invitado a Pedri a mi casa para pasar el rato viendo películas, ya que el día de mañana el entrenamiento era en la tarde. Mi padre había viajado a Francia por sus negocios, así que la casa estaba sola, bueno se encontraba Natasha, pero estaba escondida y para mi eso estaba bien, porque nadie molestaba a nadie.

—Había regresado de la cocina a mi habitación, traía una bolsa de dulces y de papas que había comprado la otra vez en una tienda que estaba por mi casa. Mire que Pedri estaba acostado, en mi cama, sin camisa y eso me hizo sonreír un poquito.

Ester—Pero ponte la camisa tú. Porque así cómo estás, la película no acabamos.

Pedri—Ese es el chiste ¿que me has traído a mi?

Ester—A ti, un bote de agua, como no comes nada.

Pedri—Jo, pues gracias.

Ester—O bueno puedes comer lo que tengo aquí, pero como dices que no puedes.

Pedri—Tú lo que quieres es engordarme.

Ester—Yo lo que quiero es que me comas a besos. (Me dirigí hacia la cama y me subí arriba de él. Pedri me tomo de la cintura y yo me acerqué a él para besarle).

Pedri—¿No vas a querer ver ni el minuto uno de la película?

Ester—Podemos adelantarla y hacer como que la vimos, no se, piénsalo. (Baje mi mano hacia su parte y vi que ya estaba duro, sólo le sonreí picara). —Si tienes la oportunidad aprovéchala. (Pedri se quitó su ropa interior y rápido quito la mía y entró en mi, daba leves embestidas pero yo quería más, sólo lo besaba porque si gemía probablemente me escucharía Natasha, la casa tenía demasiado eco).

Pedri—Gime en mi oído, necesito escucharte. (Me acerqué a él y le gemí lo más bajito posible). —Vas a hacer que me corra así de rápido. (El chico apretó un poco más mi cintura e hizo que empezara a acelerar los movimientos). —Ester no me tortures.

Ester—Aquí vas a hacer lo que yo te diga. (Me acerqué al chico para darle unos cuantos besos en su cuello, sin darme cuenta que le había dejado un chupetón, lo tome del cuello y seguí acelerando mis movimientos, hasta que finalmente acabamos. Caí en el pecho de Pedri y así nos quedamos por unos minutos).

Pedri—Me encanta estar contigo. No se, siento algo distinto. ¿Tú?

Ester—Yo también. Cada día me empieza apetecer pasar más tiempo contigo, y no se por que ¿eh?

Pedri—Es que soy guapo, y hago que gimas como debe de ser.

Ester—Eres un tonto.

Mi teléfono sonó varias veces, así que lo tome para ver quien era.

Pedri—¿Quién te mensajea tanto?

Ester—No se, voy a ver.

Encendí mi celular y lo único que pude ver fueron fotos de mi madre besándose con un hombre en su coche, y otras imágenes donde estaba con él en la nueva casa recibiendo la mudanza.

Lorena Ferrer y su nuevo amorío. Se captó a la modelo recibiendo la mudanza junto con su novio.

Lorena Ferrer ya no tiene una relación cercana con su hija.

El nuevo novio de la modelo, sería el motivo por el cual Ester se habría ido a vivir con su papá a Barcelona.

No pude contenerme y tiré mi teléfono al piso, por lo que Pedri se espanto.

Pedri—¿Qué tienes Ester?

Ester—Es una maldita mentirosa. Por eso me mandó a vivir con mi papá.

Pedri—¿Hablas de tú madre?

Ester—Como la odio, solo para eso me quiso. (Comencé a llorar, no de tristeza si no se irá, estaba demasiado molesta con ella).

Pedri—Ey, ven, bonita. (Pedri se acerca a mi y me abraza por detrás, colocando su cabeza en mi hombro).

Ester—Me dijo que iba a estar al pendiente de mi, y todo el tiempo que llevo aquí no me ha mandado ni un puto mensaje. Ah pero todo fue una trampa, me mandó con mi papá, para poder traer a su nuevo novio a la nueva casa. Pero me va a oír. (Me levante de la cama y recogí el teléfono del piso).

Pedri—¿Qué harás?

Ester—Llamarla. (Rápido me metí a mis contactos y busqué el nombre de mi madre para llamarla por teléfono).

Lorena📞...

Lorena—¿Hija?

Ester—Mala madre. Ojalá te pudras en tus propias mentiras.

Lorena—¿Pero qué pasa? ¿Por qué me tratas así?

Ester—¿Como que qué pasa, Lorena? Pasa que eres una maldita mentirosa, me engañaste, me hiciste irme de tu vida para que pudieras traer a otro de los hombres con los que de seguro te acuestas.

Lorena—Ester...

Ester—Ester ni nada. De aquí en adelante tú ya no eres mi madre, estás muerta para mi, Lorena. (Colgué el teléfono y una vez más volví a llorar).

Pedri POV...

Verla así me dejaba en shock. Jamás pensé que ella fuera así, la actitud de niña fuerte que le mostraba al público y que no se dejaba, era tan diferente a cuando estaba conmigo. Me sentí mal por ella, no había tenido una infancia buena, pero ahora lo que podía hacer era comprenderla y estar con ella, porque si no lo hacía yo ¿quien lo haría?

Decidí pararme de la cama y acercarme a ella de nuevo, la mire de frente, estaba roja, roja como un tomate, sus ojos se veían cristalizados por tantas lágrimas que había dejado caer. Limpie algunas de ellas y me quede observándola por unos minutos hasta que decidí hablar.

Pedri—Si tú crees que estás en lo correcto, te apoyo. Si tú crees que eso te va a ser sentir mejor, también te apoyo.

Ester—Me siento terrible. No puedo creer lo que me hizo.

Pedri—Ester...

Ester—¿Qué pasa?

Pedri—Que me duele verte así, enserio, no quiero que estés derrumbada por estas situaciones, voy a hacer lo posible para que te sientas bien ¿me oyes? Te quiero comprender, pero también te quiero ayudar. (Me acerqué a ella y le di un beso en los labios, que al final termino en un largo abrazo).

Al final pasamos la tarde juntos. Ester no estaba del todo bien, pero trate hacerla sentir un poco más cómoda. Me quede a dormir con ella y ya el día siguiente me iría.

¡Pero es que tú!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora