Juntos

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Marta—¿Entonces nos mandas de fiesta porque invitaste a Pedri?

Ester—Aja, además, por suerte tampoco está mi padre, así que nadie nos interrumpe.

Sergio—Ojalá arreglen sus cosas y no terminen discutiendo.

Ester—Espero lo mismo. Así que chicos, favor de irse, me cuenta todo mañana, ¿vale?

Sergio—Pero que prisa mujer. (Yo solo reí y esperé a que se fueran de mi casa).


(........)

Me estaba arreglando un poco, cuando me llega un mensaje de Pedri.

Pedri⭐️—Llegó en 5 min.

Solo leí el mensaje y baje a la entrada para abrirle la puerta.

Pedri—Hola.

Ester—¿Qué tal?

Pedri—Bien, ¿estamos solos?

Ester—Solísimos, no hay nadie. Así que no nos van a interrumpir.

Pedri—Vale, pues estoy listo para nuestra larga conversación.

Ester—Me parece bien.

Nos dirigimos a la cocina y nos sentamos en la mesa que tenía dentro.

Ester—¿Quieres algo de beber?

Pedri—Agua.

Serví un vaso de agua a Pedri y luego me dispuse a empezar la conversación...

Ester—Bueno, pues te dije que ayer hablé con Gavi, y por suerte terminamos bien, no hubo ningún problema.

Pedri—Si. ¿Y que más?

Ester—Y que quiero hablar de lo nuestro, que va a pasar. ¿Vamos a volver a estar juntos? O ¿seremos amigos con beneficios? Quiero aclarar las cosas de una vez por todas.

Pedri—Yo tengo claras las cosas desde hace tiempo. Ester, me tienes loco, no loco, loquísimo, cada vez que te veo, siento algo que no puedo explicar, y no voy a perder ni un minuto más sin poder estar contigo.

Ester—Pedri, te quiero, y nunca te deje de querer, simplemente no se expresar lo que siento, y yo se que ya los tengo cansados con lo mismo, porque a todos les pongo la misma excusa, pero es la verdad. A veces llego a un punto en el que no sé sentir y llego a tener actitudes muy hirientes con los demás. Ya lo estoy empezando a reconocer y ocupo ayuda.

Pedri—Yo te dije que una amiga de mi hermano es psicóloga, que le puedo pedir que le llame y te consiga cita.

Ester—No se, lo voy a pensar ¿si? Ahora lo que te quiero decir, es que yo tampoco me aguanto las ganas de estar contigo, y te prometo que voy a tratar de entenderte pero también quiero que tú me entiendas, si tenemos algún problema, nada de enojarnos, aunque va a hacer un poco difícil, pero necesitamos comunicación. Y en caso de que tengamos que tomar una decisión la vamos a aceptar, y no nos vamos a poner a discutir por eso.

Pedri—Te lo prometo. (Pedri se acercó a besarme y yo me separé de él). —¿Qué pasa?

Ester—Párate. (Pedri se levantó de inmediato y yo me acerqué a él). —Ahora está mucho mejor.

Puse mis manos detrás de su cuello y comencé a besarle, eran besos rápidos, bajaba por mi cuello y luego regresaba a mi boca. Pedri puso sus manos en mi cintura y luego nos acercamos a la barra de la cocina, donde a los instantes el chico ya me había subido ahí.

Pedri—Por fin en la cocina.

Ester—Eres un tonto.

Volví a acercarme a sus labios y comencé a quitarle la camisa, mientras él hacía lo mismo, quitaba mi sostén para luego comenzar a besar mis pechos. No puede evitar soltar un gemido.

Pedri—Pero si todavía no empieza lo mejor.

Ester—No me hagas esto, y ya entra en mi por favor.

Pedri abrió mis piernas y quitó mi ropa interior, yo baje su pantalón e hice lo mismo, podía ver como Pedri no se aguantaba más las ganas, así que entro en mi. Comenzó a dar fuertes embestidas y ambos gemíamos sin parar, me aferré a su espalda y comencé a besarla.

Pedri—Te quiero.

Ester—Te quiero más.

Pedri me bajo de la barra y me puso arriba de la mesa, que estaba un poco fría y me hizo gemir pero a los segundos el frío pasó porque mi cuerpo estaba muy caliente por todo lo que me hacía Pedri.

Ester—Más rápido.

El chico me levanto de la mesa y me sentó en la silla encima de él, aceleraba mis movimientos y en ningún momento dejé de besarle.

Después de unos minutos acabamos y solo nos quedamos ahí, sin decir nada.

Pedri—Como disfruto estar contigo. Cada vez me pongo más nervioso cuando estamos juntos.

Ester—¿Y eso?

Pedri—No te quiero lastimar.

Ester—Pero si tú no me lastimas, al contrario, haces que disfrute el sexo como nunca. (Pedri sólo rio) ¿Tomamos una ducha y nos metemos a la cama?

Pedri—¿A que hora llegan tus amigos?

Ester—Tarde, de igual forma, ellos sabían que ibas a venir, así que a mi cuarto no entran.

Pedri—Vale, pues vamos.

Nos levantamos de la silla y nos dirigimos a mi habitación, para entrar ambos a la ducha.

Me encantaba bañarme con Pedri, y como echaba de menos esto. Amaba besarlo y sentirme tan cómoda con el.

Ambos nos vestimos y nos acostamos en mi cama. Era un silencio que no era para nada incómodo, me gustaba estar así y no hablar de nada, los dos nos entendíamos sin necesidad de hablar.

Ester—Espero tener más días así contigo.

Pedri—Los vamos a tener. Ya en unas semanas se vienen las vacaciones y quiero que estemos juntos.

Ester—Yo también las quiero pasar contigo.

Pedri—¿Como vas con la universidad?

Ester—Me está gustando mucho.

Pedri—¿Tus compañeros, te tratan bien?

Ester—Si fuera una persona común, como ellos, me tratarían de la mierda, pero como saben quien soy, te lo juro que me tratan muy bien, aunque odio eso, porque después otros me odian por el trato preferencial que me tienen a mi.

Pedri—Si fueras común o no, tú mereces que te traten como una reyna.

Ester—¿Así me vas a tratar tu?

Pedri—Yo te voy a tratar mucho mejor, voy a hacer que te sientas bien, que es lo más importante, y yo te prometo, que ahora si, ya sola nunca vas a estar.

Solo le sonreí y me acerqué a darle un beso en los labios, que termino en uno más largo hasta el punto de quedarnos dormidos.




Por finnnnn se llegó el momento más esperado.

Oigan ya vi que la historia tiene un muchas faltas de ortografía, y las voy a corregir, lo qué pasa es que a veces se me va la onda de checarlo de vuelta, pero ya lo estoy haciendo, así que todo bien.

Díganme que quieren ver, algo, lo que se les ocurra y yo tomo sus ideas.

Por cierto que bueno que a algunos les está gustando la historia 🥳

¡Pero es que tú!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora