Ester POV...
Lo que estaba haciendo no era lo correcto. Desde que volví a besar a Pedri, no lo pude dejar, y ahora estábamos juntos casi siempre, aunque nadie sabía, y mucho menos Pablo, pero que todo era mi culpa por darle una oportunidad, cuando yo misma sabía que no iba a funcionar.
(.........)
La casa estaba vacía, así que le dije al castaño que se viniera un día antes, porque el día siguiente tendría día libre.
Nos encontrábamos en la cama, yo estaba acostada dándole la espalda y él abrazándome por la cintura.
Pedri—¿Qué tienes? Haz estado muy callada.
Ester—No, no tengo nada, simplemente estoy cansada.
La mano del chico me dio un empujoncito, para hacerme girar y mirarle a los ojos.
Pedri—Tú no estás cansada, tú tienes algo. Si sabes que te conozco de pies a cabeza, ¿para que me mientes?
Ester—Es que no se Pedri, yo...
Pedri—Anda dime.
Ester—Que no estamos haciendo lo correcto.
Pedri—Otra vez con lo mismo, pues ya te lo he dicho, si no te sientes cómoda, termínalo.
Ester—Es que no puedo, me va a doler verlo mal.
Pedri—Lo que sentías por Gavi, era agradecimiento, sólo eso, nunca lo quisiste como pareja, pero si como amigo.
Ester—Eso creo, pero necesito tiempo, necesito encontrar las palabras correctas para decirle que ya no quiero estar con él.
Una sonrisa en la cara de Pedri apareció, pero me hizo mirarle mal.
Ester—¿Por qué te ríes?
Pedri—Pues si lo dejas, significa que tú y yo, podemos volver a intentarlo.
Ester—Prométeme que no me vas a lastimar.
Pedri—Jamás lo volveré a hacer, prométeme que tú tampoco lo harás.
Ester—Te lo prometo.
Pedri junto nuestros labios, y estuvimos besándonos así por un buen rato.
(..........)
Después de dormirnos un par de horas, bajamos a la cocina, para ver qué cocinábamos, para mi mal suerte, Natasha estaba dentro, en serio no toleraba ver a esa mujer cerca.
Ester—¿Se puede saber quien te dejo entrar?
Natasha—Tú papá me ha dado unas llaves.
Ester—Da gracias que no llamo a la policía, estás entrando en propiedad ajena, tú no eres nada aquí.
Natasha—¿Otra vez con lo mismo? Yo vengo a hacer mi trabajo. Ponte a hacer algo de provecho, Ester.
Ester—Tú a mi no me vas a dar órdenes, y escúchame bien, tú no eres más que la servidumbre de esta casa, que se cree mucho porque está con un señor con dinero, pero tú nunca vas a estar a nuestra altura, no te voy a permitir que te quedes con mi papá.
Natasha—Tú papá y yo nos amamos, eso es todo. Debería darte vergüenza pelear conmigo enfrente de tu novio.
Ester—Es mejor que este de testigo para que vea lo inútil que eres, y sabes que, salte de la cocina, porque la comida qué haces, esta horrible, parece que en tu pueblucho de plebeyos no te enseñaron a cocinar. ¡Vámonos Pedri! Aquí no vamos a comer.
Pedri POV...
Se transformaba cuando veía a esa mujer, se que le duele que su papá se haya interesado en alguien más, pero Ester tiene que darse cuenta que pierde la cordura y no sabe lo hiriente que puede ser.
Me encontraba manejando hacía un restaurante donde no iba mucha gente, Ester iba callada, mirando su celular, sin dirigirme la palabra.
Pedri—¿La odias tanto?
Ester—No tienes una idea, mi papá está tan ciego, que no se da cuenta que esa mujer solo lo quiere por dinero.
Pedri—¿Tú crees eso?
Ester—Claro que si, me las conozco de memoria a esas mujeres, tratan de enamorar un hombre rico, para quedarse con todo. Y yo no voy a permitir que mi papá esté con una fracasada, de seguro ni la escuela termino.
Pedri—Pero es que no quieres que tú papá rehaga su vida.
Ester—Me abandonaron nueve años, me trajo aquí a la fuerza y ahora me sale con que le va a dar mas prioridad a su pareja, que a su hija. Si te pusieras un poquito en mi lugar entenderías, pero qué vas a saber tú, al menos tus papás estuvieron para ti, y te apoyaron en todo momento cuando querías entrar al fútbol.
Pedri—Yo se que ha pasado mucho tiempo, pero tú no estás solas, me tienes a mi, y yo siempre te voy a apoyar en todo lo que necesites.
Ester—Sirvió de algo estar separados ¿no crees? Como que maduraste un poco, en el sentido de que me vas a apoyar en todo.
Pedri—Era un tonto, pero ahora más que nunca se que no te quiero dejar ir, que sepas que desde ese día en el que me trataste como quisiste, me mato la curiosidad por conocerte.
Ester—Estaba enojada, sólo eso. Ya después con el paso de los días me di cuenta que valías la pena, y mírame aquí estoy contándote mis problemas.
Pedri—Esos problemas se van a ir, pero confía. Yo voy a estar aquí contigo porque te quiero.
Ester—¿Te puedo dar un beso?
Pedri—¿Solo uno?
Ester me sonrió y se acercó a mi para besarme.